martes, 1 de noviembre de 2011

Iván Fandiño. Nos estamos olvidando de lo más importante



Tomando el hilo con el artículo del buen aficionado Enrique Martín, me paso por el blog “Cornadas para todos” de Andrés Verdeguer, otro blog que recomiendo al buen aficionado, donde leo lo siguiente:
Iván Fandiño tajante ante tanta reunión de gedieces y demás taurinos. ¡Que es la fiesta!

Tocando un tema de actualidad, ¿cómo ve Iván Fandiño las reuniones que están manteniendo estos días la Unión de Toreros y la posibilidad de que se negocien los derechos de imagen de los matadores de toros?
Creo que al final todo camina en torno a los intereses personales. Cada sector, cada colectivo, busca lo mejor para sí mismo, busca lo que mejor le puede convenir, y en definitiva nos estamos olvidando de lo verdaderamente importante, de hacia dónde camina la Fiesta, hacia dónde camina esta profesión. Más allá de reuniones y uniones de unos y de otros, creo que lo que hay que plantear es una Unión de Aficionados que se pregunte cómo plantearse la Fiesta y que la beneficie y ayude en estos momentos tan complicados.
Por lo que leído lo que dice Iván Fandiño, solo queda que Madrid se de cuenta de que lo mejor sería la autogestión de la Plaza de Toros de Las Ventas, y para muestra aquí dejo algunos comentarios de aficionados a los cuales vale la pena escuchar dentro de este variopinto mundo cibernético.
Gil de O. dijo.:
Madrid tiene la palabra. La palabra es AUTOGESTION. Es la tabla de salvación de la Fiesta
La maquinaria está engrasada para entrar de lleno en el Segundo Circuito encabezado por la propiedad de las Ventas, La Comunidad. Es el momento ideal y crítico para acometer esta iniciativa.
No se vayan a nombres de relumbrón.
Recuerden Florito, no era nadie como corralero, bueyero o cabestrero en Las Ventas y hoy es toda una Autoridad.
Hay mucho personal preparado, con nombres de andar por casa sumidos en el anonimato, capaces de recorrerse el campo bravo sin problemas; que no debía ser lo básico, ya que los ganaderos, TODOS sin excepción, saben con lo que hay que ir a Madrid.
Es cuestión de ponerlos en fila a los que tengan interés por las Ventas, y por supuesto a dinero. Los Matadores y Toreros en general, por orden de lista -mejor sorteada- dejando en hueco de la terna para un invitado que entraría por actualidad, repetición o posible sustitución. El que se eche fuera -lesión o decisión- al final de la cola de nuevo. En deporte al salir de una lesión hay que volver a ganar el puesto, sea tenis atletismo o fútbol, por poner algunos ejemplos.
Ya está bien de "plieguecitos ad hoc"; y de conveniencias. Las Ventas tiene la responsabilidad de echarse la Fiesta a sus espaldas.
¡Segundo Circuito, ya! Con ese pedazo de abono, llevar Las Ventas es así de sencillo, siempre que la estructura empresarial y administrativa no se olvide. Preparado el grifo para darle media vuelta y poner en la puerta de la calle al que no pueda o no sepa cumplir con su obligación.
Me tengo que mojar, lo siento. Son líneas generales, que tengo mucho más pormenorizadas.
Enrique Martín dijo: 
Gil de O.:
Pues ya nos tienes esperando esa exposición detallada. Seguro que estará muy bien fundamentada.
Ese segundo circuito igual abría los ojos a más de uno, pero primero hay que luchar con los poderes establecidos o que, como tú dices, haya una plaza importante que se decida a dar el paso y que se desmarque de eso que ahora se admite como bueno por la mayoría, pero que al final no llena a nadie. A ver si las ferias dejan de estar montadas según el interés de la tele, o quizás esto sea un error, a lo mejor ahora se montan de acuerdo a los intereses de una persona que pone y quita según su capricho.
Si es joven y prometedor se le coge, se le exprime y cuando ya no valga, a la papelera. Si se pudiera poner en práctica esa iniciativa y si encima funciona, podría ser un vuelco tremendo. Y a funcionar no me refiero a torillos bobos, triunfos a diestro y siniestro e indultos, porque eso ya se ve que no lleva a ninguna parte. La cuestión es que el público vuelva a emocionarse y que no le dé tiempo ni al bocata, ni al cubata y que si alguien se lanza a tomárselo, que no le siente bien porque llegue a darse cuenta de que lo que está viendo tiene peligro, emoción y sobre todo mucho mérito. Ojala se produzca el cambio y veamos tanto toro y torero arrinconado en estos momentos.
Juan Carlos dijo:
Los “Hombres G” han empezado a mover en culo en cuanto intuyen que se les va a tocar el bolsillo (ni más, ni menos que lo que haríamos todos). Se rumorea que los empresarios se van a reunir con ganaderos y matadores para bajar su caché (supongo será el de las figuras porque si se dijera lo que cobra la mayor parte de matadores en San Isidro sería una vergüenza para la empresa). 
El “subvencionismo taurino” está disminuyendo, justo como lo están haciendo otros muchos capítulos en nuestra quebrada sociedad (cosas de la crisis). O se buscan nuevos cauces de financiación o se mejora la calidad del producto ofrecido para a atraer a un mayor número de aficionados a las plazas. Lo contrario supondría una merma en el número de festejos, lo cual a su vez supondría la desaparición de un mayor número de ganaderías y de profesionales taurinos. 
A José Tomás le dejaron solo, como en su día dejaron a Esplá o anteriormente a Antonio Bienvenida. Ahora, como bien apuntas, parece que se han dado cuenta que lo que él pedía es bueno para todos (más vale tarde que nunca). No les falta razón, la mayor parte del pastel debe ser para quienes se juegan la vida en el ruedo, no para el tío del bigote y adláteres, y no me refiero precisamente al del linimento. 
Entiendo que los “Hombres G” miren por lo suyo, yo también lo haría. Pero ¡mira por dónde! que sus intereses no van por caminos convergentes con los de una serie de aficionados, ciertamente una minoría, entre los cuales me incluyo. Los “Hombres G” miran por lo suyo pero no miran por la integridad del espectáculo. Y es que lo principal es el toro y los toros que vemos últimamente en las plazas mayoritariamente dan pena y, cuando no la dan, ya se encargan ellos (vía picador) en bajarle los humos. Esta última temporada he estado muy atento al “sonido de la plaza”, cuando se oye mucho murmullo, es que no pasa nada en el ruedo. Desgraciadamente, así ha sido en una aplastante mayoría de ocasiones. 
 
