Con este artículo quiero poner broche de oro al año 2009 y agradecer al más honrado, noble y poderoso, al toro bravo. Claro que todos estos calificativos son siempre y cuando es observado en su hábitat natural antes de ser vejado, ultrajado y sobre todo manipulado para que así pueda cumplir con las normas impuestas por una tauromaquia moderna que veremos donde va a llegar y, no por la normativa vigente cada vez menos respetada, al fin y al cabo, la voluntad de un púbico de “mundo feliz” prevalece ante un nutrido número de presidentes de palco y el reglamento, pues no en vano hubo un político quien afirmó que los reglamentos se hacían precisamente para no respetarlos, aquí Paz y allí Gloria.
Y he dicho manipulado, no presuntamente manipulado, sino vuelvo a reiterar, manipulado; porque según escuché decir a D. Amando de Miguel, la presunción es algo que está reservado al Poder Judicial, en cambio el ciudadano dentro de lo que es la libertad de expresión puede opinar libremente, después, todo podrá ser discutible. Manipulación palpable es lo que se observa en infinidad de plazas una feria sí y a la otra también, aunque algunos veterinarios me hayan querido hacer ver lo contrario queriendo enmascararlo aludiendo el arreglo a pitones escobillados a consecuencia de rozamientos naturales en el campo, a arreglo tras quitarle las fundas protectoras, etc., que sin dejar de ser posibles consecuencias para su “arreglo” y así ponerlo “guapo” para la lidia, bueno……..para la media lidia de la que hoy “disfrutamos”; del mismo modo puedan ser excusas para una manipulación fraudulenta, que vergonzosa y palpablemente es consentida por la autoridad, la que debe velar por los intereses del toro y del aficionado y; yo ingenuo de mí, me lo creo.
Dicho esto y ciñéndose a lo vivido durante esta temporada, como digo al principio he podido vivir un año difícil de igualar, pero eso sí, fuera de las plazas de toros, en estas, los sentimientos han aflorado más bien poco, pues sin magia no existe el toreo y esta, ha surgido en contadas ocasiones. Ya lo dijo un matador de toros, el toro tenía que salir “para todos” como lo parió la vaca. Con el toro integro se le da importancia por parte del aficionado al valor del torero. No cabe duda que de esta forma se es depositario de ese toreo eterno que perdura en la retina del amante al buen toreo. Pero de esos que viven en torero y morirán en torero, siempre luchando, quedan pocos.
En el campo todo es diferente, el campo tiene magia, te da vigor al igual que lo posee quien es el rey del lugar, el toro bravo y; es él, que visto en su hábitat natural quien hace precisamente que algunos sigamos defendiendo un espectáculo puro e íntegro, como lo es el entorno paradisiaco donde se cría.
De la mano de mi “apoderado” Pepe Tobaruela, en Fincas como “Cerropelado” propiedad de D. Iñigo Garzón, con reses procedentes de Núñez del Cuvillo. “El Hueco”, propiedad de José Luis Pérez, con reses de origen Parladé-Juan Pedro Domecq. “La Rosa, propiedad de D. Joaquín García Nieto, con reses procedentes de Veragua, José Luís Osborne y Manuel González y Sánchez Dalp o Francisco Sorando, he podido vivir momentos mágicos junto a los diestros Curro Díaz, Andrés Revuelta, Luís González, Juan Luís Pizarro, Jesús de Almería o el reciente matador de toros Alberto Lamelas.
Todas las jornadas tuvieron algo especial pero quiero hacer especial relevancia a la tarde junto a Curro Díaz, frente a un reciente eral de Núñez del Cuvillo. Las sensaciones frente a un becerro son totalmente distintas a cuando se hacen frente a las hembras, si además; se está guiado y asesorado por el diestro linarense, la experiencia es inenarrable.
Otra memorable jornada fue en casa de D. Joaquín García, ya que ante una vaca jabonera de Veragua de esas que suele decirse “enseña a torear”, pude sentirme torero de la mano del diestro Luis González que venido desde Ávila recibí su invitación. Tarde de rojo jazmín donde su aroma nos envolvió, reverdeciendo años de juventud que frente a una becerra nunca desvanece. Gesto que es de agradecer a D. Joaquín por su actitud y amabilidad consiguiendo satisfacer el alma de viejos aficionados como si de unos jóvenes novilleros se tratara y, no cabe incertidumbre si apostillo que el aficionado práctico cuando tiene la oportunidad también pone verdad y sentimiento hasta el punto de ser indescriptibles las sensaciones delante de una buena becerra como las tentadas en “La Rosa”, todavía a mis años me asombro y me pregunto.... ¿Cómo pueden producirse tales emociones y ejecutar tres naturales y uno de pecho?, ¿que tendrá esta afición?, sinceramente no se qué pensar, ¿locura tal vez? o ¿quizá sensibilidad?
Este año más que ningún otro he podido comprobar que a pesar de la edad no existen distancias con el ayer, que la afición a los toros jamás se ahoga con el tiempo, la ilusión por torear tampoco, aunque es verdad que al principio hay dudas y temor, un temor que anida en la realidad del momento y te ves envuelto en confusión, pero hay algo que no puede explicarse y de repente sientes como el cuerpo se te ciñe en un fuego sin calor que te hace sentir una esperanza de poder que te fluye como el agua fresca y cristalina de una fuente. Es entonces cuando el tiempo ante la cara del novillo o becerra se hace eterno, tanto que; caminando despacio y en silencio frente a ellos, te da tiempo a pensar que a pesar de los años tienes que expresar tu arte, intentar bordar un derechazo, un natural o un pase de pecho, si esto se consigue sientes como se para el tiempo, quedando un recuerdo de ese mágico momento en la mente que ya nadie te puede arrebatar. Un minuto de gloria, un minuto que te da fuerza y vitalidad para sin ser torero, hacerte sentir y seguir viviendo en torero.
La verdad es que no tengo palabras para agradecer la ayuda que estoy recibiendo por parte de ganaderos y toreros de cara a un proyecto cercano que esperemos llegue a consolidarse por solidario. Con ellos he podido compartir “capa” en el campo, al estilo de antaño, de “tapia” con mis 50 años a cuestas, pero pleno de ilusión y fuerza para seguir poniéndome delante de alguna res. Cuando esto se produce y salen bien las cosas, el disfrute surge en grado superlativo.
Y es que la mente al igual que la fantasía, precisamente por ser fantasía y no poderse cumplir, nunca envejece y siempre te hace estar ahí, como el primer día.