entre el Geníl y el Darro,
la Parada de bueyes “ensabanaos”;
capuchinos todos en “colorao”;
conducen orgullosos, seis toros bravos.
Los seis de Sotomayor:
Cuatro cárdenos,
un salinero
y otro sardo.
Bravos, de entre los bravos.
Van camino del Matadero.
No los quieren los toreros,
les dan demasiado espanto.
Otros qué, por los resabios.
Los más, de por serlo bravos,
Un buen hombre
del pueblo llano,
me ha dicho:
“a Joselito no le han “gustao”,
a Juan Belmonte, tampoco”.
Será por su gran trapío,
será por su mucho cuajo.
Que se los echen a Varelito,
mano a mano con Chicuelo.
No han de ponerles reparo.
Los seis de Sotomayor:
Cuatro cárdenos,
un salinero
y otro sardo.
Bravos, de entre los bravos.
¿Un Toro bravo al Matadero?
¿Dónde se ha visto eso?
¡No ha de serlo en Granada,
Granada la de la Alhambra!
Qué bravos, quiérelos para su plaza.
Que los pasen de largo,
la parada de bueyes mansos,
capuchinos en “colorao”, su pelo.
Qué pasen de largo
mis seis Toros Bravos
el Camino del Matadero.
Que los lleven hasta la Vega.
¡O mejor!
los suban por la Cañada,
desde el Camino de Ronda,
derechos hasta la Alhambra.
“Pá” disfrutar sus jardines,
“pá” defender sus almenas,
y repararles en honra ese Corpus,
que los quitó de la Feria,
deshechos de mi Granada.
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