jueves, 30 de marzo de 2023

LA PRIMAVERA Y EL CAMPO BRAVO. GANADERIA DE LOS SRES. HEREDEROS DE D. GREGORIO GARZON.



Acompañar a un grandioso amigo, escritor y gran aficionado a los toros como es Francisco Jiménez Navarro, linarense de pro, en una gran tarde de toros y que posteriormente narre las experiencias vividas no tiene precio para del que tal palo, toma las astillas con tanto gusto y placer como lo hago personalmente.

Francisco, Paco para los amigos, continúa diciendo:

Cuántas veces hemos escuchado ese dicho de “la primavera la sangre altera” y cuanta verdad encierra en los tiempos que corren.

Revueltos están los de morado, rojo, verde, naranja y azul cielo.

La temporada ya comienza y vuelve la competencia entre “morantistas” y algunos más.

Primavera.

Estación de cambios, de agitación, de conflictos, de amores apasionados y, por supuesto, la naturaleza remueve su plumaje para lucir un fulgor inigualable.

La inmensidad del campo bravo nos desvela el misterio de la bravura, donde se conjuga nobleza con raza, a través de la selección de las madres que dejarán la simiente necesaria para que los toros triunfen en los ruedos.

Ocurre que cuando uno vive emociones intensas, especialmente bonitas y que te hacen sentir tanto y tan profundo, estas deseando que se repitan una y otra vez.

Para mí el campo es vital. Además, cuando hablo de toros o toreo, siempre tengo como origen, referencia y guía el CAMPO.

Y lo escribo en mayúsculas porque ahí está la esencia, la verdad, la pureza, el valor, el frío, el sol, las flores, donde manda el corazón, las cosas bien hechas, donde brota el sentimiento, la pasión y donde se puede escuchar el silencio.

En el campo es donde se forja y crece un torero. Lo que allí consiga difícilmente lo logrará en la plaza. Allí se miden, se exigen, se sienten, se pulen, en definitiva, se afianza su concepto. Es el laboratorio perfecto para el toreo.

Pero si para los toreros es laboratorio, qué podemos decir para los ganaderos.

En el campo fijan caracteres, matices y dotan de personalidad a la ganadería, con su trabajo diario, pasando horas y horas con el único objetivo de adivinar y encauzar esos ríos de bravura que todos buscan y que, si tiene la suerte de encontrar, será aquí, pisando la hierba, el barro, tragando polvo, trabajando y disfrutando del campo donde lo hallen.

Dicho lo cual, es difícil de explicar, el marco más especial vivido recientemente, en un tentadero de hembras sobre el tapete inigualable de la Finca Cerropelado, preñada de hierba y flores (aunque menos que otros años debido al tiempo tan inusual que estamos padeciendo) donde tanto me gusta estar y compartir con los toreros y buenos amigos como es el caso de Francisco Jiménez en esta ocasión.

Compartir tiempo con un torero, torero, y un ganadero, ganadero, que busca a través de las eralas que con tanto amor y fe cría, el vivero perfecto en el que germinará la bravura para esos toros que años más tarde engrandezcan la divisa de su ganadería.

Porque la bravura es ese misterio que se transmite de generación en generación donde la vaca se arranca, levantando tierra, desde treinta metros, al caballo de picar. Y fija y galopando llega al peto, donde empuja con toda la fuerza de sus antepasados, que han regado de bravura estos campos y tantas plazas.

Para acto seguido acudir, con clase y nobleza, al cite del torero. Quienes embriagan como si fuesen un único ser todas sus emociones y sentimientos.

Espectáculo sin igual que se goza desde el silencio roto por el crujío de cada muletazo.

Es tal la bravura y la nobleza del animal que uno a uno los intervinientes van pasando por el almíbar de sus embestidas para saciar su sed torera.

Y sientes, siento rabia, resquemor, resentimiento, pero los años...hablan de verdad.

Disfruté de ese momento, de un día que pervive tan fresco en mi memoria y que se quedó por siempre entre las encinas, la hierba y la casta jienense, muy cerquita de Linares, tierra viva, de buen cante, de toros y toreros.

Volveremos.

Partimos de nuevo a la frenética vida de la urbe, con el alma enriquecida y la afición rebosante y deseosa de seguir transmitiendo.

 

ESTA FUE LA GRAN TARDE VIVIDA EN CERROPELADO


EL SEÑOR GANADERO D. IÑIGO GARZON














EL MATADOR DE TOROS MARIO SOTOS














JAVI GARZON. HIJO Y SOBRINO DE LOS SEÑORES GANADEROS














EL NOVILLERO LINARENSE JESUS LLOBREGAT












LA BUENA LIDIA DE ALVARO OLIVER




ASI EMBISTIERON LAS BRAVAS Y NOBLES BECERRAS AL CABALLO DE SANTIAGO SANCHEZ























MI MINUTO DE GLORIA






























Una tarde para enmarcar y ya preparados para la próxima.