martes, 18 de octubre de 2016

ENRIQUE SOTO HOMENAJE A JOSE MOLINA “PERETE”


Linares imparable, esta semana de nuevo cante del grande en la Peña Taurina “Niño de la Paz”. El magistral cantaor de cante flamenco Enrique Soto dedicará a las 21,30 horas del próximo sábado 22 uno de sus mejores repertorios en homenaje a José Molina “Perete”.
Con toda seguridad será una velada donde el buen ambiente, la buena gente y el sonar de una buena voz acompañada de una magistral guitarra harán vibrar a los presentes.

ADRIAN DE PAULA SUEÑO, PASION Y SENTIDO DE UN TORERO

El próximo domingo veintitrés finaliza la temporada taurina en la provincia de Jaén. En Jódar, una pequeña localidad jienense y a beneficio de las Cofradías Penitenciales, un joven torero se medirá ante sus paisanos estoqueando cuatro novillos de la ganadería Yerbabuena.
Adrián de Paula es un joven chaval con mucha ilusión y unas ganas enormes de ser alguien en este difícil mundo del toreo. Como a todos los toreros que son de verdad, como a todas las personas nos pasa, también ha tenido altibajos claro está, el año pasado  a final de temporada y sin temor a equivocarme le vimos venirme abajo en una tarde que no tuvo suerte con la espada, algo que ya mencioné en alguna ocasión era lo más normal del mundo, lo que no veo tan lógico es que siempre y todas las tardes se esté a la misma altura, eso no es de ser torero, eso es ser un autómata, una persona programada y estar ante unas reses que de la misma manera parecen programadas a embestir de esta o aquella manera, para mi eso, no es el toreo.

Como aficionado a los toros me gusta ver variedad, comportamiento diverso tanto en las reses como en los toreros; y tener tardes apoteósicas, si, pero también tardes de fracaso, de broncas, de venirse abajo para luego venirte arriba y demostrar que eres torero, que lo vives, que lo sientes, que es tu forma de vida, en definitiva que el toreo sea como la vida propia.

Por todo ello puedo afirmar que este domingo Adrián saldrá como si fuera su primera actuación en la temporada, con ganas, con fuerza, con poderío, demostrará su torería ante las reses de Yerbabuena, demostrará ante sus paisanos y a todos los aficionados que vengan a verle que Adrián de Paula quiere ser torero.
Adelante Adrián, mi Virgen del Pilar te protegerá e incluso estará con su pañuelo de lágrimas preparado por si tuviera que hacer un quite al ser tu actuación para tan honrosa causa.





¡Suerte torero! y que la tarde quede escrita con tinta de oro para la historia del toreo de esa acogedora localidad que es Jódar.

Manifiesto en defensa de la Tauromaquia


La Tauromaquia sufre, desde un tiempo atrás, un feroz, simplista, ilegítimo e ilegal y a veces violento ataque desde sectores que defienden el animalismo en nuestra sociedad globalizada. Lo hemos sufrido en numerosas ocasiones, incluso en este mismo coso, escaparate universal del arte de lidiar toros. Sin embargo es preciso recordar a la sociedad,y a las autoridades, que el ancestral rito de la tauromaquia, cuyos valores tienen perfecta y ex-temporal vigencia en nuestra sociedad, está amparado y reconocido como patrimonio cultural inmaterial de España por una reciente Ley, la Ley 18/2013. Detrás de la liturgia taurina, que reivindicamos en su plenitud porque sólo en su integridad se funda y se sustenta, desde la crianza del toro bravo y la suerte de varas a la estocada que culmina el sacrificio del mismo, tótem hispánico por excelencia, se hacen manifiestos una pluralidad de valores que quisiéramos evidentes en sociedades del siglo XXI. El valor, el sacrificio, el afán de superación, la inteligencia, la técnica, la estética, la solidaridad aun a riesgo de la propia vida, no son sino una pequeña parte de esos valores que tanto echamos de menos en sociedades globalizadas, mercantilizadas, egoístas puramente consumistas o hedonistas, como las que se nos ofrecen todos los días en el proceso de aculturación que sufre España, como cualquier otro país de su entorno.
La Tauromaquia, caminando con paso firme a través de los tiempos, con un probado pasado de mucho más de un milenio en nuestra historia común, sigue siendo un referente de nuestro modo de pensar, de sentir; un rito que nos retrotrae al momento en el que el hombre deja de sentirse una parte más de la naturaleza y comprende que sólo en su superación, en su dominio, radica la posibilidad de perpetuación; un momento en que el hombre es ya consciente de sus auténticas capacidades. La tauromaquia recrea, cada día, ese enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza indómita, salvaje, fiera, en la que el ser humano sale triunfante, no sin pesar o sacrificio propios tantas veces. Ahí radica su honda justificación, su pervivencia a través de siglos y de intentos –mucho más justificados que los presentes- de abolición. Porque recordemos que esos pasados intentos prohibicionistas tenían al hombre como centro de atención: su alma y vida eterna; su propia vida física; su vida social, material y económica; la sociedad como receptora de esfuerzos y medios económicos supuestamente malgastados. Los actuales intentos de prohibición sólo se basan en un animalismo simplista que intenta anteponer la vida del animal frente, incluso, la del propio ser humano, la del lidiador que se enfrenta con gallardía y con mínimos recursos a la fiera. De ahí que a la par que pretenden defender la vida del toro, insulten, denigren y desprecien al ser humano, incluso deseándole la muerte. Intentos totalitarios de brindar derechos a los animales, a la misma altura, sino más, que los de los propios seres humanos.
Es por todo ello por lo que los aficionados exigimos de las autoridades una defensa mucho más clara, explícita y manifiesta de la tauromaquia y de la libertad que, amparada en nuestras leyes y en nuestra Constitución, nos permite la libre elección, la libertad de pensamiento, de aproximación a la cultura y su defensa a ultranza.  La tauromaquia no sólo es cultura, como reconocen nuestras leyes, es parte de nuestra libertad.