Siguiendo al hilo del artículo sobre el documental “Fiesta” que emitió T.V.E., quisiera llevarles mi forma de ver el toreo en Cataluña desde el terreno profesional por quienes afincados en aquella tierra tienen que ejercer su profesión sin las comodidades de otras tierras donde lo taurino es más habitual.
Yo, que este año he tenido la oportunidad de acudir a decenas de tentaderos y en cada uno de ellos me he encontrado con gentes del toro distinta en cada ocasión, donde todo es bonito, alegre, cordial y hasta saludable para la mente y el espíritu; pienso muchas veces lo que sería de mi vida si por circunstancias tuviera que habitar nuevamente en una provincia como la de Barcelona, con toda seguridad puedo decir que taurinamente hablando moriría de tristeza y angustia. Por eso tras esta conclusión no paraba de rondarme por la mente, cuan difícil debía ser la vida taurina de estos toreros que tienen la misma adecuada en esta región española.
Pudo apreciar todo aquel que siguiera la serie, como el terreno de entrenamiento de estos toreros, era la terraza de un edificio de pisos en plena ciudad o al lado de algún polideportivo descubierto; en ambos casos no dejaban de hacerlo en un terreno a mi entender inhóspito y, me atrevería incluso a decir que bastante irrespirable a consecuencia de la cercanía con los gases contaminantes lógicos de una gran ciudad como es Barcelona. Otra de las consecuencias nefastas pienso tienen que superar estos toreros, es la de saber que están conviviendo en una tierra donde el ambiente anti-taurino es palpable y demoledor. No debe ser lo mismo llegar a una Plaza de Toros como la Monumental de Barcelona siendo un matador de toros que en unas horas desaparece de la ciudad, que quien después de su actuación, tenga su hábitat en la misma o provincia y ese mismo lugar sea a veces el que tenga que utilizar como centro de entrenamiento en los días sucesivos mientras les reclama la obligación de cumplir algún contrato y encontrarse con la masa energúmena en plena acción, que si bien no es la única plaza que los padece, en Barcelona parecen haber encontrado su mejor caldo de cultivo.
Por estos motivos digo; que estos toreros son ejemplo de una torería y tesón que, si no superan al resto que vivan en otras zonas de España, es un problema más; porque además y esto es importantísimo para sus trayectorias profesionales, aun residiendo en un lugar donde el ambiente taurino popular bien es verdad sigue siendo de los más importantes y entendidos del país, les falta lo principal, el campo bravo, ganaderías donde poder acudir a tentaderos sin tener que recorrer cientos de kilómetros para hacerlo en cualquier punto de nuestra geografía taurina; que si ya esto es algo inherente y un peligro añadido a su profesión y se puede incluso digerir bien cuando se está toreando; debe ser bastante frustrante cuando este peligro es asumido sin contar con contratos y; esto es algo que se les debe acrecentar a los toreros que tras estos menesteres camperos vuelven a una tierra, falta de ambientes taurinos profesionales.
Uno de los que podría hablarnos sobre este tema es el matador de toros de reciente alternativa en nuestra tierra y que actuó en el citado documental, se trata del matador de toros Mamerto López Díaz.
López Díaz, que así es como se anuncia en los carteles, tomó la alternativa en la Plaza de Toros de la vecina localidad de Sabiote el 23 de agosto de 2007. Lo hizo vestido como mandan los cánones, de inmaculado blanco y oro, ante un toro de Collado Ruiz de nombre “Caracol”, negro de capa y herrado con el número 5 en los costillares. El padrino de alternativa fue Francisco Rivera Ordóñez, actuando de testigo el extraordinario matador de toros de Linares Curro Díaz que esa tarde indultó al toro “Empleado”, negro listón, herrado con el número 50 de la ganadería de San Miguel, perteneciente a la familia Sánchez Dalp. López Díaz salió a hombros con sus compañeros tras cortarle las dos orejas al sexto de la tarde, un toro de Sánchez Dalp.
Hasta llegar a la alternativa, este torero nacido en Villanueva y la Geltrú (Barcelona) un 7 de febrero de 1979, estuvo como alumno de la Escuela Taurina de Cataluña.
Se presentó en Madrid el 14 de octubre de 2006 junto a Curro Jiménez y Martín de Urdiales, cortando una oreja el quinto de la tarde, nº 35 de la ganadería de Montes de Oca, de nombre “Badano”, negro chorreado y bragado de 466 kilos de peso, siendo el novillo ovacionado en el arrastre.
En unas declaraciones, este torero barcelonés que llegó a Las Ventas a debutar después de estar convaleciente de una cogida, dijo que se podía decir que fue de la cama a Madrid. El 30 de septiembre le pegó una cornada un novillo en el pueblo abulense de Hoyo de Pinares de 17 cm. que le rozó el vientre. Gracias a Dios no lo acusó ni física ni psicológicamente.
Pensando ya en el futuro, López Díaz afirmó que con la oreja lograda en Madrid “ponía las cosas más de cara. Junto a su apoderado Tiburcio Lucero espera volver a Barcelona la temporada siguiente y sobre todo repetir en Madrid, que es lo que más ilusión le haría".
De novillero recorrió ampliamente la zona centro de la península y conoció bien los municipios de Madrid. En la anterior temporada a la de su alternativa sumó 34 festejos y consiguió cortar las mismas orejas y un rabo de las sesenta y seis reses lidiadas. En su currículum de encastes lidiados deja ver distintas clases de ganaderías, desde las más comerciales hasta las ganaderías más duras de corte torista, El Puerto de San Lorenzo, Torres Gallego, Hato Blanco, Monte de la Ermita o Adolfo Martín son algunas pruebas de ello.
De López Díaz dije que es un torero que apunta maneras y al que hay que ver más veces, se mostró toda la tarde muy dispuesto y templado a pesar de la carga que suponía para un novel estar al lado de dos figuras del toreo como son Rivera y Curro Díaz.
Desde estas páginas, quisiera rendir un homenaje y un merecido aplauso a estos toreros catalanes así como a quienes les precedieron, tal es el caso de Mario Cabré, Joaquín Bernadó o Enrique Patón, que seguramente dadas las condiciones de la época del mismo modo tuvieron que tener difícil sus andaduras taurinas. Suerte TOREROS.