Eugenio de Mora
"...Eugenio
estuvo muy firme y aunque le molestó el viento, fue capaz de sacar dos
buenas series de derechazos, de buen mando y buen trazo..."
LA CORRIDA CATASTRÓFICA
- Al llegar a la plaza fui reprendido severamente por una dama madura y de ojos verdes. Al parecer, le tengo manía a Manzanares.
Y no hay tal manía querida dama, lo que ocurre es que yo veo los toros
sin favoritismos previos y sin que interfieran en mi juicio apetencias
de tipo sexual.
Domingo Delgado de la Cámara / Fotos de Andrew Moore
La
corrida catastrófica es un clásico de la Feria de San Isidro. No hay
San Isidro sin corrida catastrófica. En este San Isidro 2.014 la corrida
catastrófica nos tocó ayer. Hasta once toros llegaron a pisar la arena.
Una corrida podrida de Peñajara fue la desencadenante del desastre. Los
peñajara non podían ni con el rabo, se hundían estrepitosamente,
parecían enfermos. No es la primera vez que Peñajara propicia un
descalzaperros como el de ayer. Sería aconsejable no volver a traer esta
ganadería en un lustro por lo menos. Pero es que además, un sobrero
tuvo que ser devuelto por que se partió un cuerno por la cepa, y otro,
por debilidad manifiesta. Total, tres horas de corrida.
Menos mal que ante esta ruina, la gente se lo tomó a cachondeo:
- ¿De qué nos quejamos? Habíamos venido a ver una corrida, y por el mismo precio, hemos visto dos...
En el tendido se oía este comentario y otros por el estilo.
Eugenio de Mora
Alberto Lamelas y Eugenio de Mora
tuvieron una actuación muy estimable. Lo malo, es que con el
aburrimiento de tres horas de festejo, no se está en la mejor de las
disposiciones como para analizar con lucidez la actuación de los
toreros...cuando una corrida dura tanto tiempo, es imposible no
hastiarse.
Alberto Lamelas
Alberto Lamelas,
vino a jugársela de verdad. Ya lo demostró en un angustioso quite por
gaoneras al segundo de la tarde, el toro estuvo a punto de llevárselo
por delante. El sobrero de Los Chospes que toreó en primer lugar fue
áspero y mirón, fue un toro difícil. Lamelas se asentó en la arena e
hizo las cosas muy de verdad, echando la muleta al hocico y aguantando
derrotes y miradas. Estuvo muy valiente. Eso sí, fue insensato ese final
de faena por bernardinas, intentado embarcar con media muleta y con el
cuerpo por delante, a un toro listo y avisado. El volteretón fue
inevitable. En el único momento en que no estuvo decidido fue con el
estoque, una media estocada quedándose en la cara del toro, que le
apartó del triunfo. El sexto fue un toro muy incierto por mirón y
gazapón, Lamelas intentó la faena con ahínco pero era imposible.
Eugenio de Mora,
no pudo hacer nada en su primera intervención porque tuvo delante un
peñajara totalmente inválido. En quinto lugar toreó un sobrero de la
Rosaleda, sin demasiada clase y con geniecillo. Eugenio estuvo muy firme
y aunque le molestó el viento, fue capaz de sacar dos buenas series de
derechazos, de buen mando y buen trazo. Logró una buena estocada,
después de un pinchazo. Este pinchazo le arrebató una merecida oreja. De
Mora dio una vuelta al ruedo sin votos discrepantes.
Víctor Puerto
mató en primer lugar un inválido del hierro titular y en cuarto turno
un sobrero del Conde de la Maza, que parecía salido de la revista Sol y
Sombra. Parecía un toro de los tiempos de Machaquito y Bombita.
Un toro anterior a José y Juan, cuando los ganaderos no tenían en
cuenta las hechuras. Un toro flacón, veleto, cuesta arriba. En varas,
jugada para ver en la moviola, el solito descabalgó y volvió a colocar
en la montura al picador José de la Cruz. Este cuarto fue un toro probón
y de media arrancada, Puerto se lo quitó de en medio. Y esto fue lo que
dio de sí esta decimosexta de feria.
Al llegar a la plaza fui reprendido severamente por una dama madura y de ojos verdes. Al parecer, le tengo manía a Manzanares.
Y no hay tal manía querida dama, lo que ocurre es que yo veo los toros
sin favoritismos previos y sin que interfieran en mi juicio apetencias
de tipo sexual. Y Manzanares se pasa a los toros muy lejos. Está claro
que no hay que cruzarse en todos los muletazos y que lo esencial es
ligar los pases sin enmendarse, pero eso puede hacerse con ajuste o sin
ajuste, pasándose al toro cerca o pasándose al toro lejos...Manzanares,
pega el muñezaco hacia fuera, desplaza al toro en dirección a Cuenca,
saca el gadgetobrazo y entre él y el toro cabe un autobús. Esto es así,
querida dama, intente por un momento olvidar lo guapísimo que es su
ídolo, haga el favor de mirar las imágenes de los hechos y se dará
cuenta de lo que digo, Manzanares se pasa los toros muy lejos, en unos
tiempos donde los toreros se pasan los toros muy, pero que muy cerca.
Esa misma tarde Perera dio una lección de ajuste, de pasarse a los toros
cerca. También hubo ligazón y temple, mucho temple, cosa en la que
tampoco brilla Manzanares, que es ligerito, ligerito...Así que aplauda
todo lo que quiera a su torero, pero igual que usted tiene el derecho a
aplaudir, yo tengo el derecho a criticar, faltaría más...
Por último, quiero
dar las gracias a todos los amigos que el sábado me acompañaron en la
presentación de mi último libro, abarrotando la sala Cossío, de la plaza
de Las Ventas. Muchas gracias a todos. Un abrazo.
Eugenio de Mora
Eugenio de Mora
Eugenio de Mora
Víctor Puerto
Alberto Lamelas
Alberto Lamelas
Alberto Lamelas
Florito remata la serie...