MI ELEGIA, MI LLANTO
Por ser madre de Toreros...a Ana María Díaz
Te han llevado en esta tarde
a ese lugar reservado,
junto a los dioses del Cielo;
para, desde allí asomados
mientras te esperan,
escuchar entre liras y poemas,
en los que ligados,
con una mano la muleta;
y en la otra,
con rima como compás,
una espada que más que espada,
una pluma ser quisiera;
para rematar en sentimientos,
hasta dónde con el Amor llega,
un hijo Torero en el cielo.
Y la dicha de tener
otro Torero más en la tierra,
entre tu muerte y la suya,
llenando en silencio El Toreo.
Y...desde aquí,
unos versos, anónimos
para tí y para Antonio,
el de la media sonrisa.
Mi amigo al que no acabo
de devolverle el brindis.
José Olid Planet