sábado, 23 de octubre de 2010

Curro Díaz en Segovia


 

 Curro Díaz junto al contertulio Eleuterio Sánchez, entregándole un óleo de Lope Tablada. / Kamarero


Curro Díaz repasó en la 216ª Tertulia taurina su experiencia. "El toro de la ganadería del Cura de Valverde en mi confirmación de alternativa supuso el paso más importante de mi carrera", confesó.

El matador de toros de Linares, Curro Díaz, fue el invitado especial de la 216 Tertulia Taurina de Segovia, cuya convocatoria supuso la reanudación de estos encuentros tras el paréntesis del verano. La convocatoria fue la número 216 y se produjo en forma de rotación, ya que este diestro ya vino a la tertulia hace cinco años. El mesón Patricia registró buena afluencia de aficionados y el ambiente, como siempre, grato y placentero.
Tras el almuerzo con el habitual cocido se mantuvo el correspondiente coloquio que deparó un contenido sumamente interesante, en el cual se tocaron temas fundamentales de la vida torera del invitado y otras meterías de actualidad.
“Cuando vine a esta tertulia hace cinco años fue la primera vez que asistíamos juntos a una reunión de esta naturaleza mi apoderado y yo. Desde entonces formo equipo con Ignacio González. Mi porte agitanado viene por parte materna, ya que la madre de mi madre era gitana. Mi abuelo paterno fue ATS y pertenecía al equipo médico que atendió a Manolete la fatídica tarde del 28 de agosto de 1947. Mi padre fue administrador de la Casa de Linares y yo nací en la misma habitación en la que murió Manolete”, afirmó.
Sobre su afición dijo que nació cuando se enfrentó de manera fortuita a una becerra “sin haber cogido en mi vida una muleta”. “Me gustó y aquí estoy. El toro que me condicionó mayormente fue un ejemplar de la ganadería del Cura de Valverde la tarde de mi confirmación el 13 de agosto de 2003. Tras años de pechar con corridas duras, muchas de las cuales las sumé en el Valle del Terror, fui cogiendo estilo y siempre manteniendo mi norma torera, la de ser fiel a mí mismo, es decir, fingir no es lo mío, ser fiel a mi concepto torero. Desde hace tiempo me funciona muy bien la espada y eso me ha producido muchas satisfacciones. Este año he toreado 32 corridas de toros con notables éxitos como en Nimes, Zaragoza, Barcelona, Pamplona e Iscar. En esta plaza cuajé el mejor toro de la temporada, un excelente ejemplar de García Jiménez. Luego vino lo de Las Ventas el 2 de octubre y por ahora he dado fin a mi temporada. ¿Percances?, alguno, el peor de los últimos tiempos en Alicante en agosto, ello me privó de torear cinco corridas”. “Me gusta especialmente el encaste Núñez, y no lo digo porque la ganadería de mi apoderado tenga ese encaste, sino por muchos conceptos positivos que me convencen desde el prisma de torero.”
Curro Díaz manifestó tener programada una próxima temporada taurina basada en las ferias más importantes comenzando por Valencia y sumar posiblemente unas 45 corridas, todo ello de la mano de su apoderado el titular de la ganadería de Hermanos González Dalp, Ignacio González.
Como obsequio se le entregó un óleo de Lope Tablada, un fiel reflejo de la personal estética de este torero linarense, simbolizando una trinchera y vestido de verde botella, y que causó la admiración general de los presentes.

Fuente .- El adelantado. Com / Pablo Pastor – Segovia.