CURRO DIAZ TENTANDO EN LINEJO
El otro día en el campo comprendí, sin que nadie me dijera
nada, los de "las bolitas" del maestro de Jerez de La Frontera,
Rafael de Paula. También entendí lo que dijo el torero jerezano en una ocasión
ante las cámaras de televisión a la entrada de La Real Maestranza de Caballería,
refiriéndose a las tardes plomizas y amenazantes de agua; "... a mí me
gusta, te templa las muñecas y esas gotas que te dan en la cara, templa las
cabezas".
Algo parecido paso el otro día en Linejo. Una tormenta
fuerte de primavera, con agua y con truenos de los que te encojen de lo fuerte
que suenan. Cuando eso pasa y queda la lluvia esa más suave, con esa pequeña
brisilla que baja la temperatura y hasta se agradece, en ese momento apareció
en escena Curro Díaz. Todo se templo, todo se acompaso, y todo tomo una
cadencia especial, una torería innata, que no se compra en ningún lado, que se
tiene o no se tiene, y este torero la tiene y la retiene.
Sentí lo que hacia tiempo que no sentía en una plaza de
tientas. La naturalidad, el sentimiento, la razón de hacer las cosas olvidándose
de la técnica y dándole el sitio al corazón... No sería la faena más compacta y
más completa que he visto, seguro, pero sí de las que más me ha llenado como
aficionado. Me encanto. Torea Curro Díaz, igual que se dirige a ti cuando te
habla, mirándote a los ojos, y eso no es nada fácil. El aroma de Linares llego
con fuerza a la plaza de tientas de Linejo. Ojala todos los aficionados puedan
disfrutarlo en las plazas de toros. Es una bendición se lo seguro.
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Curro Diaz en Linejo
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