jueves, 12 de noviembre de 2009

Otra temporada mas







Pasó San Lucas y como todas las temporadas Jaén puso cierre oficial a la temporada taurina en nuestro país, en cuestión de algo más de tres meses con la llegada de las cigüeñas para San Blas el aficionado como si de un niño se tratara espera a que esas majestuosas aves traigan una “recién nacida” en forma de temporada taurina. Mientras, en este preámbulo, es tiempo de disfrutar del invierno taurino en el campo, herraderos, tentaderos, entrega de premios a profesionales, conferencias y tertulias taurinas, en definitiva; es tiempo de seguir disfrutando de una forma distinta del TORO, del majestuoso, del verdadero y poderoso TORO, visto en su hábitat natural.
Pero sobre todo es tiempo de análisis de temporada, ya que al cierre del artículo publicado finalizada la temporada pasada comenté que solo quedaba la esperanza que en la siguiente, haciendo referencia a la que ha terminado recientemente, todo empezara a cambiar por el bien de la Fiesta, que supiéramos respetar a los toreros y al toro bravo, que ese “Jurado Popular” al que muchos creían moderno y en los toros es tan antiguo como la propia Fiesta juzgara con verdadera equidad las faenas que se realizaran en los ruedos y sobre todo que los nombrados para defender este espectáculo cumplieran como deben el Decreto que les obliga a ello, pero todo ha seguido igual o peor empezando por la no aprobación del nuevo Reglamento Taurino Vasco que tan sustanciales cambios parecía augurar para unos y tan nefasto parecía a otros.
Todo no ha sido malo, bien es verdad que aunque con mucho aroma a “Aftershave” por los cosos visitados, en su mayoría 3ª y portátiles, se ha podido disfrutar de faenas sueltas que aunque dejaron buen sabor, no se pudo ver a los diestros en plenitud debido a que, aquel en que todos mandan menos quien lo cría, el desprotegido y manipulado “torete” que se lidia tarde tras tarde en este tipo de plazas, sale cada vez mas mermado físicamente. Tardes de toros para recordar solamente mencionar una, Plaza de Toros de Villacarrillo, reses de Jandilla, en cartel Curro Díaz, Daniel Luque y Rubén Pinar, pero este tipo de cartel es “caro de vender” a muchos ayuntamientos. Sigan los alcaldes obligando a las empresas en este tipo de plazas a anunciar “figuras” y por consiguiente “toretes”, ¡acaben de una vez por todas con esta Fiesta! Da la impresión que quien se supone son los que debieran velar por el buen funcionamiento de esta Fiesta en defensa de la misma, del Toro y del aficionado; está más a favor del anti-taurinismo que de lo que verdaderamente le obliga el Reglamento Taurino de Andalucía.
En conversaciones privadas algunos de estos cargos opinan estar en desacuerdo con las irregularidades que se producen en un festejo taurino, pero resulta paradójico ver como a la hora de ejercer consienten y tragan. No llego a entender este comportamiento, viendo tarde tras tarde, festejo tras festejo, la incapacidad absoluta y manifiesta de obrar con verdad y honradez.
En sus respectivos pueblos son ustedes los únicos responsables de ello, no lo digo yo, lo dice el reglamento taurino vigente que los cataloga como “máxima autoridad” ¿autoridad?, ¿Dónde está la autoridad? Como dice el que fuera un gran presidente, D. Juan Lamarca, ni está ni se le espera por esos palcos de presidencia en las plazas de toros. Si acaso se buscara por almonedas cual antigualla arrumbada, podríamos encontrarnos con algún tendero sorprendido: Eso ya no se despacha, de eso ya no queda nada.
Por tal motivo sería conveniente aunque con toda seguridad no lo van a hacer que responsables de algunos palcos de plazas de toros deberían convocar un coloquio taurino ahora que estamos en época de ello para que el verdadero aficionado, ya saben, “el del autobús”, pudiera exponer públicamente sus dudas y consultas, o ¿quizá a estos palcos les dé más miedo lidiar al verdadero aficionado, que a los toros que se lidian en las plazas donde ejercen sus funciones?, ¿existen intereses personales que les obligue a desistir del puesto de privilegio que ocupan?. No lo hagan y sigan cargándose a la Fiesta y la afición.
La autoridad de nada vale sin que esté verdaderamente dispuesta a denunciar el fraude defendiendo la integridad del espectáculo. Esto terminará muriéndose en la mayoría de plazas de menor categoría, de hecho este año llamado de la “crisis”, para algunos, donde más ha bajado el número de festejos ha sido en plazas de 3ª categoría, supuestamente donde se aprecia con menor integridad o mayor fraude el espectáculo, elijan el “conceto” que más les guste.
Claro que por otro lado y mirando la parte positiva que todo mal tiene, quizá algún día no muy lejano puedan quedar los espectáculos taurinos reducidos a las plazas donde más se respete esa integridad y pureza que deben imperar y el aficionado salga ganando, aunque en consecuencia tenga que desplazarse unos kilómetros. Valdrá la pena.