Primer día de otoño en la que tengo el privilegio de
volver a tener contacto con el campo, con las reses bravas que se crían en la
Finca Cerropelado. Volver a saludar a antiguos amigos, nuevas personas como el
mayoral de la ganadería, José Luís Muñoz, toreros revelación como Pablo Aguado
o el grandioso torero madrileño Alberto Aguilar, banderilleros como César del
Puerto o Francisco Tornay, el picador Mario y apoderados como el paisano de Linares Antonio
Vázquez, hermano del grandioso torero Curro Vázquez.
Una tarde donde como siempre pudimos disfrutar del
buen toreo campero de los intervinientes, aunque en esta ocasión fue para la
tienta de unos machos y una becerra que se echó por delante en primer lugar.
Magistral tarde, aula taurina como titulo este post,
donde vimos a unas reses acudir al caballo con prontitud y fijeza;
lamentablemente son los únicos sitios donde el aficionado puede ver esta bonita
suerte tan esquilmada en las plazas de toros.
Tanto con el novillero Pablo Aguado como con el
maestro Aguilar pudimos ver un toreo exquisito ante unos novillos que
resultaron bravos en el caballo y agradecidos en la muleta, tanto es así que el
torero madrileño una vez finalizado el tentadero en la típica plaza de tientas,
decidió torear otro toro a campo abierto, donde vimos a un Alberto Aguilar
fantástico, toreando con gusto, con cadencia, con largura, con esa delicadeza
que hay que tratar a los toros bravos que son agradecidos y embisten con una
templanza exquisita como ocurre con este encaste que se cría en tierras
linarenses.
Me encanta estar junto a los toreros de este estilo,
toreros que no están en el sitio que les corresponde, toreros que se la juegan
como nadie con toda clase de encastes, tanto es así que el propio torero
comentaba que le parecía mentira citar a un toro y que este le obedeciera en la
muleta como ayer experimentó antes los pupilos de D. Iñigo Garzón, algo muy
normal sabiendo todo aficionado la clase de encastes que normalmente mata este
buen torero.
Un privilegio estar en ese burladero junto al
ganadero y el apoderado Antonio Vázquez donde iban narrando las condiciones del
toro, el buen hacer del torero, en definitiva, estar con quien sabe de toros y
aprendiendo de toros.
Finalizó una tarde donde tuvimos la vieja
experiencia de dirigirnos hacia el cortijo de la finca, todos los actuantes
andando, unos con capote al hombro, otros con muleta y comentando las
condiciones del toro y lo bien que
habíamos estado viendo al maestro torear a campo abierto. En el trayecto
como es lógico, vimos la camada que se lidiará el año que viene y algunos otros
novillos y vacas madres en distintos cercados acompañados de José Luís montado
en “Colín”, un viejo conocido de la finca, un caballo tan torero como quien
pisa la arena de la placita de tientas de la ganadería.
Toda una delicia de tarde donde el verdadero sabor
torero, la magistral lección de Aguilar y la sabiduría de ganadero y apoderado,
pusieron broche de oro en una tertulia acompañada de una buena mesa y unos
caldos excelentes para todos los invitados.
El señor ganadero poniendo la becerra en suerte y esta arrancada de lejos mete la cara abajo en el caballo.
El novillero Pablo Aguado ante la noble becerra
Mi minuto de gloria
Así embistió uno de los novillos tentados al caballo
Pablo Aguado ante el noble novillo
Alberto Aguilar ante un noble ejemplar de Garzón
Tentando a campo abierto
El mayoral José Antonio Muñoz
D. Iñigo Garzón observando el tentadero
Iñigo Garzón con Antonio Vázquez
Bonita foto campera entre toreros
Aula de Tauromaquia en el torero salón del Cortijo