El jueves 4 de diciembre, ayer, llegaba 15 minutos tarde a la conferencia de la catedrática de Historia y amiga Yolanda Fernández Fernández-Cuesta, presidenta de la Peña El Toro de Madrid, titulada “Simbología taurina hasta los albores del mundo antiguo”, que formaba parte del curso 2014 del Aula de Tauromaquia del CEU.
Al abrir la puerta del ascensor veo y oigo un tumulto
de gente entre los que oigo a algún joven energúmeno, de cara congestionada y
mirada alterada, gritando “Tauromaquia, abolición”. Detrás de ellos veo a
Rafael Cabrera Bonet en la puerta del Aula Magna donde se celebran las
conferencias del curso, exigiendo que se vayan de allí las personas que, luego
me enteré, habían intentado boicotear el acto.
Participantes en la lección inaugural
del Aula de Tauromaquia del CEU del curso 2013-2014
Tomada de Toroslidia
Rafael me pide que vaya a avisar al guardia de
seguridad del edificio para que se haga cargo de la situación. Bajo a la planta
1ª donde hay una garita de portería y cuando estoy acercándome a mirar si está
el vigilante, oigo un gran tumulto de gritos y carreras, siento un empujón y me
voy al suelo desde mi 1,92m de estatura. Alcanzo a ver jóvenes desconocidos
corriendo a la salida e inmediatamente me pongo a gritar que “me he roto el
hombro”, pues el dolor es grande.
Ni participé en riña alguna, ni en discusión,
solamente fui agredido mediante un empujón de malas, dolorosas e invalidantes
consecuencias.
A continuación llamaron a una ambulancia que me
trasladó al Hospital Clínico San Carlos donde me diagnosticaron: “Fractura
proximal de húmero”, me inmovilizaron el hombro con un vendaje y me informaron
de que si todo iba bien, debería mantener la inmovilización cuatro semanas,
esperar dos semanas más para consolidar la soldadura del hueso e iniciar rehabilitación.
Ahora me espera la denuncia en comisaría, papeleo, quien sabe si juicio y
finalmente, con gran probabilidad, no pase nada.
Esta mañana en mi casa
con la inmovilización hecha en el hospital
La única esperanza es que esta agresión de tan malos
resultados para mí, sirviera para que se tomara conciencia de que hay que
trabajar de manera organizada y con medios, desde el aspecto legal y de
comunicación, para impedir la escalada de las acciones pretendidamente
antitaurinas y que esconden una histeria de personas que consideran más
importante la vida animal que la humana, dispuestas a descargar su rabia o frustración
social mediante la agresión a la tauromaquia y a sus seguidores, sean estos
aficionados, intelectuales, profesionales o público en general.
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