domingo, 4 de mayo de 2014

EL ENTRENAMIENTO DE UN TORERO. CON CURRO DIAZ

Cualquier buen aficionado sabe que el toreo de salón que practican los toreros en su entrenamiento diario es importantísimo en la vida de un torero, es algo que le motiva y le ayuda a desarrollar ese concepto del toreo que cada cual lleva dentro y que es base fundamental para después, con el dominio adquirido tanto de capote como de muleta, poder desarrollarlo en la plaza delante de un toro.

Ayer cuando acompañaba a Conchi Mateo, quien fuera presentadora de la Tertulia celebrada el dia anterior en la localidad de Torreblascopedro a que conociera la Plaza de Toros de Linares; tuve el privilegio de presenciar un entrenamiento de salón por parte del matador de toros linarense Curro Díaz, al que acompañaba quien fuera hace unas temporadas componente de su cuadrilla, Valentín Rivas.
Había visto los entrenamientos de otros toreros, pero el de ayer fue distinto, algo diferente a lo que realizan cuando lo hacen con alguien que al igual que ellos tienen que matar un toro o un novillo.
A diferencia, en este caso, cuando el banderillero se dispone a recibir las embestidad del hipotético toro, "carretón"; el maestro lo realiza con fuerza, al igual que en la realidad lo hace un toro de salida y el banderillero realiza una lidia de capote andándole para atrás y aguantando las fuertes acometidas del toro, que además sirven al maestro para ejercer piernas y brazos; a la vez que del mismo modo ejercita la columna vertebral y cintura.
A continuación es el banderillero quien toma el "carretón" y al igual que ocurre en una corrida real después de haber picado y banderilleado al toro, éste acomete ante la muleta del matador templando las embestidas para que pueda desarrollar como hemos dicho anteriormente, ese toreo que lleva dentro, ese toreo que lleva en su mente.
Templanza, sosiego, calibrando la fuerza de la embestida, como si realmente estuviera en una plaza de toros vestido de luces en una gran tarde de feria, el torero va desarrollando esa faena soñada. Todo muy templado, todo muy despacio, todo realizado con mucho sentimiento, con mucha pureza, con mucha verdad, como realmente es el toreo, en este caso, el toreo de Curro Díaz.
Gracias maestro por habernos hecho partícipes de unos momentos íntimos en la vida diaria de un torero. 










Conchi Mateo, presentadora en la Tertulia de Torreblascopedro


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