Fernando Domecq: 'El ganadero ya es el último hasta en los
reconocimientos'
MARCOS SANCHIDRIÁN
Madrid (España) Fernando Domecq ha
hecho oficial la venta de la ganadería de Zalduendo al empresario
mexicano Alberto
Bailleres. Tras varios años madurando la idea, finalmente el
ganadero ha tomado esta drástica decisión por un cúmulo de factores que han ido
minando su moral.
'Ha sido un conjunto de faltas de respeto
hacia la figura del ganadero. Por ejemplo, en los últimos años se han
multiplicado los burladeros pero todavía no existe uno exclusivo para los
ganaderos. Otro señor decidió subir la altura de las tablas pero nadie pensó
que la función de las tablas es la de tomar el olivo en momentos de riesgo, lo
que ha provocado situaciones de mucho riesgo. Además, ya el ganadero es el
último incluso en los reconocimientos de los toros por parte de los
veterinarios, todo este desorden me ha hecho decir: hasta aquí hemos llegado', afirma Fernando Domecq.
'La venta es un hecho -reconoce el ganadero jerezano-, Alberto Bailleres
es un gran
amigo y una de mis obsesiones era que la ganadería se mantuviera toda junta.
Por supuesto que contará con mi asesoramiento si lo necesita'.
En esta decisión, ha sido importante la figura del mexicano, ya que le ha
aportado la confianza necesaria por su trabajo realizado con las ganaderías de Begoña, San Miguel de
Mimihuapam y, más recientemente, San Martín: 'Hace décadas, Antonio
Ordóñez mató un toro vestido de luces a puerta cerrada en la plaza de toros de
El Puerto de Santa María. Este es el verdadero Bailleres, su afición solo ha
hecho crecer'.
Finalmente, los
toros que pastan en la finca Moheda de Zalduendo cambiarán de manos tras cuatro
décadas de historia pastando en Cáceres: 'Ya llevaba un tiempo sopesándolo. Ya son
40 años en la primera línea y no puedo tolerar una absoluta falta de respeto
desde que llegas a una plaza. Antes el ganadero era el toro, ahora es el último
hasta en los reconocimientos'.
En todo este
tiempo, Fernando
Domecq ha dado un vuelco al toro de lidia, ya que la embestida
y la forma de torear ha estado en constante evolución: 'He criado al toro que me
gusta y que, creo, que es el que realmente embiste. Un toro que la toma por
abajo y que ayuda a que se consuma la obra del toreo en redondo, dando
importancia al embroque y la unión de toro y torero siempre por delante de la
cintura, nunca por detrás. Creo firmemente que ese es el toreo'. Pero
aparte de la revolución en el toreo, también exige otro tipo de cambios: 'Hay que hacer una
revolución acorde a la importancia del toro bravo. No olvidemos que el toro fue
el primer animal en la historia que comenzó a ser seleccionado por el ser
humano pero aún no tenemos a personal que más que aficionados sean expertos,
como puede haber en el caballo o en cualquier otra raza animal'.
El futuro de Fernando Domecq
como ganadero pondrá su broche de oro en la temporada en la que se cumplen
cuarenta años desde que decidiera comenzar una aventura que finaliza en 2014. 'No estoy muerto como
ganadero, pero sí pasado. Creo que en la historia reciente nadie ha estado
tanto tiempo al frente de una ganadería. No sé si es un adiós o un hasta
pronto, el transcurso del futuro será lo que Dios quiera'.
FOTOGRAFÍA: MAURICE BERHO
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