domingo, 5 de febrero de 2017

JORNADA DE HERRADERO EN CERROPELADO GANADERIA DE D. IÑIGO GARZÓN

El invierno taurino sigue su curso y en estos días hemos vuelto a tener una jornada disfrutando de una de las tareas de campo más importantes que atesora la ganadería brava en nuestro país, el herradero.
Un buen número de machos y hembras han sido marcados y reconocidos; los unos para ser lidiados en cualquiera de las plazas de toros de nuestro país, las otras para después de dos años, pasar la prueba del tentadero y si pasan el exhaustivo examen que les marca la pauta que personalmente les marca su criador, serán las encargadas de dar a la ganadería su genética, constituyendo la sangre, la bravura, el trapío y la personalidad que dará a toda una estirpe de sangre brava muy seleccionada, la cual dará grandeza a ese hierro que hemos marcado a fuego en su piel.
Es difícil si no se viven circunstancias en una ganadería, comprender que lo mismo que estas reses tan singulares como son las reses bravas, van pasando sus genes a lo que conformará el futuro de su estirpe, como los señores ganaderos de igual manera van pasando a su siguiente generación, los conocimientos de la ganadería, sobresaliendo por ser uno de los conceptos más importantes, el amor, ya no solo al toro bravo, sino el amor a los animales que conforman la dehesa, el amor a toda especie animal, desde el perro que cuida el cortijo, el que ayuda al mayoral en sus tareas de campo, hasta el becerrito recién nacido que llena de vida la dehesa siendo guardián y señor de la misma, sin olvidarnos del amor y respeto que del mismo modo se le tiene a las personas, sea aficionado e incluso detractor de esta Fiesta que tanta grandeza da a nuestras tradiciones, que ya no solo es la Fiesta en sí como la conocemos en su álgida representación en una tarde de toros, sino todo lo que conlleva con ella; y no quiero referirme como se está defendiendo últimamente, la economía que aporta que aunque bien es verdad, o prefiero ver otros aspectos como es la camaradería entre personas, la concordia que conlleva una Fiesta Popular, el compartir no solo la fiesta sino nuestros variados caldos, nuestra rica y variada gastronomía y sobre todo conocernos como personas, porque españoles somos todos sí, todos a pesar de la negativa de algunos, pero tenemos un país tan rico y singular que tenemos una variedad tan extensa en nuestra personalidad como la tienen nuestras ganadería de toros bravos.


 Todo preparado para el herradero

 El futuro de la Fiesta, mas vivo que nunca

 Juan, mayoral de la ganadería

 Francisco Tornay, buen torero y hombre de campo

 Javier Garzón pone el Hierro de la casa






 Herrando a la antigua usanza

 María Garzón, una futura señora ganadera

 A esta la recordaré cuando sea tentada

Otro día hablaremos de otras vivencias, otros sentimientos que se viven en el campo bravo, tan diversos, tan variados, tan sublimes y especiales que en algunas ocasiones, como ocurre con el amor entre personas, son difíciles, aunque no imposibles de expresar y al menos intentar que lleguen, sobre todo a los que más desconocen este mundo del toro tan especial, singular y tan difícilmente fácil de explicar y sentir cuando el que habla, es el corazón.
Un saludo a todos amigos, espero disfrutéis con estas fantásticas fotos de campo.