jueves, 6 de diciembre de 2012

Una Jornada en el Campo Bravo. La mejor medicina



No hay nada mejor para la recuperación del cuerpo y de la mente como estar en el campo admirando al toro bravo y charlar con ganaderos, mayorales, veterinarios y toreros.


Visitar el campo bravo, es privilegio al alcance de unos pocos para disfrute de los sentidos, desintoxicación del cuerpo y liberación del alma.

 Una bonita añoja nos da la bienvenida sobre el manto verde de la dehesa
Todas las épocas del año tiene el campo bravo su encanto, pero salvo la primavera, la cual anuncia y hace despertar la savia de una nueva temporada, quizá esta del otoño-invierno sea una de las más encantadoras.

 
 Anochecer en època de otoño

El temprano anochecer y las temperaturas de esta época hacen recogerse pronto al calor de una buena lumbre de encina y entablar conversación taurina, una conversación preñada de verdad, como verdadero y cabal es el hombre de campo.

 Con Tomás Cano. Excelente veterinario

Si además de todo esto, se tiene la suerte de que ese día acude algún maestro a tentar unas becerras, el día ya puede ser apoteósico. Quien me conoce o sigue este blog sabe de mi pasión por el campo bravo e incluso esa otra pasión como es la de aficionado práctico y ponerme ante una res cuando tengo oportunidad de hacerlo.


 Tentadero con sol pero bastante frio

 En el burladero D. Iñigo, "Carnicerito" y Valentín Rivas

 Decae la tarde, el frio aumenta, la afición también

Con una acentuada mejoría de esa reciente intervención quirúrgica consistente en un implante entre dos vértebras cervicales; no hay mejor ejercicio de rehabilitación que probarse ante una becerra. La flexión de cuello ya mejorado y con el nervio pinzado del brazo derecho libre de presiones dolorosas, darán lugar a alargar esos muletazos y conjugar muñeca y cintura para poder ligar otro muletazo, el cual este tiempo atrás me era imposible, como imposible resultaba mantener en peso una muleta.

Antes de iniciar el tentadero, a pesar de la hierba existente en el campo, acompañamos al mayoral a repartir unos sacos de pienso con los que refuerza la alimentación de todas las reses que componen la ganadería.

 Hierro de la casa

 El  mayoral echando pienso a las reses

 Bonito ejemplar de D. Iñigo Garzón

Pronto se va a echar la tarde, no son más allá de las seis y media de la tarde y reunidos al calor de una buena chimenea, finalizamos el día como no puede ser de otra manera, hablando de toros y haciendo cábalas de lo que puede ser la temporada venidera. Unos bramidos en el aire nos advierte que los toros andan cerca sorteando jefe de manada; iniciando lo que en el campo se llama "Congreso de ministros".


 Nubarrones negros nos acechan, pero una buena
lumbre de encina nos espera