domingo, 15 de septiembre de 2013

NIMES. ODA AL MERITO. RUGIÓ EL MISTRAL

La tarde en el coso romano de Nimes no respondía en sus comienzos a lo esperado, los tres primeros toros de Miura, escasos de fuerza, perdían las manos y se derrumbaban como las esperanzas del aficionado que, expectante aguardaba emoción, peligro, oficio, valor y entrega.
Más no siempre los malos principios auguran peores finales...¿o quizás, si?

Si el prestigio, el mérito, el hacer justicia, va de la mano del oponente a quien se enfrentan los Toreros, a partir del cuarto, la exaltación y el fenómeno de reivindicación por parte de Robleño , J. Cataño de la lidia completa, es no sólo de agradecer, más bien, en los tiempos que sufrimos, para interpretar una oda heroica.

Ahí estaban ellos, los de siempre: esa cuadrilla de Toreros de plata, pero con almas de Oro de 24 Kilates. 
Si el Toreo es grandeza, en la arena de Nimes, quedará la casta, la torería, los arrestos de un ilustre: David Adalid, que desoyendo las órdenes de su matador tras sufrir una cornada en el gemelo, ha rogado, suplicado, salir a colocar sus últimos palos, el final del episodio, lo esperado, pero en nuestra memoria quedará para siempre ese alto precio, esa raza sin mesura y ese amor por una profesión engrandecida a base de exponer, entregarse a aquello en lo que uno cree y que tanto ama, y eso Sr@as, desde mi cada vez más sentido agnosticismo, no tiene precio!.
Informa.- Gloria Cantero. Colaboradora de la Región de Murcia para De Catafalco y Oro.

UN MANO A MANO PARA LA REFLEXION


La realidad de Manuel Escribano