Mi maestro Olid cada día me “aprieta” más. No soy de
esos aficionados que guste inmiscuirse en esas tertulias donde los grandes
aficionados dan sus sabias opiniones, mucho menos si estamos hablando de la
llamada “Época de Oro del Toreo”, donde el tándem José y Juan o viceversa,
forman parte de esas extraordinarias tertulias.
Como no podía ser de otra manera también suelen
aderezarlas por si fuera poco, por el llamado “monstruo” de Córdoba, Manuel
Rodríguez “Manolete”, quien tras los nombrados viniera a revolucionar el toreo
con su majeza estática nunca antes vista.
A consecuencia de la edición de una foto de
“Manolete” donde se ve interpretando una “trincherilla” (Ver foto) y puestos a
debatir sobre los conceptos, fundamentos y verdaderos cánones del toreo, se
pasa a “lidiar” sobre el pase natural y la forma de coger el “palillo o estaquillador”
que sujeta la muleta; como es lógico y dada mi edad es una época la cual no
pude presenciar.
Aún atreviéndome a dar mi opinión, habiendo otros
toreros, sobre todo de las décadas de los 60 en delante de los cuales pudiera
poner muchos ejemplos, pero pensando en los más jóvenes puse el ejemplo del
torero de Úbeda, Juan Antonio Millán en este post.
Los comentarios no tardaron en hacerse presente,
sobresaliendo el del amigo de Milán Enrico Carbone, el cual puntualiza “Opino que mejor no se puede torear, ese es
el natural que me enseñaron Pepote Bienvenida y mi entrañable amigo Antonio
Chenel “Antoñete”.
Comienza explicándome el amigo Enrico que como quiso
ser torero, una noche paró en el kiosco de bebidas en la calle General Mola de
Madrid, volvía del trabajo, porque su labor era cantar y tocar la guitarra en
un restaurante italiano. Allí, se encontró con una tertulia que hablaba de
toros, agudizando el oído, gustó mucho un señor que después supo que era Pepote
Bienvenida.
Sigue diciéndome Enrico: Bueno pues, a los tres días
de su llegada a este lugar, el mismísimo Pepote le invitó a sentarse son ellos,
sería porque en aquel entonces, yo
era bastante conocido por actuar en televisión o por mi enorme atención, pero
fui invitado.
Yo escuchaba de su pasado torero, aunque era de lo menos, mientras hablaba mucho y con admiración de los toreros que habían alternado con él, en fin, al cabo de más de un mes que seguía estas lecciones, sobre el toreo y su pasado, una noche le pregunté si podía ser torero, me miró intensamente y me contestó -si tu mamá te lo permite- y diciéndome esto con la mano derecha cruzaba su pecho y se paraba sobre el corazón; le dije que me hubiera gustado probar, se quedo mirándome y me contestó porqué, yo grababa por RCA, tenía mucho trabajo y éxito y encima la televisión, al final me dijo, yo llevo a un chico, se apoda Miguel De Los Reyes, mañana te vas con él a la casa de campo y empiezas, vale; le contesté que sí y pienso no haber dormido esa noche.
Cuando hablaba del
toreo siempre decía que el toreo es grandeza y en lo posible, que
nunca tenía que arrugarse, que torero se es en la calle como en la barra de una
cafetería; así lo aprendí cuando me daba lecciones, sobre todo con la
izquierda, me decía que había que centrarse con el toro, citarle y cuando el toro se arrancaba, adelantar la pierna
contraria y meter los riñones acompañando el muletazo,
es decir; nunca encorvado o retorcido, nunca con el pase hecho, sino que el
torero tenía que sentirse y meter la barbilla en el pecho, darle la salida a la
cadera contraria y si el pase se te iba
un poquito, tenias que acercarte a él o irte si se acostaba un poco más.
El palillo de la
muleta, exactamente donde la coge tu TORERO con dos dedos, lo más delicado posible, acompañando el muletazo girando la cintura sin mandarlo al quinto pino,
sino listo para con media vuelta, ligar el pase
sucesivo -siento no poderte mimar todo lo que te he escrito- el mecanismo
perfecto así como me lo han enseñado.
Mas tarde conocí a Antonio Chenel, del que fui un
amigo incondicionado y el conmigo. Para mí
un gran torero y un hombre especial; él fue quien me llevo a mi primer
tentadero, en la casa de don Atanasio Fernández el ganadero más prestigioso allá por los años 60-70.
Las fotos
que pusiste por facebook en el artículo sobre “Carnicerito de Úbeda al Natural”,
hacen exactamente todo lo que aprendí y no fueron dos chalaos lo que me enseñaron.
El palillo de la muleta se coge así, la pierna de salida esta como debe ser, por
lo demás, le pido a Dios que tenga suerte y
a ti que seas siempre tan buen amigo suyo.
Ciao y gracias por
darme tu amistad, hasta cuando quieras. Ciao.
"CARNICERITO DE UBEDA" AL NATURAL