domingo, 14 de marzo de 2010

D. Fancisco Teja. Independicia y Criterio Presidencial


Hablar de los Presidentes de festejos taurinos es algo habitual, ¿De quién si no se va a hablar, siendo la máxima Autoridad en un festejo taurino? ¿No se habla habitualmente en los partidos de fútbol del árbitro para bien o para mal? ¿Qué es un presidente inclusive en las horas previas a celebrarse una corrida de toros sino el árbitro que dirige un espectáculo que tiene sus reglas de juego? Pero claro, esto en los toros hay quien prefiere sea tabú. Ya nos gustaría a los aficionados que existiera en televisión algún programa del estilo “punto pelota” u otros de igual condición pero en taurino, quizá haya que proponérselo a alguna cadena local, desde aquí, tal y como está el panorama periodístico taurino actual, lanzo el balón, en este caso “pitón”, quedando a su entera disposición.
Argumentos como que “Ahora es cuando se van a ver toros en esta plaza” cuando un presidente sustituye a otro y después no consigue mantener el prestigio con que recibe el “testigo” sino que minimiza el espectáculo, da que pensar aquello de “Mucho prometer, hasta meter y una vez metido…… pues eso, nada de lo prometido”. Por este motivo es mejor tener la boca cerrada. Levantar polémicas y considerarse agraviado por temas que se han defendido públicamente y que después no se cumplen lo considero del todo demagógico y exagerado. Llegado el caso, primero hay que hacerse un examen de conciencia, razonar fríamente -los calentones a ciertas edades son peligrosos- hay que pensar lo que se ha dicho y una vez convencido actuar en consecuencia, nunca un hombre debe “airear” lo que después es incapaz de cumplir, mucho menos involucrando a terceros. Ante el toro se debe torear solo y de frente, dando el pecho.
Se habla de los Presidentes porque todo aficionado a los Toros sabemos cómo ha quedado apuntado en infinidad de artículos, se debe al aficionado, al que paga y por encima de todo a velar por la integridad del espectáculo. Pero parece ser que a quien actúa bajo esos parámetros con decisión propia como han hecho con muchos de ellos, los envían al paro presidencial. Pero como reza uno de los miles de dichos populares que se encuentran en nuestro refranero español “Alguien vendrá….. qué bueno a mi me hará” y, justo es lo que le ha ocurrido a D. Francisco, enhorabuena PRESIDENTE, este año tendré el honor de saludarle en Sevilla.
D. Francisco Teja, ejemplo de lo que debe ser un Presidente en un Palco, estaba destituido a raíz de unas decisiones poco acertadas, menos mal que ha habido una persona que ha demostrado tener cordura y a D. Francisco Teja lo tenemos que quitar de la lista del “paro presidencial” en beneficio del aficionado sevillano volviendo a presidir en la Real Maestranza de Sevilla siendo de nuevo nombrado por la persona titular de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en la citada capital hispalense Carmen Tóvar, quien dijo que fue “apartado de forma brusca” y, admitió que la decisión en su momento “no fue la más acertada”.
Críticos independientes y a la vez buenos aficionados como mi amigo Carlos Crivell se han alegrado de la buena noticia y han hecho eco de la misma, argumentando que D. Francisco impuso en los últimos tiempos sensibilidad para el aficionado, independencia y criterio presidencial.
No le busquemos tres patas al gato, cuando todos sabemos que tiene cuatro, un rabo, siete vidas y un bigote. Lo comentado de D. Francisco Teja es sencillamente lo que abogo y seguiré haciendo para las plazas de inferiores categorías, que no por eso significa que a su afición haya de catalogarse de ese modo. No hay que darle tantas vueltas al asunto de los presidentes, sencillamente si personas que se suben a un Palco Presidencial no sirven, que se acomoden en el tendido a solicitar las orejas. Nombrar dos equipos presidenciales como permite el Reglamento en plazas donde solo hay un solo equipo para que el aficionado pueda comparar sería lo ideal y en caso de sustitución de alguno de ellos haber si les ocurre lo que a D. Francisco Teja y los reclama la afición, yo seré el primero en felicitarles públicamente, pero esto en las plazas de inferior categoría parece no se conseguirá jamás, en ellas al aficionado se le suele catalogar acorde a la categoría que ostenta la plaza, craso error cuando por lo general los que ocupan esos Palcos son los que puedan tener la misma categoría del coso, el aficionado ¡JAMAS!
En los toros, el público como he argumentado en varias ocasiones es el “Jurado Popular” más antiguo que se conoce después de los espectáculos de la era romana si no me equivoco. Esta vez -el aficionado, que del mismo modo forma parte de ese público- ha sido escuchado.
Ya era hora, todo en la vida tiene sus ciclos y pudiera ser que tal y como está el panorama taurino actual vayan tomando nota quienes deben velar por esta Fiesta y escuchen al aficionado como ha demostrado Carmen Tóvar.
Esto unido a la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros creada recientemente en la que ha habido argumentos como que por encima del reglamento taurino están las leyes generales, y dar por buena la lidia de un toro inútil es robarle al público la sexta parte de la entrada que ha pagado por ver seis toros íntegros y aptos para el fin que salen a la plaza, nos hace pensar a los aficionados que aún tenemos esperanza, sobre todo en plazas de 1ª y 2ª. Esto está cambiando y parece ser que tanto el Toro como el Aficionado será defendido.
Sin toro no hay verdad, sin casta y desmoche no puede haber verdad, no hay Fiesta, es todo una farsa y, resulta que el toreo se basa precisamente en todo lo contario, en la verdad, en la verdad del triunfo y también como no, de la muerte; de ahí la singularidad de este espectáculo tan complicado y nada fácil. El picador de toros Manuel Montiel me comentó en una ocasión que si esto fuera fácil no habría gente echando alquitrán en las carreteras en pleno mes de agosto. Este oficio es duro, ya lo sabemos, quien no esté de acuerdo o no lo soporte ya conoce el dicho: “Haberte metido a Obispo y estarías dando bendiciones”.
spero que esto cambie para las generaciones venideras de aficionados, si no es así se sentirán como muchos en la actualidad, estafados, irritados; pero no se preocupen, aunque tengan toda la razón aún les quedará el tan de moda “derecho al pataleo”.
 Foto.- Campos y Ruedos