Con mis compañeros de tendido muchas veces hemos comentado algo parecido a lo que dice Gil de O. Entiendo que Las Ventas no es la plaza de Madrid (esa es Vistalegre). Las Ventas es la plaza de España y, como tal, tiene que servir de referente al resto de plazas. Tiene que ser la plaza donde, ya que hay oportunidades para un buen número de profesionales, también debería haberlas para un buen número de ganaderías y como salvaguarda de la poquita casta que aún queda en el campo bravo. Fórmulas puede haber muchas, abogo por una en la cual el toro sea el protagonista principal. Es decir, primero se contrata el ganado y, a partir de ahí, que sean primero las figuras las que elijan y después el resto pero siempre dentro de ganado de garantías. Eso de pedir tal o cual ganadería se acabó, de entre las que contrata la empresa usted puede elegir si es de los primeros del escalafón. Otra fórmula sería dejarles que escojan una de “corte artístico” pero también tiene que lidiar otra de “corte torista” (véase ejemplos como Garcigrande-Palha o Cuvillo-Victorino). Paralelamente y fuera de ferias se debe potenciar el ganado y primar a aquellos que lo dan todo en la plaza. Por ejemplo, contratar ganado de calidad, me da igual que sea corrida de toros o novillada y que, a juicio de una comisión de entendidos (por ejemplo: el ganadero, un miembro del estamento periodístico, un representante de las peñas taurinas, un representante de la empresa y un representante de los abonados) que el mejor de la terna repita el Domingo siguiente, lo cual haría subir el nivel.
Soy consciente de que estas palabras caerán en saco roto pero ¡qué bonito es soñar!

Verdaderamente creo que tanto este post como el anterior y sus comentarios, deberían pasarse a todos los aficionados para que nos dieramos cuenta de la realidad que nos asola . Si no se le pone remedio a todo esto, por desgracia para muchos aficionados, no digo que desaparezcan los toros; pero si la Fiesta tal y como muchos la conocemos, de hecho ya está ocurriendo desde hace unos años, últimamente a pasos agigantados.

