Hoy es un día triste en casa, el fallecimiento de la Señora Duquesa de Alba nos ha entristecido a todos en gran medida.
No voy a repetir en este post lo que llevamos oyendo hasta la saciedad estos dos días por las distintas cadenas de televisión sobre Títulos, posesiones y otros datos sobre Cayetana de Alba.
Si quiero, rendir nuestro humilde homenaje a una gran señora que entre todos los Títulos que poseía, había uno que sobresalía extraordinariamente y; era el de su gran corazón.
En Wikipedia se puede ver una amplia lista e información sobre los Títulos de esta gran señora; sobre sus Títulos Honoríficos hay uno que es por el cual esta casa le tiene el aprecio tan extraordinario, se trata del de Presidenta de Honor de la Comisión Ejecutiva Nacional de la Asociación Española de Esclerosis Múltiple.
La Duquesa de Alba, la cual ha mantenido el mecenazgo en tantos aspectos de la vida social, era una gran colaboradora de esta Asociación que engloba a todas las personas que están afectadas de esta maldita enfermedad.
Para todas las familias que tienen algún miembro de la misma afectado por esta enfermedad, saben que entre otros muchos aspectos, el estado psicológico de estas personas es fundamental para sobrellevar la misma. A un servidor se le ocurrió un día enviar una carta al Palacio de Dueñas en Sevilla, comentando a la señora Duquesa que mi esposa era una de esas personas afectadas de E.M. y que si sería tan amable de enviar para su cumpleaños unas palabras de aliento, ya que aunque con anterioridad a la enfermedad ya gustaba de su simpatía y forma de ser, ahora afectada pro la enfermedad y sabiendo que era Presidente Honoraria de la Asociación, el cariño era aún mayor.
Dicho y hecho. Como lo hiciera lo ignoramos, pero justo el día 29 de abril, fecha de su cumpleaños, mi esposa recibe una carta de la Casa de Alba felicitándola.
La alegría que reinó ese 29 de abril de 2005 es inenarrable, mi mujer, aún teniendo entre sus temblorosas manos la carta y leyendo lo que en ella había escrito, no se podía creer que aquello fuera verdad.
Con que facilidad pude llegar a la señora Duquesa, aún no encontrándose en Dueñas, con toda seguridad viajaría la carta a Madrid al Palacio de Liria, ya que desde allí, desde Calle Princesa nº 20 venía remitida la atenta felicitación.
Gracias señora, gracias por haber hecho feliz a una persona con esta enfermedad degenerativa que no tiene cura, gracias por haber repartido su bondad en esta humilde casa, gracias porque aunque ya nos ha dejado, siempre estará presente entre nosotros. D.E.P. Cayetana de Alba.