martes, 7 de abril de 2015

LA AFICION NO SE PUEDE IMPARTIR


Leo la crónica de Darío Calacha en la web Pureza y Emoción sobre la Corrida de Toros celebrada en La Malagueta el pasado Sábado de Gloria en este enlace: http://decatafalcoyoro.blogspot.com.es/2015/04/donde-esta-la-autoridad.html
Decepcionado como en tantas ocasiones aunque no por ello sorprendido, solo me viene a la memoria las palabras en el programa semanal “Plaza de Toros” de mi amigo y maestro Agustín Hervás en Onda Cero Marbella, de un Presidente que tuvo la Malagueta durante dos décadas, D. José Luís Fernández Torres.
Hace ya unos años que gracias a Blogs como el del referido Agustín Hervás, Pepe Pastor o Daniel Rojo e inclusive el del propio señor Fernández Torres, tengo conocimiento de su concepto, tanto de aficionado como desde el punto de vista de Autoridad, que a fin de cuentas, tengo muy claro que siendo un buen aficionado, se es a la vez respetuosa Autoridad para con la Fiesta, el Toro y el Aficionado, estos dos últimos, base de la primera. Siempre me han llamado la atención presidentes como el propio Fernández Torres en La Malagueta, Pedro Naranjo en Ciudad Real, César Hidalgo en Teruel; y como no, mi grandísimo amigo Juan Lamarca, quien fuera presidente de la Plaza de Toros más importante del mundo, Las Ventas de Madrid. Si no estoy en el error, todos fueron destituidos o han dejado el cargo ¡Qué casualidad!
Me quedo con toda la argumentación que el señor Fernández ha desarrollado en la entrevista, pero quiero sobresaltar lo referente a: La Fiesta está sin futuro, aunque la ilusión la tenga intacta o la frase “Los Presidentes no pueden hacer nada porque los echan a la calle, pues que te echen, lo que  no puedes hacer es admitir el fraude porque te vayan a echar”. Tú no ganas dinero por estar ahí, tú haces eso porque crees que debes hacerlo defendiendo la integridad del espectáculo.
Y yo pregunto: ¿Para qué sirven esos cursos si quienes están designados a perseguirlo e incluso imparten cursos, siguen admitiendo el fraude? eso resulta aberrante y vergonzoso.



Dice el señor Fernández: Los Presidentes han olvidado que la Ley de Potestad Administrativa de Asuntos Taurinos habla fundamentalmente de la integridad del espectáculo y vamos a ver si se la hacemos ver a los delegados y, los delegados a su vez se lo trasmitan a los Presidentes para que no se admita el fraude como una cuestión, algo ya que……. como todo esto es normal…….., pues para que vamos a hacer nada.
Ojalá consiga lo que dice, ya que seremos un gran número de aficionados los beneficiados de los Cursos de Formación, ya que tendremos el garante de disfrutar de corridas, si, arreglo al peso exigido en estas plazas de 3ª categoría -algo dicho sea de paso, culpable de que muchos encastes no se puedan lidiar- pero no por ello exentas de su trapío y sobre todo su INTEGRIDAD; aunque ya le adelanto a don José Luis; que a los aficionados al menos, no creemos en “Mesías”.

Comenta del mismo modo: El Presidente debe defender los derechos de los espectadores, que si uno va ir a ser Presidente y no va a ejercer su labor porque lo vayan a quitar, que es muy triste.
Yo diría que es algo más que triste, pero obviaré el calificativo. En ninguna Plaza de Toros de la provincia de Jaén en la que he asistido para informar del festejo, se cumple el artículo 37, punto 6 del reglamento en cuanto estipula lo correspondiente a la exposición de las actas al menos en los accesos a la Plaza de Toros, un “PANFLETO” con el orden de lidia es a veces la única nota expuesta al espectador.
Tampoco se lleva a efecto lo estipulado en cuanto a que el sorteo debe hacerse PÚBLICO; siempre es efectuado en dependencias de la Plaza donde solo los “privilegiados” tienen acceso.

Ya en una ocasión oí decir al señor Fernández: Si las imposiciones violentan el concepto que tienes del toreo, vete. Pero en realidad ¿Cuántos se van? ¿Cuántos abandonan la poltrona? ¿O es que a ningún Presidente le imponen condiciones?

