Llegados a este punto, a los cinco toros ya lidiados les deberían haber cortado siete orejas. Solamente llevábamos una.....
19ª de la Feria de San Isidro en Madrid.
Una por todo gran corrida de Fuente Ymbro
J. A. del Moral
Con
presencia, algunos con gran esencia y casi todos muy nobles salvo el
sexto que también lo fue aunque, por falta de fuerza en los cuartos
traseros, no valió para el toreo largo y templado. Dos, primero y
tercero, excepcionales. Del primero cortó una oreja Uceda Leal pero fue
toro de dos. Y del tercero podría haber cortado otra oreja Matías
Tejela que cuajó la mejor faena de la tarde que no culminó con la
espada. También éste fue toro de dos. Por su parte, Curro Díaz anduvo
como casi siempre en buen artista pero le falló la estrategia
Madrid. Plaza de Las Ventas. Martes 27 de mayo de 2014.
Decimonovena de feria. Tarde medio nublada, agradable, con algo de viento y dos tercios de entrada.
Seis toros de
Fuente Ymbro, muy bien presentados y de vario juego. Excelente para la
muleta el primero. Bueno el segundo. Con clase el tercero, otro gran
toro. Sin case pero también bueno el cuarto. Y lo mismo el quinto. Noble
aunque por resentirse de los blandos cuartos traseros fue el sexto, el
menos bueno de los seis.
Uceda Leal (corinto y oro): Buena estocada, oreja. Trasera caída y dos descabellos , silencio.
Curro Díaz (palo de rosa): Estocada caída, silencio. Infamante metisaca y estocada, silencio.
Matías Tejela
(obispo sin sede y oro): Pinchazo hondo y cuatro descabellos, leve
división al saludar. Pinchazo hondo y tres descabellos, silencio
Lo más atractivo de
la tarde de ayer es que, a última hora, cambiaron la corrida anunciada
de La Dehesilla por una de Fuente Ymbro. Según me cuentan, llegaron a
los corrales de Las Ventas nada menos que 14 toros y ninguno fue
aprobado por los veterinarios. Hubo que traer seis del hierro de don
Ricardo Gallardo. Buen cambio. Pero lo peor es que, una vez más, y van….
tuvimos que ver a los tres más inevitables que hay en el toreo, no digo
actual, digo en muchos años. Y claro, en una feria tan larga no podían
faltar José Ignacio Uceda Leal, Curro Díaz y Matías Tejela. Promesas
más o menos envejecidas que, al juntarles en la misma corrida, lo que
acabo de decir se notó más. Cada uno de los tres, dieron en sus mejores
días magníficas pruebas de solvencia y maneras de gran interés aunque
pocas y sin continuidad. Es una pena, porque si los tres hubieran sido
capaces de profesionalizar sus respectivas virtudes ahora no tendríamos
que decir lo que estoy escribiendo. No se les dio mal la tarde, pero
anduvieron muy por debajo la una gran corrida. En fin, que vamos a ver
en detalle lo que pasó.
Veinte años lleva
Uceda Leal como matador de toros. Reconozcamos que, aún sin ser Ponce,
que lleva venticinco, también tiene mérito seguir en este machito y con
tan pocas alegrías. No debió alegrase Uceda al ver salir el pedazo de
animal que abrió plaza. A los aficionados nos duró poco la admiración
que sentimos porque, nada más salir, perdió las manos. Pero se movía y
cumplió en el primer encuentro para, de seguido, pegarse un volantín al
salir del capotazo de un peón. Suelto del segundo minipuyazo, volvió a
caerse aparatosamente. Persiguió en un vulgar tercio de banderillas y
llegó a la muleta más que potable. Uceda empezó muy aseado con la mano
derecha en los tanteos y bien por redondos sin que nadie le gritara
“pico” que utilizó. Y muy bien de nuevo por redondos más arrebatadores
de los que el animal se fue en un amago de rajarse. La ronda por
naturales la inició dejándose enganchar la muleta pero mejorando mucho
en los pases siguientes. Y lo mismo en los postreros que recetó como
casi todos. Aunque cuando lo hacen las figuras les chillan de lo lindo. A
Uceda solo una vez. Pero bueno, mejor así. Más con la derecha, cambio
de mano, firma y a matar. El toro había sido de dos orejas. Excelente
por los dos pitones y duradero. La estocada, tan buena como es costumbre
casi siempre en Uceda. Cortó una oreja. Felicitamos sinceramente al
madrileño.
Imponentísimo el
colorao cuarto. Uceda lo saludó sin firmeza de pies y el toro no rompió.
