Observo con entusiasmo las inquietudes taurinas que algunos aficionado a los Toros tienes para con su pueblo, algo que engrandece a la persona como aficionado, pero que llegado este punto en que se encuentra la Fiesta, ya sea tarde y difícil conseguir metas deseadas; o no, según se mire.
El mal sobre la disminución de festejos con arreglo a otros años donde se ha contado con inmejorables carteles, es un mal que adolecen muchos pueblos donde se han estado organizando ferias por encima de sus posibilidades. Razones de rentabilidad, caché de algunos toreros o subvenciones municipales puedan ser algunas de las causas, pero además, creo que otras razones igualmente de peso pudieran ser del mismo modo causantes de este mal endémico por el que están pasando ferias de muchos pueblos.
El comentario generalizado en muchos municipios es el del convencimiento que un gran cartel hace que vaya la gente a los toros. Esto siempre no es así; vamos a dar nombres y apellidos por resultar llamativo. En la pasada Feria de la localidad de Baeza (Jaén) en un cartel con reses de D. Victorino Martín, según declaraciones del propio empresario hubo 800 entradas de las de pago en taquilla, más los 200 abonos vendidos, esto en una Plaza que cuenta con unas 6.000 a 6.500 localidades en una población que sobrepasa los 16.000 habitantes ya me dirán si es para “tirar cohetes”. Y no le busque nadie cinco pies al gato (Dicho de los que con sofisterías y embustes nos quieren hacer entender lo imposible; nació de uno que quiso probar que la cola del gato era pie) los toreros dignísimos y Victorino no engañó a nadie, al ruedo salieron TOROS, para una plaza de 3ª, pero TOROS, con su peso y trapío. Pero al parecer se prefieren toros del mono-encaste, ya saben Juanpedros como los lidiados el día anterior, los cuales aunque dignamente presentados, no tuvieron ni poder ni raza, ¿Quiénes los lidiaron? Cid y Daniel Luque -toreros entre los seis primeros del escalafón 2010- y Cayetano, ante 1.600 espectadores de pago. Ya ven, parece que la casta, la integridad del toro, la pureza y el clasicismo en el toreo molestan al dogma de la suma importancia del destoreo moderno ante el “chochillo” modélico.
“Grandes” carteles en plazas de pueblo. El aficionado convendrá conmigo en que esto, ahora ocurre más que nunca, motivos; yo estoy convencido y totalmente de acuerdo con esas voces que dicen que: “donde los políticos meten la mano……..”, corramos un “estúpido velo” y ajustémonos a lo taurino que es lo que nos importa y nos une, ya hemos visto el resultado de esta “casta” en Barcelona.
Ignoro si cuando el negocio taurino en este tipo de plazas funcionaba, no diré mejor ni peor, pero sí de otra manera, los Ayuntamientos ofrecían las exorbitantes cantidades conforme a la época, que algunos de ellos ofrecen en la actualidad; que si bien mirado arreglo al número de festejos que obligan a montar, quizá no sea tanto el dinero ofrecido por el Consistorio, pienso si lo sea en cuanto al “duro” pliego de condiciones al cual se obliga a cumplir al empresario que se hace cargo de montar la feria y que de no pertenecer al llamado “circuito” de los grandes y pueda “intercambiarse los cromos”, lo tiene bastante complicado. De todos modos conozco casos de presentarse alguno de ellos a este tipo de plazas y los “entendidos” representantes taurinos de la ciudad, desestiman la oferta.