El G-10, José Tomás, la tele y la mamá de Tarzán

La vida no para de sorprender a uno. Ahora resulta que los chicos “Ges” han tomado la determinación de arreglar el pitote de la televisión. Ya parecen cansados de que el empresario decida, actúe y cobre por ellos, que se tienen que conformar con lo que les den y suponer a priori que va a haber buena fe por parte de la tele y el empresariado. Vamos, algo muy parecido a lo que en su día reclamó y sigue manteniendo José Tomás, apoyado en su momento por Joselito y secundado por Esplá, casi a costa de costarle su carrera.


Ahora resulta que estos maestros se nos han puesto una vez más reivindicativos y, años después, han decidido meterle mano a la tele. Que no digo yo que no tengan razón, que seguro que la tienen, pero después de lo que ha llovido, de lo que se ha oído y de los reproches que se han hecho, podemos decirles que “a buenas horas, mangas verdes”. Y estando en posesión de la razón, lo que a lo mejor no han elegido bien es el momento de exigir lo que creen que les corresponde. En un momento en que la fiesta de los toros no pasa por uno de sus mejores momentos, quizás uno de los peores, tanto en cuanto a aceptación social, como a la calidad e interés del espectáculo, a lo que además hay que añadir la coartada que supone la crisis. En nombre de esta crisis se pueden cometer todos los atropellos que podamos imaginar y que en otras circunstancias nadie se atrevería.

Resulta que esta circunstancia parece haber disparado las alarmas en el canal taurino de la tele oficial y oficialista de las ferias y que incluso se plantea hasta su posible desaparición. Ignoro si este puede ser el motivo que origina tal hecho, pero ¿quién nos dice que esto pueda ser una simple excusa? Hasta podría servir como cortina de humo y ocultar un posible fracaso del canal o simplemente una rentabilidad muy por debajo de las expectativas iniciales. Sería una pena, porque a pesar de los locutores y comentaristas, no se puede negar el bien que hace a la fiesta y sobre todo al maltratado aficionado.

Lo que yo me pregunto es qué les ha hecho cambiar de opinión a los mandones del toreo y pasar de un colaboracionismo empalagoso con la tele a un posible plante a las cámaras. Igual se nos han envalentonado después del éxito en las gestiones para pasar a Cultura, aunque puede que no se hayan parado a pensar en la diferencia entre una y otra empresa. Por un lado, a los señores políticos les importa bastante poco esto de la tauromaquia y si los señores toreros quieren cambiar de ministerio y no cuesta dinero, pues se cambia, como si quieren que a partir de ahora se les llame señores artistas, ¿qué más da? Que con su pan se lo coman. Pero lo de las corridas televisadas es otra cosa. Ahí se le toca el bolsillo a demasiada gente, que además coincide que son de los que más poder tienen en este tinglado; después de la mamá de Tarzán, por supuesto.

Resulta que van y le dicen a los señores empresarios que a partir de ahora no van a ganar tanto con la tele como antes y a los señores de la tele que lo mismo que antes costaba cuatro, ahora será cuatro y un pellizquito más. Y los unos y los otros vuelven la mirada al que paga, para ver si se encarecen un poquito más el precio de las entradas. O sea, lo de siempre. Tres discuten y paga un cuarto, ese que no puede, ni debe protestar, al que se le respeta con pulcritud su sacrazo derecho, el pagar y callar. Para que luego digan que no son mirados estos señores.

Lo que a mi me gustaría oír ahora es la opinión de todos aquellos que se despacharon a gusto con José Tomás, que con tele o sin tele, es él único que todavía llena las plazas con solo poner su nombre en los carteles. Les aplicamos a los “Ges” la misma teoría, esa que decía que el que no quería ser televisado era para que no se vieran sus carencias, ni los torillos que mataba, ni para tener que enfrentarse a los sumos pontífices del toreo del s. XXI. Ellos que han hecho del cemento un actor más de la fiesta, que han institucionalizado la bobona chocha desmochada y descastada y que procuran no molestarse entre ellos, no vaya a ser que alguien se enfade. Ellos que se creen capaces de todo, como si fueran la mamá de Tarzán repartiendo justicia, sabiduría y besos repetidos, como las abuelas. Veremos, o no, en que queda todo esto de los toros en la tele y si en el tan cacareado canal de toros veinticuatro horas nos pondrán las ferias más importantes o toda la serie de Tarzán de los Monos, el rey de la jungla.