Que la Fiesta de los Toros necesita promoción y divulgación en lugar de enfrentamientos es del todo cierto, pero hay que analizar qué tipo de promoción y divulgación.
Quien debiera de ocuparse de ello ya que tienen a su alcance las herramientas necesarias para hacerlo, son ni más ni menos que los medios de información más fuertes del país, a la postre periodistas que se les supone están especializados en el tema taurino ¿Pero verdaderamente lo hacen? ¿Qué clase de promoción y divulgación realizan? ¿Para quién va dirigida esa promoción y divulgación? ¿Va dirigida realmente al aficionado? o realmente se enfoca hacia un público poco o nada entendido que a la postre es quien verdaderamente deja su dinerito en taquilla y llena las Plazas de Toros para ver a toreros mediáticos y televisivos, ya que el resto que no puede hacerlo y acogiéndose al dicho de que “lo que no sale en televisión no existe, ellos tampoco existen. No hay más que ver la entrada registrada en la Feria de Fallas los días 10 y 11. (Ver carteles)
Me hace gracia cuando leo a algún “periodista de carrera” decir ser partidario de no entrar en demasiados detalles técnicos en las crónicas taurinas sino de transmitir las emociones vividas en la plaza, añadiendo que el cronista taurino es un narrador de historias que debe ser honesto con la realidad y consigo mismo.
Si realmente se quisiera ser honesto con la realidad y consigo mismo, habría que contar la verdad y realidad tan desnaturalizada a la que ha llegado esta Fiesta de Toros y dejarse de monsergas trasmitiendo emociones vividas. Las emociones son unas vivencias tan personales que lo que para algunos pueda resultar intenso, para otros pueda resultar una memez.
Recuerdo a un aficionado cuando llevó por primera vez a su señora a los Toros, comentar que al pedirle explicaciones de cuanto estaba sucediendo en la Plaza, de repente la señora “explosionó” en un estado totalmente espontáneo en un momento dado. En los Toros no hacen falta explicaciones ni teoría alguna, presenciar una corrida de Toros, cuando verdaderamente es una corrida de Toros, por sí misma al ser algo tan singular, llega al alma de la persona. Y ¿eso como se consigue?, se consigue cuando en el ruedo hay un torero con verdad, cuando en el ruedo el ser humano capta que hay riesgo de verdad, emoción; y sobre todo cuando en el ruedo hay un TORO DE VERDAD, así que no nos vengan contando milongas en cuanto a emociones.
Los hay que reivindican el papel de los profesionales ante los “advenedizos” que quieren ejercer el periodismo taurino. Pienso que lo de “advenedizos” va dirigido a los cientos de aficionados que inundan la blogosfera taurina. Blogueros aficionados a los Toros que si en cualquier momento solicitasen un examen ante un Tribunal Taurino, muchos de estos “profesionales”, no se lo iban a pensar dos veces, sino que no se les ocurriría enfrentarse ni en sueños, ya que muchos de estos aficionados dan “sopas con ondas” a la mayoría de ellos; sin tener la “carrera de periodista” o mejor dicho, la de “Ciencias de la Información” que queda más “guay”, y además sin cobrar, ni de medio alguno ni de……… nadie.
Todo esto se acaba teniendo verdadera afición y escribiendo con verdad, que si bien puede haber casos que la expresión léxica pueda ser deficitaria, todo aficionado la entiende mejor que lo “bien escrito” dado como es lógico su formación universitaria - que nadie se la va a negar- aunque con verdadero engaño y descaro. Alguno de ellos -que esta es otra- ha dicho que como es un tema, el taurino, del que no se puede escribir todo el año porque las Ferias Taurinas son puntuales, el resto del año tiene que dedicarse a otro tipo de información.
Ante esta tesitura, habría que proponer a los medios que una vez acabada la temporada hasta el comienzo de la siguiente se informara sobre campo, ganaderías, encastes -que por cierto muchos de ellos están yendo al matadero-, también sobre toreros, apoderados, pero del mismo modo de temas tan importantes como “tejemanejes”, empresarios deudores sobre todo en Plazas de 3ª, subvenciones de Ayuntamientos, comportamientos presidenciales, AFEITADOS y un largo etcétera que no daría tiempo a terminar en el lapsus de tiempo comentado.
Por tanto y según lo comentado solo me queda el pensar que nadie de estos “periodistas profesionales” quiere “mojarse” y que durante la temporada procuran “juntar lo suficiente” para no tener que hacer “las Américas y pasar “calentito” el invierno.Si verdaderamente son profesionales del periodismo y tienen “honradez profesional”, a ver quién se atreve a proponer un programa al estilo “Punto Pelota”, donde además intervienen aficionados al fútbol, pero claro aquí al contrario que en los Toros, no les llaman “advenedizos”.
Señores periodistas profesionales, licenciados en Ciencias de la Información, como en todo salvando excepciones -personalmente no las he visto-, a otro perro con ese hueso.
De sobra sabemos que hay muchos de ellos que les gustaría “mojarse” pero unos porque están “acomodados”, otros porque si no actúan del mismo modo que estos no se “acomodan”, el caso es que aquí no se moja ni Dios, con perdón.
Si quieren que el aficionado a los Toros les respete, “Punto Toro” al canto, estoy completamente seguro que hay cadenas de la nueva ola que estarían encantadas de emitir un programa taurino del estilo al comentado “Punto Pelota”. La pelota está echada, vamos a ver quién es el primer valiente que la recoge.
Blogueros con categoría, vosotros sabéis quienes sois. El “intrusismo profesional” como estos Licenciados en Ciencias de la Información os llaman, no hay que hacerles ni puto caso. En este país el “intrusismo” se está convirtiendo en moneda de cambio, los restaurantes -por poner solo un ejemplo- están llenos de “rancheros” en lugar de cocineros porque cobran más barato y nadie dice nada.
Adelante y dar una lección de antología. El aficionado taurino lo agradecerá y con la VERDAD la audiencia está totalmente asegurada.
Sugeriría crear varios trofeos uno, solicitar lo otorgara el señor LLONGUERAS al Toro mejor "AFEITADO" de la temporada, otro podría darlo la marca NORIT al más "BORREGUITO". Otro al mejor "INVALIDO" podía patrocinarlo la SEGURIDAD SOCIAL en lugar de cobrar el copago al contribuyente. Y así podíamos seguir enumerando trofeos.