Toro autorizado para su lidia por un Presidente que como vemos debe ser un buen aficionado. ¡Vaya sinvergüenza!
El sabado cómo pueden comprobar en un post anterior hubo
una Tertulia Taurina donde se habló de mucha cosas, En este tiempo de otoño e
invierno taurino las tertulias se multiplican y dando una vuelta por la red me
encuentro con este post que viene que ni pintado a muchas de las cosas que como
he dicho se hablaron ayer en Castellar; como es el no poder llevar el toro al
gusto del aficionado de esta localidad jienense si además se quiere ver a las
figuras.
Este es la verdadera autoridad
Y miren que precios
¿Que pasa, que los del cartel no son toreros? En la tertulia de Castellar se cuestionaba este tipo de carteles y ganaderías debido al pliego de condiciones que imponen los ayuntamientos
Como he dicho, es tiempo de tertulias, es tiempo de ir poniendo las cosas en su sitio para la temporada venidera; por eso desde este Blog, además de felicitar al señor Ezpeleta, quiero dejar patente que en muchas Plazas de Toros de la provincia de Jaén, no es que se lidien los toros que el señor Presidente quiere -ya que el Reglamento Taurino se lo permite- sino que las Actas de Reconocimiento no son ni tan siquiera expuestas donde obliga el Reglamento a los señores delegados de la Autoridad. Algunos de ellos incluso llegan a comentar -personalmente me han hecho el comentario- que las mismas se habían entregado al empresario; esto ya es la gota que colma el vaso, claro ejemplo de manifestación absoluta de dejadez o desconocimiento en sus funciones; eso sí, lo que algunos hacen perfectamente -porque para eso son los “amos” de los pases de callejón- es colocar a personas de su agrado y algo más, en un burladero del mismo, aunque estas personas no tengan nada que ver con el festejo. En cambio a toreros se les invita, eso sí, muy amablemente, a abandonar el callejón.
Esto si saben colocarlo bién a la vista del público. Las Actas nunca aparecen en el lugar conveniente.
Linares 2012. Actas de Reconocimiento pública en las puertas de acceso a la Plaza de Toros y el sorteo de las reses hecho público.
Ejemplo a tomar en otras muchas Plazas de Toros, por sobre todo en las de importancia, porque de no hacerlo; los señores delegados lo único que hacen es sin ser quienes, restar categoría a una Plaza de Toros y ser irrespetuosos con su afición como viene siendo el caso. Respeten y serán respetados. Cumplan lo encomendado por reglamento.
Esto solo tiene una lectura, simplemente que la autoridad ni está ni se le espera. Otro buen ejemplo de otra parte del mal que hay dentro de la Fiesta.
Las Tertulias de final de temporada, donde la
mayoría son organizadas por aficionados, no deben quedar en el olvido, deben
servir para solucionar muchos de los problemas que una vez llegada la Feria de
cada pueblo, localidad o ciudad, vuelven a repetirse. Hay que ser reiterativo y
“echar el pulso” a quien intenta amedrentar o imponer en contra de lo que dicta un Reglamento.
Salir en todos los medios, no parar de denunciar en este medio al alcance de cualquiera y hacerles ver que deben defender la Fiesta, al Toro y al aficionado, único junto al público, que además de tener sus derechos, son quienes mantienen esta Fiesta y gracias a estos, ellos pueden llevar y colocar a sus amiguetes y otras hierbas en los burladeros de los callejones.
Salir en todos los medios, no parar de denunciar en este medio al alcance de cualquiera y hacerles ver que deben defender la Fiesta, al Toro y al aficionado, único junto al público, que además de tener sus derechos, son quienes mantienen esta Fiesta y gracias a estos, ellos pueden llevar y colocar a sus amiguetes y otras hierbas en los burladeros de los callejones.
Así debían de ser los burladeros en los callejones o como dice mi eterno "apoderado" ¿verdad Raimundo, maño? dejar pasar a todo el que quiera permanecer en el mismo pero quitando todos los burladeros; a ver quien permanecería en el mismo, eso sí volviendo a rescatar el TORO DE VERDAD.
Esto también hay que controlarlo, pero...... tratándose de quien se trata
Ya lo dice el refrán ¿Y al guarda, quien lo guarda?