Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Todo parece consumado en este valle de lágrimas que es La Malagueta, una
plaza a la que ninguno de los empresarios que ha pasado por ella,
después de Martín Gálvez, le ha pillado el tranquillo. Martín Lorca, mi
querido Marqués de Fuengirola, devastó la labor que hizo en el palco
José Luis Fernández Torres poniendo la plaza en valor, en el que llamé
Sexenio Ominoso. Puche devaneo entre sus socios una plaza que nunca
consideraron seria, en la que esquilmaron el toro, y anduvieron
empresarialmente por un toreo superficial. Y los hermanos Choperas,
(Pablo y Oscar) que decíamos reputados, serios y solventes, nos han
venido a demostrar que no tienen el sentido empresarial que debieron
heredar de su padre Don Manuel Chopera a quien Mariví Romero, llamó el
Conde Duque, por el poder taurino que atesoraba, y que sus hijos pierden
en reputación, en seriedad y en solvencia, porque dejándose llevar,
quizás por el ansia de copar mercado, quizás por malos consejeros, o lo
mas grave, quizás por una clara perdida de astucia empresarial, en
tiempos de crisis, fracasan como apoderados: Jiménez Fortes, Leandro, y
Leonardo Hernández, los dejan; y como empresarios: Cordoba, Vic Fesenzac
y Málaga los arruinan.
Sólo una persona, un asalariado de la UTE de Puche, en los años que le
dejaron armonizar la temporada en Málaga, supo entrelazar, los gustos de
la afición malagueña, el respeto por su público, con la confección de
una cartelería, modesta pero interesante, y acorde con los exiguos
presupuestos que don Fernando le dejaba. Jorge Conde, que siendo
malagueño nunca ejerció de malaguita, aunque supo dar el sitio a sus
paisanos. Sin duda las mejores ferias, después de Manolito Martín
Gálvez, las diseñó él, incluidas las temporadas en las que estuvo José
Tomás.
Sin embargo todo el peso de la culpa no lo tienen los empresarios que
han pasado por Málaga. Sin duda La Diputación, dueña de la plaza de
toros, es a la que hay que señalar con el dedo de la culpabilidad por no
saber defender los auténticos derechos de la afición que en todo este
tiempo solo ha reclamado, respeto y consideración. Respeto por el toro
que se lidie en nuestra plaza y respeto por su bolsillo. Y consideración
como eslabón fundamental en el entramado de la dignidad de La
Malagueta.
Nunca el aficionado aspiró a más, y nunca a menos. Siempre se le ha
ninguneado desde la administración incluso cuando se les ha ofrecido
pesebres de capotes de paseos, o jornadas taurinas intrascendentes, o
voluntades de defensa, que luego se han traducido, por los
administradores de izquierdas o de derechas, en pliegos leoninos con
cláusulas imposibles de cumplir, y exigencias periféricas a lo que
significa la realidad actual del toro. Quizás por ello ninguno de los
empresarios que han administrado la plaza hayan cumplido los pliegos, o
no pagando los cánones, o no dando los festejos exigidos, cuando no
enmascarándolos.
¡Basta ya! Hay que ponerse serios de una vez por todas y no dejarse tomar el pelo ni por la administración, ni por los taurinos.
Esta es la situación:
Chopera, Percufás y Mundo, se meten en un fregado de mil pares de
bemoles que la Diputación ha puesto sobre un pliego. Pero ¡chis!, ¡oiga!
todo voluntariamente. Nadie obliga a nadie.
Chopera fracasa en Málaga. Chopera no paga. Chopera se va.
La Diputación, no atiende las peticiones de Chopera, le requiere el pago del canon, y espera respuesta.
Respuesta: la empresa pide negociar su salida no pagando el canon.
Respuesta de la Diputación¿?¿?
Ya puestos lo normal es que el pliego se cumpla, y se haga cumplir. Es
lo que los servicios jurídicos, tan aliados de Jacobo Florido (diputado
de asuntos taurinos), deberían dictaminar. Que se cumpla, y si los
empresarios insisten en irse, que se les pida judicialmente la
responsabilidad que sobrevenga de la firma del contrato. Recuerdo que si
la UTE La Malagueta no cumple el contrato, la UTE, y los socios de la
UTE, quedarían inhabilitados para posteriores concursos públicos
relativos a las diferentes administraciones del Estado. Es decir que no
se podrían presentar a licitar por un futuro pliego de La Malagueta.
Esto por el bien de los contribuyentes que nada tienen que ver con los
toros. Porque si solo miramos a los contribuyentes que siente simpatía
por los toros, estaremos siendo conniventes con el pensamiento de
Florido : “Si deciden marcharse no pondremos ningún tipo de impedimento
ni coste” ... “la condición en este caso es que cumplan con el numero de
festejos, que los han cumplido, y que paguen el canon del 2012”
Pero recuerdo que no solo son los Choperas, los empresarios, sino que
además hay dos grupos empresariales bastante imbricados con Málaga y con
las filas del Partido Popular. De manera que puestos a no negociar para
que esta empresa se quede, lo justo es llegar hasta el final y que se
reclamen los daños y perjuicios. Por dignidad, por respeto al pueblo
malagueño y sobre todo porque La Diputación, a pesar de que se
equivocara en sacar aquel nefasto pliego, tiene que ser respetada por
todos, incluidos los empresarios que en un futuro quieran hacerse con la
gestión de La Malagueta. Porque supongo que a todo esto, Serolo y
Martín Lorca, estarán descojonándose de la risa, y algunos otros
diciendo, ¡Toma ya, no queríais Choperas, toma Choperas! Tan cierto como
que hoy es primero del año de Nuestro Señor de 2013.
Me consta que ocurra lo que ocurra Florido no va a dejar a Málaga sin
toros. Y que en mi opinión, La Diputación debería gestionar directamente
la plaza este año. ¡Caramba asesores tiene a puñados!, y en 2013 hay
tiempo de sacar un pliego acorde con la situación de crisis que vivimos.
De todas las maneras la decepción que la casa Chopera y sus socios ha
dejado en los aficionados ha sido mayúscula. Todos esperábamos mucho más
de estos empresarios. Que han demostrado no tener valor para salvar la
miurada del pliego, y no tener solvencia para aguantar las pérdidas que
se preveían en el primer año de gestión.