¡En que manos están los toros en Ubeda, Dios mío! No podía ser de otra manera, la Feria Taurina de
Úbeda, polémica desde hace unos años, vuelve a salir en los medios de comunicación
con unos argumentos que dan pena o mejor diría, risa.
Varios han sido los post que en este Blog De
Catafalco y Oro se han publicado sobre la Feria Taurina de Úbeda, declaraciones
de su alcalde, de su concejal de festejos y sobre todo de un presidente
acomodado en la poltrona presidencial -mientras dure en el cargo quien lo
nombró-, un presidente de lo peorcito por no decir lo peor de cuantas plazas de
3ª existen en la provincia, sin afición, sin conocimientos taurinos, sin un
criterio ecuánime a la hora de conceder trofeos y, lo que es mucho peor, sin
escrúpulo alguno para engañar a su propio pueblo, autorizando la lidia de
verdaderos chotos desmochados, quitándole año tras año, el prestigio a una
Plaza de Toros, que tanto costó conseguir de la mano de buenos empresarios, así
como de un Consistorio sin prepotencia y asesorado por aficionados de los de
verdad; como por un Palco -este sí, con mayúsculas- donde se sentaban buenos
aficionados, Presidentes con conocimiento taurino como D. Desiderio Olivares
Albacete y eso que no soy amante de los palcos policiales salvo alguna excepción muy puntual y asesores……., qué
decir del recordado Alfonso Jurado, que Dios lo tenga en su Gloria.
Jamás vimos aficionado alguno y si hay fotos de
alguien me las pueden enviar, ocupando burladero mujer de ninguno de ellos,
mucho menos de los delegados gubernativos, como tampoco se vieron en las tareas
de apartado y enchiqueramiento, algo que hoy es tan habitual como tener
internet en el móvil…………., y Wassap. Como del mismo modo es habitual, delegados
que dejan mucho que desear sobre los conocimientos acerca de los derechos de
los espectadores que hace referencia el reglamento taurino -para eso tanto
cursillo de ¿formación?, pero si lo que hay que tener es afición-; aunque al
parecer los de otras personas los tienen muy claros y les permiten tanto asistir
tanto al sorteo, apartado y enchiqueramiento, como posteriormente a la hora del
festejo ocupar un burladero de callejón.
Muchas son las declaraciones públicas tanto del
señor regidor de la ciudad como del otro “señor regidor de la poltrona
presidencial” que hay publicadas, pero ciñéndonos a las que parecen ser las
últimas del señor alcalde sobre las declaraciones del anterior Concejal de
Festejos Jerónimo García, opino que efectivamente, “Quien quiera toros, que los
pague”, pero creo que sería de buen alcalde y en justicia -ya que lo es de
todos los ubetenses ¿o se dice ubedeño?- que los toros como cualquier otra
disciplina cultural -no debiera olvidar que los toros ya están en Cultura- debieran
ser apoyados en la parte proporcional que correspondiere acorde a la afluencia
de personas a todos y cada uno de los eventos culturales ofrecidos en la feria.
Salir declarando que se gastó tanto y
cuanto durante los años tal y tal y que desde el año 2012 el Ayuntamiento no concede subvención alguna a
las empresas adjudicatarias para la organización de la Feria Taurina en el Coso
de San Nicasio, "y cada año se ha contado con lo mejor del panorama nacional",
es del todo ganas de enredar ¿Lo mejor del panorama nacional en qué? ¿En toros?
permítanme que me ría y les ponga unos ejemplos de los toros consentidos para
su lidia de parte de un presidente que declaró esto en un periodico provincial:
Espero estar
a la altura puesto que experiencia no me falta. También cumpliré
con mi obligación y aplicaré los mandatos de reglamento.
Aparte de que se le
olvida el artículo 30º, es lo peor que he visto como presidente en plazas de 3ª
en la provincia de Jaén, sin fundamento alguno y lo peor como aficionado.
Y para que así conste aquí dejo parte de
lo que ha consentido lidiar en la Plaza de Toros de Úbeda y; eso que
experiencia no le faltaba e iba a aplicar los mandatos de reglamento.
Me es indiferente que como dice un
refrán, corregir al “listo” lo haga mi enemigo; ya que una autoridad que no cumple lo que proclama, pierde el crédito
de los aficionados y, unos aficionados desprotegidos por la autoridad desconfían
de su sistema, luego la propia autoridad legitíma la revolución. Una revolución
que no llegará por tratarse de aficionados taurinos, los que aguantan una y mil
veces ver lidiar ¿toros? como estos y si alguien protesta, ya sabe………….
¡Tápense señores, tápense! sus
legislaturas van a quedar en los anales taurinos de la ciudad como las peores
de la historia de la Plaza de Toros de Úbeda.
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