viernes, 25 de marzo de 2016

DONDE IR DE TOROS ESTE FIN DE SEMANA












 







EL SENTIR DEL PUEBLO ESPAÑOL


Hoy es Viernes Santo, seguimos con nuestras ancestrales tradiciones hasta el Domingo de Resurrección que volverán a brillar con la luz del sol los singulares vestidos de luces en una de nuestras mejores Plazas de Toros, La Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Viendo ayer la gran producción cinematográfica Ben-Hur, me han venido varias cosas a la mente. La película está basada en el año 33 de nuestra era ya que en la misma se ve cuando nuestro Señor Jesucristo es conducido al Monte Gólgota para ser crucificado.
En todo este tipo de filmaciones donde los romanos son los protagonistas principales como dueños del mundo que eran en aquella época, vemos como nos muestran, no las bacanales, algo muy típico entre este bárbaro pueblo en la época en que mató a nuestro Redentor, nos manifiestan sus jugos y entretenimientos de aquel tiempo como el caso de Ben-Hur donde el genial actor Charlton Heston compite con un romano en una carrera de cuadrigas.
El caballo era uno de los animales más usados en sus juegos ya que aparte de las cuadrigas era utilizado también para la carrera, la lucha, el salto, el pugilato. Del mismo modo también jugaban a la caza, donde reunían los animales más raros de todo el mundo conocido.

Heredado de los griegos tenían otros juegos que llamaban fúnebres pertenecían entre los antiguos o hacían parte de los funerales y solían ser combates de gladiadores. Esta costumbre bárbara era muy antigua pero no fue siempre la misma. En un principio, degollaban los esclavos o cautivos delante o al pie de la pira o sobre la tumba de aquel a quien se deseaba honrar y en obsequio del cual se celebraban los juegos como unas víctimas expiatorias y para aplacar sus manes (Dioses familiares).
En otras producciones hemos visto como soltaban un toro para que el cristiano pudiera salvar su vida ante semejante y bravo animal, supongo que sería el antiguo Uro.
Con todo lo expuesto quiero referirme a que el pueblo romano actual no ha conservado nada de lo expuesto. No, no quiero que penséis mal y deseara poder ver esas barbaries en la actualidad en algún circo romano de los que aún se conservan; pero de una forma más civilizada como es nuestra Fiesta de Toros actual si podrían haber conservado alguna de sus raíces. Pienso que una buena carrera de cuadrigas sería en la actualidad más interesante que una carrera al uso actual en el hipódromo. Que una lucha romana bien reglamentada sería más interesante que un combate de boxeo de la actualidad.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué han desaparecido todas estas ancestrales costumbres? ¡Que poco queda en la actualidad de aquellos célebres juegos olímpicos!
Vuelvo a insistir, no, no estoy escribiendo estas líneas para que vuelva alguna de las costumbres expuestas; lo hago porque a pesar de que muchos quieran quitarnos nuestra idiosincrasia, el pueblo español, bien es verdad que con sus cambios, sigue fiel a sus tradiciones -quizá eso sea algo que nos envidian- no solo a lo referente a lo taurino, tenemos otras muchas cosas pero ciñéndonos a lo taurino, algo muy perseguido en la actualidad como perseguido y maltratado fue en la época romana el cristianismo por este poderoso pueblo que al final le vino la conocida decadencia de Roma, del mismo modo les vendrá a quienes hoy tanto persiguen los Toros y claro está, el Cristianismo, sin conseguir nada convincente ni perdurable, sino que lo único que están consiguiendo es una pérdida de tiempo político en perjuicio del progreso del país y un beneficio económico de sus propias arcas personales.
España conserva sus tradiciones más ancestrales con honor, con dignidad; porque el pueblo español con sus excepciones que todos conocemos tiene Honor, tiene Dignidad y unos Hombres llenos de esos y otros muchos conceptos que otros repudian por su ignorancia y su maldad, vamos a dejarlo ahí.
Como dice la Legión Española, que también quisieron eliminar, lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
El español, no lo es, defiende y seguirá defendiendo sus raíces y nunca mejor dicho “a capa y espada”.
¡Viva la Fiesta de los Toros! ¡Viva España!