Pedro A. Naranjo.- Aficionado.de Ciudad Real
La pasada temporada taurina, el exquisito torero
Morante de la Puebla
le quiso regalar unas gafas al Presidente de la Plaza de Toros de Alicante
por no haber sido capaz de ver la extraordinaria faena que realizó a uno de los
toros de su lote, privándole por ello de la obtención de la segunda oreja.
No voy a entrar en si era merecedor de ella o no, pero
a mí me hubiera gustado que alguien le hubiera regalado al torero otras gafas
de mayor aumento, para que éste se hubiera percatado del trozo de cuernos que
le faltaba a cada toro de los que se lidiaron esa tarde, así como de los
tercios de los que se privó al espectador que pagó su entrada por ver un
espectáculo completo, así como también la escondida verdad del toreo que no
quisieron, o quizá no supieron interpretar los protagonistas humanos, ante
oponentes con los que no había que desarrollar ninguna sapiencia especial,
connatural ( en teoría) de los Catedráticos en Tauromaquia que estaban en la
arena esa tarde.
Por otra parte, las últimas noticias que tenemos es
que el catedrático Miguel Ángel Perera parece ser que no quiere actuar en la
próxima Feria de Fallas con Iván Fandiño. Es decir que lo veta. Vamos que no
quiere que esa tarde haya comparaciones de ningún tipo. Ya no digo Rivalidad,
eso ya no existe. No sé si el empresario le hará caso a Perera. Ignoro lo que
piensa este maestro sobre el estatus en el que se encuentra y en los
privilegios a los que, según él, tiene derecho. Lo que sí es cierto es que este
catedrático demuestra una gran falta de dignidad y pundonor, ya que Iván
Fandiño es un torero en proyección que viene demostrando que no le hace ascos,
de momento, a ninguna ganadería en ninguna plaza, y que es de los pocos compañeros
con los que merece la pena formar terna ese día. ¿Lo habrá visto este
Catedrático así? Pues no. O quizás sí. Lo que no quiere son complicaciones. Quiere facilidades. Eso sí,
quiere estar arriba. Sin que nos regale nadie gafas.
Hemos sabido también que otro catedrático de la Tauromaquia, Julián
López “El Juli” ha indultado un toro en Manizales (Colombia). Tan orgulloso se
ha sentido que no ha podido evitar, emocionado, hacer la siguiente declaración:
“Estoy contentísimo de ver a la afición así de entregada”. “Me he sentido como
en casa”.
Como la técnica ha avanzado tanto, resulta facilísimo
ver para el que lo desee, la citada faena del indulto por Internet.
Sinceramente no ha sorprendido nada comprobar, las
piruetas, revoleras, trincherillas, lopecinas y malabarismos de toda clase, a
un perritoro sin cuernos, más tonto que Abundio y que obedecía contento a todo
como si de un juego se tratara. Me recordaba al nieto de mi vecino cuando saca
a su perrilla a los jardines del Prado, donde se desfogan los dos antes de la
cena. Bueno, también hay que decir que el niño no termina siempre entero;
alguna vez llega a casa con algún roto en las rodilleras del pantalón, o en las
coderas del jersey. ¿Habrá sido consciente este otro catedrático de la realidad
de su indulto al animalillo? Pues no. O
quizás sí. Lo que no quiere son complicaciones. Quiere facilidades. Eso sí,
quiere estar arriba. Sin que nos regale nadie gafas.
¡Que no! Sres. Catedráticos. ¡Que no!, que por mucho
que ustedes y los demás se empeñen, esto no consiste en componer una figura
gallarda, más o menos estética, o más o menos churrigueresca, ante un
animalillo descastado, domesticado, afeitado y de reacciones absolutamente
previsibles. Creemos que de toda la vida el Toreo es poderle a un animal bravo,
fiero e íntegro, de complicadas reacciones, siendo necesario utilizar por ello,
en cada caso, los recursos limpios
de un maestro de la
Tauromaquia, que transmita emoción a los tendidos y al que en
justicia se le considerará después como a un héroe.
Sres. Catedráticos del Toreo Moderno al Toro Moderno:
¿es que no les da una pizca de vergüenza comprobar cómo simples aprendices de
matadores de toros (la mayoría de los novilleros), se ponen delante de reses íntegras, que ustedes no quieren
ni ver, y que son capaces de resolver la papeleta que Vds. dudamos sepan? (Lo
que si sabemos es que no quieren) ¿Es esto justo? Pensarán que sí. O quizás que
no. Lo que no quieren Vds. son complicaciones. Quieren facilidades. Eso sí,
quieren estar arriba. Sin que nadie nos regale gafas.
¡GAFAS! ¡GAFAS PARA TODOS!, no solo para el Presidente
de la plaza de Toros de Alicante.