Hace muchos años leyendo uno de los tomos del tratado histórico-taurino “El Cossío”, leí la referencia de una ganadería dentro de la provincia de Jaén que llamó mi atención por estar enmarcada en una localidad relativamente lejana a lo que es el campo bravo jienense ¡claro que de esto hace un siglo! se trataba de la anunciada a nombre de D. Juan Agudo, de Villargordo.
Con el paso de los años, conozco en Baeza a una persona con el nombre de Miguel Ángel Agudo, mi curiosidad me llevó a preguntarle si tenía relación con el nombrado ganadero, ya que Miguel Ángel era natural de la mencionada localidad y, ¡Bingo! Miguel Ángel Agudo es bisnieto del ganadero de Villargordo D. Juan Agudo. Al principio de nuestra entrevista me fue difícil obtener información al respecto ya que se trataba de un ganadero de finales del siglo XIX y principios del XX, abuelo del padre de Miguel Ángel y, tanto este como sus hermanos ya están fallecidos. Pero hay un dicho que dice “Quien lo sigue, lo consigue” y tanto fue el empeño puesto en el asunto, que impliqué a mi buen amigo Miguel Ángel a que “hurgara” entre sus parientes aún en vida y conocidos, para que me aportara toda la información posible y dar a conocer este ganadero centenario entre los aficionados de la provincia.
La información que hemos podido obtener al respecto no ha sido mucha, dado que como he dicho anteriormente, pocos son los familiares de avanzada edad que perviven en la actualidad originarios de Don Juan, pero entre ellos y rebuscando por la red se han encontrado datos que pueden ser interesantes para el aficionado.
La ganadería jienense de D. Juan Agudo pastaba en sus orígenes en tierras manchegas de Mestanza (Ciudad Real) y en su día este ganadero parece ser trasladó la ganadería a tierras de Linares donde era propietario de una extensa finca.
Esta fue una de las muchas sub-ramas de lo Jijón de Jaén correspondiente a Navasequilla y Fontecilla. Ya nos queda menos para terminar esta casi extinguida amplísima raíz, pues parece que el taurinismo oficial y la Administración pretenden ignorarla de la historia de la Tauromaquia. Pero para tratar de evitarlo estamos los aficionados.
La ganadería jijona fundada en Jaén por el marqués de Navasequilla, tras pasar por Andrés Fontecilla, ganadero baezano y el marqués de Cúllar de Baza, terminaría siendo vendida en partes. Una de esas porciones, posiblemente la más numerosa, fue adquirida por el jiennense Juan Agudo. Aunque ciertos autores le ubican en Linares, esto es erróneo, ya que era vecino de Villargordo, una zona enclavada en la vega del Guadalquivir, plagada de olivares y con abundantes pastos para el ganado vacuno. De don Juan Agudo tenemos pocas noticias, aunque se conoce que realizó una magnífica retienta en 1907, interviniendo principalmente en ella a caballo el picador de La Carolina, Antonio Simón "Pelao" y a pie Manuel Mejías Rapela, patriarca y fundador de la dinastía Bienvenida y posteriormente denominado, por el importante crítico taurino Don Modesto, de la revista "El Liberal", como El Papa Negro, del que comentan sus familiares parece tuvo algún romance con la hija de don Juan. Uno de los becerros tentados para semental, de nombre “Primoroso”, llegaría a tomar 14 puyazos con gran codicia, hiriendo además a un jaco, por lo que fue aprobado consecuentemente. A pesar de todo, Juan Agudo mantuvo muy poco tiempo las reses, ya que en 1909 le vende una gran parte a doña Maximina Hidalgo, de Terrones (Salamanca) y un año después otra parte a Rufo Serrano Muñoz, de Cuenca.
A partir de 1909, los hijos de doña Maximina, señores Antonio, Jaime y Eloy Sánchez Hidalgo, trasladan las reses adquiridas a Juan Agudo desde las tierras linarenses de Jaén hasta los campos salmantinos de Terrones, aprovechando las veredas y cañadas reales todavía existentes. Como hemos dicho, aún quedaban vestigios de sus orígenes jijones, aunque se comenzaron a realizar unas selecciones muy rigurosas, dirigidas por don Eloy. El debut de la nueva ganadería se llevó a cabo el 23 de septiembre de 1913, en la plaza de Logroño, con las reses aún procedentes de Juan Agudo, mostrando variedad de capas y una magnífica estampa. Se estrenaron luego en Madrid con una novillada a nombre de doña "Maximina Hidalgo e hijos" el 20 de septiembre de 1914, con no muy buena nota. Años después, el 3 de julio de 1920, esta ganadería se presentaría de nuevo en Madrid, con otra novillada, esta vez a nombre de "Hidalgo hermanos" y poco después don Eloy Sánchez Hidalgo quedaría como único titular de la vacada. Como, al parecer, los resultados en conjunto no satisfacían al nuevo ganadero, envió al matadero gran cantidad de reses. Por esta razón adquirió, en 1921, un lote de vacas de desecho de retienta al ganadero portugués Alves do Río (procedentes de la marquesa viuda de Tamarón) y en 1922 el semental Campesino al conde de la Corte, todo del mismo origen. Las vacas habían sido desechadas en un tentadero efectuado en 1921 por el conde de la Corte y estaban, al parecer, apalabradas anteriormente por la señora marquesa a Alves do Rio pero aún cuando el señor conde le había comprado la ganadería a la señora marquesa, en 1920, respetó el compromiso de ésta con el criador portugués. Éste último volvió a retentarlas y se quedó con la mitad, vendiéndole la otra mitad a Eloy Sánchez Hidalgo. Y así fue como empezó en Terrones la historia de esta nueva vacada.También entre 1910 y 1912, una pequeña parte de las reses de Juan Agudo, procedentes del marqués de Cúllar de Baza fueron vendidas al aficionado y terrateniente de la provincia de Cuenca don Rufo Serrano Muñoz. Este le fue agregando más vacas de distintos orígenes, incluidas las rústicas de la tierra y las cruzó con un semental adquirido a los herederos de Vicente Martínez, donde había reses de la tierra colmenareña y de raza jijona.
Entre los toros destacados podemos citar a “Amargoso”. El astado de pelo negro, bragado, bautizado con el nombre de Amargoso, de la ganadería perteneciente al marqués de Albayda, jugado en Madrid el (27-06-1929), soportó cuatro varas, llegando bravo a la muerte. Fue el día de la presentación oficial de la ganadería en Madrid. El origen de esta vacada arranca en la que poseyó en Baeza (Jaén) el marqués de Cúllar de Baza, quien la heredó en 1886 de don Andrés Fontecilla. Posteriormente pasó a manos de don Juan Agudo (Linares, Jaén), de quien la adquirió don Eloy Hidalgo, de Salamanca, el cual compró casi al mismo tiempo una punta de ganado del marqués de Tamarón, eliminando la sangre de la vacada y sustituyéndola por la de Vistahermosa, que conservaba hasta la década de 1940. Es por ello que el toro Amargoso, nada tenía de sus sangre primitiva y sí de la última ganadería señalada. (Fuente Miguel Ángel Agudo y Terralia. Foto Cartel Plaza de Toros de Gabia del 10 de noviembre de 1912)