A LA MADRE DE UN TORERO
Nos dejas el último día de verano y emprendes el viaje
junto al Altísimo en este primer día de otoño, un día que todos los que te
queremos, recordaremos durante nuestra vida.
Fueron tantas las vivencias, los momentos que
compartimos en ese coqueto “Bar Luís” donde solíamos juntarnos los por entonces
“maletillas” para emprender viaje a cualquier pueblecito de tu querido, nuestro
querido Teruel, para antes de la partida tomar tus deliciosos “cafés-bombón”
que con tanto amor nos preparabas, esa copa de revuelto de mistela y
aguardiente para los más mayores; y ese “tener cuidado hijos míos” con el que
nos despedías y esa sonrisa al regreso cuando volvíamos a reunirnos en tu casa
para tomar un refresco.
Como no recordar a tus queridas hijas, Rocío, Mar y
Ángeles, tres Marías que te adoran y que aún están acompañando tu cuerpo ya
inerte, sin vida aparente, porque en realidad siempre estarás viva y llena de
vida en sus vidas, en nuestras vidas.
Para ti Alejandrina, gran mujer, buena esposa de un
gran hombre como fue Luís y que hoy te encontrarás nuevamente con él. Para ti
Alejandrina, madre de torero, que siempre supiste guiarlo, porque las madres de
los toreros, son un poco más madres.
Yo Alejandrina, aunque hace muy pocos días cumplí los
48 años de mi llegada a tu tierra, a mi tierra de adopción, la que me convirtió
de niño a hombre, la que me hizo amar y sentir como amaron y sintieron esos
Amantes de Teruel; hoy desde estas tierras andaluzas que tanto eran de tu
agrado y tan fiel eras a su cadena televisiva; te doy mi, no adiós, eso nunca;
te doy mi hasta luego y que cuando llegues a estar en ese paraíso que van las
buenas personas le des un gran recuerdo a quien junto a ti, alentó a ese puñado
de “torerillos” que con tanta ilusión compartimos café en tu casa, sí, has
acertado, el gran Raimundo, otra persona muy recordada para mí en estos
momentos.
Ya solamente queda pedirte que desde los “toreros
cielos” nos guieis a quienes tanto os quisimos y que siempre os recordaremos.
¡Adiós Alejandrina! ¡Adiós Reina! ¡Adiós Madre!, que la Virgencica Emerenciana y La Pilarica te lleven de la mano ante el Supremo.
Descanse en Paz Alejandrina Rodrigo, madre de torero.