Justito de fuerza, salió suelto en el primer encuentro con el equino.
También del segundo que tomó yendo y viniendo. Algo distraído en
banderillas pero galopando al viajar hacia los peones. Pese a los
defectillo apuntados, otro toro de éxito. Por eso, imagino, lo brindó
Uceda. Aunque el toro se fue a tablas tras los tanteos del matador con
la muleta en la mano derecha, tras sacarlo de la querencia, el animal
embistió planeando. Pero Juan Ignacio no terminó de asentarse ni de
templarse por lo que el animal empeoró. Los enganchones son la peste del
toreo. No pudo haber acople y se le fue por mal toreado. Una pena. Mató
al primer envite de estocada caída.
El segundo toro de
la tarde, hermano del anterior en hechuras y trapío, pidió el carnet de
identidad en el capote de Curro Díaz hasta meter la cara en los
capotazos de brega. Le aliviaron el castigo en el primer puyazo y no
tanto en el segundo. Cumplió en ambos. Muy bien José Manuel Montoliú en
palos. Cumbre el tercero. Digno hijo de su padre. Curro Díaz se perfumó
en una trinchera entre notables redondos que el animal aceptó tardeando
un poco. Otro buen toro. No digo de dos orejas. Pero sí de una valiosa.
Al natural bajaron el nivel toro y torero aunque aceptablemente salvo en
los que enganchó la flámula por ahogar al muy colaborador animal. Cosa
que hizo finalmente con la derecha. Vaya. Que se le fue. Lo mató con
rapidez de estocada caída.
El castaño quinto,
de museo. ¡Qué belleza¡ Y qué manera de embestir, con casta y con brío.
No fue chocante que desarmada a Curro Díaz. Impetuosamente bravo en el
caballo. Muy bien picado por Agustín Navarro. Y desigualmente
banderilleado. También brindó Curro. No empezó mal la faena por bajo y
por alto con cierto regusto aunque sin atender a lo blando que era el
animal. En vez de hundirse tanto con la derecha después y ahogar
demasiado al animal, aunque dio buenos pases no sacó todo el partido que
tuvo este quinto. Y lo mismo con la izquierda. Bonito pero mal por
encimista. Tanto que el toro le pegó un doloroso pisotón. Al indudable
empeño no le correspondió la estrategia. El metisaca fue horroroso.
Menos mal que luego enterró la espada por completo.
Llegados a este punto, a los cinco toros ya lidiados les deberían haber cortado siete orejas. Solamente llevábamos una.
Matías Tejela es
uno de los toreros más desconcertantes que conozco. Tan pronto puede
estar fenomenalmente bien como regular y hasta mal con toros de la misma
condición. El tercero de Fuente Ymbro, más basto que sus hermanos
anteriores, salió con brío y con nobleza no del todo definida en el
capote. Tejela lo lanceó industrialmente. Cumplió acostándose en el peto
y le señalaron en el segundo. Tejela se esmeró en el par de verónicas
del quite que prolongó después no tan fino salvo en la revolera. Buen
par de Jesús Romero y otro mejor tras tomar el olivo al seguir
perseguido. Brindó Tejela y esperamos a que hiciera el honor.
¡Albricias¡. Lo hizo con la derecha que manejó con templado gusto y en
varios trancos. Estupendo Matías. En su mejor versión. Si fue el toro
muy bueno por el derecho, por el izquierdo también aunque un poquito
venido a menos. Matías, irregular al natural, lo bordó literalmente por
nuevos redondos a su mayor relajo y placer. Así como las trincheras
finales. Otro toro de lío don Ricardo. Otro de dos orejas, sí señor.
Quizá por pasarse Tejela de faena, el animal no terminó de cuadrar
debidamente y el matador pinchó hondamente, tendida y trasera fue la
estocada, mas cuatro descabellos. Le habrían dado una bien ganada oreja
si hubiera matado pronto y bien.
Muy bajo el sexto.
Salió echando las manos por delante por lo que Matías no se halló con el
capote. Se picó regular en el primer puyazo y derribó en el segundo.
Sensacional Ángel Otero en banderillas. Y enorme la ovación que escuchó
saludando. Tejela repitió brindis. Aunque intentó empezar por naturales,
lo hizo después de tantear con la derecha. Pero el animal, resentido de
los cuartos traseros, derrotó alto en su corto viajar. Por el lado
derecho fue un poco mejor y Tejela hizo lo que pudo sin lograr alargar
el viaje del toro por ese pitón. Pinchó.
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