El maestro en Beas de Segura
Que Luis Francisco
Esplá es un genio y un personaje como nadie, es algo que no se le escapa a ningún
aficionado. Torero dentro y fuera de la plaza (cosa muy difícil de encontrar
hoy en día), siempre ha sido un placer escucharle hablar. Esta peripecia,
contada por él mismo, es tan expresiva como extraordinaria:
"A mí me gusta jugar con el público, que entre en
situación, motivarlo. En la plaza de Consuegra había tres partidarios de otro
componente de la terna. Entonces me llevé el toro, de Julio de la Puerta, justo
debajo de esos aficionados. Protestaban todo lo que hacía y les dí caña. Ante
lo que exclamaban, me froté el índice y el pulgar de la mano derecha y, echando
mano hacia la chaquetilla, a la altura del pecho, les indiqué que el dinero me
lo metía en el bolsillo, que la faena había terminado.
- ¡¡Te vamos a matar!! - Me gritaban
A la salida estaban esperándome en la misma puerta y me
preocupé. Me acerqué al comandante de la Guardia Civil, quién al aproximarme me
pidió que le enviara una foto dedicada. Entonces pensé en una solución
maravillosa para solventar el problema.
-Comandante, ahora mismo le firmo un autógrafo. Acompáñeme al
coche, que ahí tengo fotos y, con mucho gusto,
le firmo las que quiera.
Salí de la plaza del brazo del comandante de la Guardia Civil
y al ver a las tres fieras que estaban esperándome les provoqué de nuevo
-Buenas tardes, señores ¿cómo van los ánimos?
Había que verles las caras, aquellos tíos se subían por las paredes; mientras yo, sonriendo, firmé el autógrafo al comandante y me marché con la imagen de un guardia civil y un torero agarrados del brazo".
Había que verles las caras, aquellos tíos se subían por las paredes; mientras yo, sonriendo, firmé el autógrafo al comandante y me marché con la imagen de un guardia civil y un torero agarrados del brazo".