Como suele decirse, “se lo han puesto a huevo”. Con el resultado de la adjudicación de la Plaza de Toros de Madrid; se lo han vuelto a poner a huevo a todos aquellos que forman ese G-7, 8, 9 o 10, porque ya ni se sabe los componentes de estos “hombres G”.
Y del mismo modo se lo han puesto a huevo a todos los taurinillos de turno, cazurros portavoces de una afición de clavel en la solapa y whisky en vaso de vidrio por los callejones, manejando los hilos de unas ferias pueblerinas cada vez más en detrimento y con menos categoría; en las cuales ya nadie cree aunque haya quien siga empeñado en querer seguir dando la categoría que antaño pudieran haber tenido; y todo por su propio beneficio.
Estos engreídos “portavoces” o “portavocías” -como incluye en su argot cierta casta a la que llaman parasitaria y que se encuentra en el diccionario en sentido figurado- creen que de los aficionados de verdad, no dejan de ser en el fondo antitaurinos, “chavillos” que la mayor parte de las veces actúan -porque incluso así son nombrados al efecto muchos de ellos- como meros títeres -alguno más listo, manejador- de los “reyes midas” de turno, sin darse cuenta ¿o sí se dan? que no son otra cosa que mercancía adquirida por cuatro entradas de estancia en callejón para desempeñar lo que otros debieran y que muy astutamente se reservan en la retaguardia para no dar la cara y dejando a éstos como clarividentes enemigos internos tanto de sus pueblos, de sus conciudadanos aficionados, así como de la Fiesta de Toros, corrompiéndola a pasos agigantados desde todos los frentes y trincheras posibles.
¡Qué vergüenza! En el fondo dan pena y desde la parte que me toca, me alegro que sean mis enemigos cuando leen -aunque lo nieguen- algo de lo que escribo, porque además actuando de esta manera, suele llegarse al cinismo más puro y más duro, dejándose como suele decirse “el culo al aire”.
Seguramente si además de amar verdaderamente a esta Fiesta, hubieran leído a Iván Fandiño cuando puso el dedo en la llaga siendo tajante ante tanta reunión de gedieces y demás taurinos diciendo que:“Creo que al final todo camina en torno a los intereses personales. Cada sector, cada colectivo, busca lo mejor para sí mismo, busca lo que mejor le puede convenir, y en definitiva nos estamos olvidando de lo verdaderamente importante, de hacia dónde camina la Fiesta, hacia dónde camina esta profesión. Más allá de reuniones y uniones de unos y de otros, creo que lo que hay que plantear es una Unión de Aficionados que se pregunte cómo plantearse la Fiesta y que la beneficie y ayude en estos momentos tan complicados”. Hubieran cambiado de actitud o así quiero creerlo.
Unión de Aficionados proclamó el maestro Fandiño, sí, Unión de Aficionados porque a pesar de lo que muchos proclaman, aficionados hay, muchos y buenos; pero el problema radica en que al parecer ni las palabras de Fandiño ni la labor de muchos que ponemos nuestro “grano de arena” e incluso nuestra enemistad ante personajes como los que anteriormente he comentado, es tal el nivel de hastío al que se ha llegado, que difícil será el retorno de muchos aficionados a las Plazas de Toros, de las cuales a muchas de ellas le ha echado la cruz.
Y hago esta reflexión sobre el año que acabamos de empezar, sin dar nombres ¿para qué?, si por sus actos los conoceréis a lo largo de la temporada, les llamaré simplemente “sin nombre”, porque hay actitudes que no tienen nombre. Ya me dirán si no, que nombre tiene el “taurinillo de turno” que se pone en contacto con algún empresario sin escrúpulos o empresario sin escrúpulos que se pone en contacto con el “taurinillo de turno”, para que de conseguir éste dada la relación con el político de turno, le sea concedida la Plaza de Toros de este o aquel pueblo a cambio de un montante pecuniario, vamos de dinero para que todos nos entendamos. Para ser fino, diré que eso es un “lobo disfrazado con piel de oveja”.
Crean que pensaba empezar el año con algún tema de diferente cariz, pero los acontecimientos así me han hecho actuar, porque estos “enemigos de la Fiesta”, uno en concreto; no ha esperado si quiera a que dé comienzo la temporada, cuando en las primeras de cambio aconseja que cambie una actitud la cual conceptúa de “crítica dura” y para que me entiendan sin dar muchas explicaciones, “me pase al enemigo”, de lo contrario muchas serán las trabas que me encontraré durante la temporada que en algo menos de un mes dará comienzo.
“Anselmis” hay en todos sitios como podemos apreciar. Son como Damien en la séptima profecía, ocupan lugares y manejan medios donde como es lógico “juegan” solamente los de su equipo, pero bueno, siempre quedará algún camino que puede ser flanqueado, todo es cuestión de estar en el campo de batalla para averiguarlo y conseguir penetrarlo.
Como dijera el gran Miguel Ángel del Papa Pablo III cuando este opinó sobre la escena del Juicio Final…. ¡Qué arrogancia da la ignorancia!
Para que se me ocurriría salir el día de Año Nuevo.
Que te parece, Maestro Pepe Olid
DENUNCIAS AL INCUMPLIMIENTO DEL REGLAMENTO
Artículo 30. Integridad de los cuernos.
1. Los cuernos de las reses de lidia en corridas de toros y novilladas con picadores estarán siempre íntegros.
2. Es responsabilidad de los ganaderos asegurar, en todo momento, al público la integridad de las reses de lidia de su ganadería frente a la manipulación fraudulenta de sus defensas, y la alteración artificial de su comportamiento mediante la administración de sustancias.
Formidable ejecución de la Suerte de Varas
El matador y la cuadrilla impávidos ante la situación
PLAZAS DE TOROS VACIAS
Esta es la consecuencia del engaño al aficionado
y eso que dicen que estos....... caben en un autobús
REGLAMENTO TAURINO DE ANDALUCIA
Artículo 54. Suerte de varas.
9. Los monosabios se consideran auxiliares del picador y, a estos efectos, podrán ir provistos de una vara o fusta para el desempeño de su labor. A tal fin, a los monosabios
les estará prohibido:
a) Usar la vara para adelantar el caballo al objeto de tapar la salida natural de la res.
b) Sobrepasar la situación del estribo izquierdo del picador actuante.
c) Situarse al lado derecho del picador ni colocarse en esa dirección.
d) Agarrar a los caballos por los bocados durante la ejecución de la suerte de varas, salvo peligro inminente para el picador.
El monosabio de lazarillo
Las lanzas que se tornan cañas
Y las cañas que se tornan lanzas
El monosabio a los pies del Cebadagago
El monosabio presa del terror, a la enfermería
A pesar de todo, al final, buenas noches y buena suerte
EL HONOR ES LA PRINCIPAL DIVISA, UNA VEZ PERDIDO NO SE RECUPERA JAMÁS.
MORALEJA.- NO HAY QUE RECIBIR REGALOS DE NADIE. Cirano de Bergerac.