También comenta el señor Fernández algo en lo que estoy totalmente de acuerdo: “El problema que hay es que lamentablemente, hay poca afición hoy día entre la gente -con las excepciones que confirman la regla- que se dedica a hacer esto, tanto presidente como delegado”.
Designar personas con afición sería muy fácil, pero además les exigiría que se pusieran delante de un “eralito” al menos para que entendieran bien de qué va esto de los toros; cualquier persona con dos dedos de frente sabe que la práctica hace mucho más que un buen estudio sobre un libro. Con esta prueba aprobada con buena nota, muchos actuarían de forma muy diferente.

Aquí estaremos esperando algún cambio ya que la Fiesta está ubicada en Cultura y como declaré a un medio de comunicación, la misma está sobrada de tanto estado policial como político -y no me refiero a los Palcos- por eso ahora mismo viene bien aquello de que “Y al guarda, quien lo guarda” o aquello otro de “A donde está la autoridad”, sobre la cual D. Juan Lamarca dijo: “ni está ni se le espera”, lo mismo que D. José Luis Fernández  “no ve el futuro de la Fiesta”.

“Alvaradito”, Pasodoble de Alfredo Martos


Carácter de magno acontecimiento debió tener el estreno del pasodoble Alvaradito, en la novillada celebrada en Linares el domingo 3 de junio de 1900, festividad de Ntra. Señora de Linarejos. Según reza en el cartel anunciador: “(Feria en esta Ciudad)” y transcribiendo literalmente: “Las bandas que dirigen don Antonio Camacho y D. Alfredo Martos amenizarán el espectáculo. Esta última tocará por primera vez al hacer el paseo las cuadrillas, el magnífico pasodoble titulado Alvaradito, obra que el Sr. Martos ha compuesto y dedicado al citado matador”. Ignoramos el balance del evento taurino, en el que se prometía “una magnífica corrida de seis novillos-toros de 4 á 5 años” (lo mismo que ahora que se lidian de utreros) de la “justamente acreditada ganadería del Excmo. Sr. Marqués de Cúllar de Baza, de Úbeda”, que serían lidiados por las cuadrillas de los matadores: Alvaradito y Valentín.
Haciendo una digresión, el destinatario de la nueva obra era el diestro de Sevilla, Alejandro Alvarado “Alvaradito”, que luego tomaría la alternativa el 22 de septiembre de 1904, en Fregenal de la Sierra (Huelva), de manos de Antonio Montes. Tras doctorarse, vuelve a actuar como novillero (cosa corriente por entonces) y, después, como banderillero. Fallecía en su ciudad natal el 2 de enero de 1938. El referido espada, era conocido por tener voluminosa cabeza y, por ende, usar una montera de considerables dimensiones. Como anécdota curiosa, una tarde en la Maestranza sevillana, viendo las buenas condiciones del burel, le preguntó a su peón de confianza “Arandita”, si brindaba su muerte al respetable. El subalterno, le contestó con sorna: “Sí, debes brindarlo, pero no dejes la montera en el ruedo, porque no te va a quedar sitio para torear”. Salida irrespetuosa y de mal gusto, al llamar veladamente “cabezón” a su jefe de filas.
A mayor abundamiento, en el festejo que nos ocupa, el ganado estaba de “manifiesto” en los corrales (costumbre que se ha perdido) “de 6 á 10 de la mañana”. La entrada de sombra costaba 2´50 pesetas (media 1´50) y la de sol 1´50 (una peseta la media).
A continuación, sucintamente, glosaremos la figura de Alfredo Martos Gómez (1878-1951), prócer de nuestro pueblo e insigne músico, perteneciente al Cuerpo Nacional de Directores de Banda. En 1900 se hace cargo de la Banda Municipal de Linares de la que fue director durante cincuenta años, siendo la etapa de mayor esplendor. Cuentan quienes le conocieron, que tenía una acusada personalidad (en su fisonomía era distintivo un prominente mostacho) y arte cuando dirigía o desfilaba al frente de la banda y, además, fue un excelente compositor – con inspiración y sensibilidad – en diferentes géneros musicales escribiendo, por citar solo algunos, pasodobles del nivel y musicalidad de: Andalucía, Caireles, Juanito Marín, Andresito o El sentir de mi tierra, que dejó para la posteridad.
Su memoria ha quedado perpetuada en la calle que lleva su nombre; en el CD grabado en 2001 por la Banda Sinfónica “Ciudad de Linares”, dirigida por Enrique Moya, que recoge parte de su obra, el mejor legado; y, también, con la vigente Agrupación Cultural y Musical “Maestro Alfredo Martos” que dirige Juan Carlos Ortega Emanuel. Pero sobre todo, don Alfredo, estará siempre en el pensamiento de los linarenses que aman la música. 
Fuente.- Salvador Santoro. Colaborador de Jaén para De Catafalco y Oro.