Nada resulta más fácil que hablar de Juan Lamarca. Su
afición por los toros, su patriotismo -algo tan español y fundamental que
algunos se van encargado de convertir en algo protervo- así como su amor por
una España unida, no convertida en un reino de Taifas, sin engaños ni vergüenza
-¿por qué hay que tenerla?- lo colocan en una posición personal dignísima y de
español de los de toda la vida de Dios. No es por nada pero puestos a elegir
entre ser español de “los de siempre” y ser español con influencias anglosajonas,
me quedo con el primero de todas, todas.
Son tantos y variados los valores que he observado y
aprendido junto a Juan Lamarca que tener el honor de encontrarme entre los
amigos con que cuenta este taurino e ilustre ubetense, me enorgullece como
persona y aficionado a los toros. Aficionado taurino y servidor del orden y del
ciudadano, como decimos por aquí abajo en esta comunidad que llaman cortijo,
¡cazi ná lo del “oho” y lo llevaba en la mano!
Servidor del ciudadano he dicho. Así es, el amigo Juan
ha hecho posible en algún que otro ambiente familiar ese dicho tan conocido que
dice “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma”. Por motivos que
no voy a relatar, ha hecho en más de una ocasión feliz a una gran aficionada a
los toros que, si por ciertos motivos no ha podido asistir a los actos donde ha
actuado o presidido, ha posibilitado el encuentro en su propio domicilio,
honrando con su presencia la humilde morada pasando un buen rato de tertulia en
compañía de un “Jerez” y dejando su amistad en dicha casa, caso de Javier
Hurtado o Carlos Ruíz Villasuso, periodistas presentadores de Tendido Cero de
Televisión Española; así como otros ilustres personajes que han acompañado a
Juan en sus visitas a las ciudades de Ubeda o Baeza.
Personalmente en mis visitas a Madrid donde acudo
puntualmente a ver alguna corrida de toros en la Plaza de Las Ventas, no he
podido tener mejor anfitrión, además de estar siempre en compañía de las
amistades y amigos de Juan, del mismo modo ya, amigos míos.
Juan Lamarca, para todo
aquel que no lo sepa estuvo ejerciendo durante casi tres décadas la
función gubernativa en la Plaza más importante del mundo, Las Ventas de
Madrid, función ejercida con rectitud, orden y buen criterio, y que si en
ocasiones sus actuaciones originaran ciertas polémicas, el tiempo transcurrido
desde su apartamiento de la presidencia -cinco temporadas ya- ha conseguido que
su estima y valoración de su largo y brillante quehacer, incluso el amplio
sector profesional taurino. Con este bagaje, además de su intachable trayectoria
como miembro del Cuerpo Nacional de Policía, pienso son suficiente aval
para considerarlo entre los Presidentes más preparados y fiables que pueda
gozar plaza alguna.
Quisiera despedirme con unas palabras del propio Juan
Lamarca que con oírlas describen perfectamente la grandeza como persona que
atesora el amigo Juan: “No supone ningún mérito en mi persona ser y
sentirse español, ni ser ni sentirse aficionado a los toros, es lo natural, es
lo que cualquiera de ustedes hace en todo momento..."
Con estas palabras el genuino Juan no demuestra
otra cosa que el garante que lleva izado a su persona, el cual siempre ha
mantenido, demostrando su españolidad y afición por lo más español como es
nuestra fiesta taurina. Como tú mismo dices amigo Juan: ¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA LA
FIESTA NACIONAL!
Felicidades por ese más que merecido homenaje. Nos
vemos en la capital del toreo, nos vemos en Madrid.