El Domingo de Resurrección en Madrid es sinónimo de
tarde de toros en Las Ventas.
El día más importante de la Semana Santa se celebra
con una gran corrida de toros, un cartel siempre lleno de alicientes para
llenar los tendidos de la Plaza de Toros de Las Ventas.
Triunfadores y promesas de la
temporada anterior se dan cita en la Monumental de Madrid para una gran tarde.
El cartel de toros el
Domingo de Resurrección en Madrid siempre es una combinación de relumbrón, el
primero de triunfadores en la temporada de la Plaza de Toros más importante del
mundo.
Como es habitual, gran ambiente desde por la mañana en los alrededores de la primera Plaza de Toros del mundo donde pudimos apreciar y conversar con mucha gente del toro.
En esta ocasión el diestro de Linares hizo el paseíllo acompañado de Sergio Serrano y Tomás Campos para lidiar toros, he dicho TOROS, de la ganadería de “El Montecillo”.
Curro Díaz como suele decirse, paró el tiempo con un toreo relajado y un toro cosido en la muleta escuchándose los ¡oles! más rotundos de una tarde venteña, que sin temor a equivocarme y con todo lo larga que es la venidera Feria Isidril, difícil será volver a ver que ocurra si no es de las manos del diestro linarense.
Curro Díaz ante un primer toro irregular en sus embestidas lo cuajó sobre la mano derecha y demostró el gran momento en que se encuentra, recibiendo una gran ovación que saludó desde el tercio.
El inicio de faena fue trazado con su corte personal habitual, bien colocada la muleta en todo momento, trazó unos magistrales derechazos rematados con trincherazos de muchos quilates, todo a cámara lenta, rematando con pases de pecho hasta la hombrera contraria; y como he dicho, parando el tiempo en una tarde venteña.
Tomás Campos en
su primero elaboró una limpia actuación basada en el toreo puro, sobre todo en
una serie final por el pitón derecho. Escuchó silencio.
En el último de la tarde apuntó buena manera y lo intentó todo pero el toro carecía de fuerza y el público se mostró indiferente en su actuación, obtuvo silencio en su labor.
La corrida del Montecillo bien
presentada, muy seria, aunque de juego desigual y deslucida en términos
generales, bien es verdad que dio posibilidades como demostró el maestro Curro
Díaz.