jueves, 31 de julio de 2014

FERIA TAURINA DE UBEDA LA POLEMICA ESTA SERVIDA

¡En que manos están los toros en Ubeda, Dios mío! No podía ser de otra manera, la Feria Taurina de Úbeda, polémica desde hace unos años, vuelve a salir en los medios de comunicación con unos argumentos que dan pena o mejor diría, risa.

Varios han sido los post que en este Blog De Catafalco y Oro se han publicado sobre la Feria Taurina de Úbeda, declaraciones de su alcalde, de su concejal de festejos y sobre todo de un presidente acomodado en la poltrona presidencial -mientras dure en el cargo quien lo nombró-, un presidente de lo peorcito por no decir lo peor de cuantas plazas de 3ª existen en la provincia, sin afición, sin conocimientos taurinos, sin un criterio ecuánime a la hora de conceder trofeos y, lo que es mucho peor, sin escrúpulo alguno para engañar a su propio pueblo, autorizando la lidia de verdaderos chotos desmochados, quitándole año tras año, el prestigio a una Plaza de Toros, que tanto costó conseguir de la mano de buenos empresarios, así como de un Consistorio sin prepotencia y asesorado por aficionados de los de verdad; como por un Palco -este sí, con mayúsculas- donde se sentaban buenos aficionados, Presidentes con conocimiento taurino como D. Desiderio Olivares Albacete y eso que no soy amante de los palcos policiales salvo alguna excepción muy puntual y asesores……., qué decir del recordado Alfonso Jurado, que Dios lo tenga en su Gloria.
Jamás vimos aficionado alguno y si hay fotos de alguien me las pueden enviar, ocupando burladero mujer de ninguno de ellos, mucho menos de los delegados gubernativos, como tampoco se vieron en las tareas de apartado y enchiqueramiento, algo que hoy es tan habitual como tener internet en el móvil…………., y Wassap. Como del mismo modo es habitual, delegados que dejan mucho que desear sobre los conocimientos acerca de los derechos de los espectadores que hace referencia el reglamento taurino -para eso tanto cursillo de ¿formación?, pero si lo que hay que tener es afición-; aunque al parecer los de otras personas los tienen muy claros y les permiten tanto asistir tanto al sorteo, apartado y enchiqueramiento, como posteriormente a la hora del festejo ocupar un burladero de callejón.

Muchas son las declaraciones públicas tanto del señor regidor de la ciudad como del otro “señor regidor de la poltrona presidencial” que hay publicadas, pero ciñéndonos a las que parecen ser las últimas del señor alcalde sobre las declaraciones del anterior Concejal de Festejos Jerónimo García, opino que efectivamente, “Quien quiera toros, que los pague”, pero creo que sería de buen alcalde y en justicia -ya que lo es de todos los ubetenses ¿o se dice ubedeño?- que los toros como cualquier otra disciplina cultural -no debiera olvidar que los toros ya están en Cultura- debieran ser apoyados en la parte proporcional que correspondiere acorde a la afluencia de personas a todos y cada uno de los eventos culturales ofrecidos en la feria.
Salir declarando que se gastó tanto y cuanto durante los años tal y tal y que desde el año 2012  el Ayuntamiento no concede subvención alguna a las empresas adjudicatarias para la organización de la Feria Taurina en el Coso de San Nicasio, "y cada año se ha contado con lo mejor del panorama nacional", es del todo ganas de enredar ¿Lo mejor del panorama nacional en qué? ¿En toros? permítanme que me ría y les ponga unos ejemplos de los toros consentidos para su lidia de parte de un presidente que declaró esto en un periodico provincial:

Espero estar a la altura puesto que experiencia no me falta. También cumpliré con mi obligación y aplicaré los mandatos de reglamento.

Aparte de que se le olvida el artículo 30º, es lo peor que he visto como presidente en plazas de 3ª en la provincia de Jaén, sin fundamento alguno y lo peor como aficionado.




Y para que así conste aquí dejo parte de lo que ha consentido lidiar en la Plaza de Toros de Úbeda y; eso que experiencia no le faltaba e iba a aplicar los mandatos de reglamento.

Me es indiferente que como dice un refrán, corregir al “listo” lo haga mi enemigo; ya que una autoridad que no cumple lo que proclama, pierde el crédito de los aficionados y, unos aficionados desprotegidos por la autoridad desconfían de su sistema, luego la propia autoridad legitíma la revolución. Una revolución que no llegará por tratarse de aficionados taurinos, los que aguantan una y mil veces ver lidiar ¿toros? como estos y si alguien protesta, ya sabe………….


¡Tápense señores, tápense! sus legislaturas van a quedar en los anales taurinos de la ciudad como las peores de la historia de la Plaza de Toros de Úbeda.

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