En el tema de la subvención, sin estar en contra, si lo estoy con el modelo de aplicación actual. A veces como es el caso ¿Subvención para qué? ¿Para que no vaya gente a los toros a pesar de los carteles ofrecidos? Pienso que la Fiesta de los Toros debiera auto-gestionarse. Que un empresario se juegue su dinero, lo arriesgue e incluso haya veces que pierda, es lo más normal en el mundo empresarial ¿reparten acaso beneficios con quienes han acudido a presenciar el festejo si por el contrario las cuentas son positivas? ¿Abaratarán las entradas si rebajan el I.V.A. al 8% cuando concluyan las transferencias al Ministerio de Cultura? Partiendo de esta base, la subvención ahora más que nunca habría que utilizarla en fomentar la afición. Una posibilidad sería el abaratamiento en los precios de las entradas generales y la creación de una entrada súper-reducida hasta 14 años, estudiando una cantidad a subvencionar por parte del Ayuntamiento dependiendo del precio de la entrada vendida y no cobrar piso de plaza a la empresa adjudicataria podía ser una solución bastante más económica que muchas de las subvenciones que se ofrecen para después como yo digo: “ver lo que vemos por querer ver lo que no podemos ver”. Y es que como dijo el Guerra "ca uno es ca uno" y "lo que no pue sé no pue sé y ademá es imposible".
Analizando mi punto de vista se volvería a las raíces esenciales de lo que ha sido el espectáculo taurino. Voy a poner solo un ejemplo: Si una persona no puede económicamente tomarse un güisqui de marca todos los días, le quedan dos opciones: elegir la citada bebida de marca para tomarla solamente los domingos o de querer hacerlo a diario ajustarse a un precio y una calidad ínfimamente más económica. En muchos pueblos pasa lo mismo, muchos festejos, entradas baratas y carteles de grandes ferias no pueden ser. Y las novilladas ¿Qué pasa con las novilladas?
Hoy quizá “guiados” por una política de igualdad con la que estoy totalmente de acuerdo aplicada al ámbito personal, la considero totalmente equivocada en el ámbito taurino. Pretender carteles de figuras en este tipo de plazas, solamente consigue por lo general una pérdida de respeto tanto al aficionado como al Toro. Falta de respeto a consecuencia de qué; pues a consecuencia de ofrecer espectáculos mediocres. Mediocres porque todos sabemos y nadie pone remedio a que en la mayoría de este tipo de plazas siempre se habla del cartel de toreros pero jamás se habla de la ganadería, del Toro, quizá esto ocurra porque hace mucho tiempo -y ya sea tarde para cortarlo como si de un cáncer se tratara- no se haya visto salir un TORO por la puerta de toriles y lo hayamos olvidado, y a este es al primero que debemos defender, este espectáculo, si ha pervivido por los siglos de los siglos ha sido gracias a la emoción, al riesgo y al poder del TORO, que aunque no negaré a veces lo haya, debemos de reconocer que está muy, pero que muy mermado.
Carteles con toreros que están fuera de ese gran circuito de ferias y el toro íntegro -difícil proposición- sería el incentivo necesario para que aunque la tarea resulte ardua, volvamos a recuperar esa esencia que en la actualidad está perdida por culpa de unos, con la ayuda de otros y el dinero de todos.
Aquí tenemos el cartel del Domingo de Resurrección que el próximo 24 de abril tendrá lugar en la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid y que es repetición del año pasado el Domingo de Ramos: Curro Díaz, Leandro Marcos y Morenito de Aranda con Toros de “Los Recitales”. ¿Quieren que hagamos una encuesta en varios pueblos para ver quienes conocen realmente a los tres toreros y la ganadería?
Esta es una de las labores que había que subvencionar para que las entidades taurinas locales ya que la administración es impensable lo haga; puedan celebrar coloquios y actos taurinos pedagógicos. Pero vende más traer un torero, si es mediático mejor e invitar al político de turno para salir en la foto, así nos va.
Amigos, espero que esta humilde opinión de aficionado de pueblo, expresada libremente y que con toda seguridad tendrá aciertos y desaciertos, así como no puede ser de otra manera ya que de Toros hablamos, división de opiniones; sirva al menos para intentar que el TORO vuelva a recuperar sus fueros, los que nunca debió perder.
Encierro de Juan Pedro Domecq en Baeza 2010
Encierro de Victorino Martín, Baeza 2010