miércoles, 14 de enero de 2015

CARTA ABIERTA A JULIO ROBLES



Ya son 14 años los que han pasado desde que cerraras la maleta de la vida y te hicieras inmortal aquel frío día de Enero en el que el mundo del toro y Salamanca enmudeció ante tu partida. Acababas de estrenar tus 49 años, muy pocos, pero te bastaron para sentar cátedra de cómo es, vive y siente un torero. Lección magistral!


CARTA ABIERTA A JULIO ROBLES:

Ya son 14 años los que han pasado desde que cerraras la maleta de la vida y te hicieras inmortal aquel frío día de Enero en el que el mundo del toro y Salamanca enmudeció ante tu partida. Acababas de estrenar tus 49 años, muy pocos, pero te bastaron para sentar cátedra de cómo es, vive y siente un torero. Lección magistral! 

Y aquí sigo yo, echándote de menos, con el veneno de la afición taurina que sembraste en mí admirando tu toreo, profundo al natural, artista en la verónica, valeroso ante el toro incierto. Tus verónicas eran sueños echados al viento con el prodigio de tus muñecas donde la respiración del toro, el sonido de la arena que desprenden las pezuñas estrellándose en el capote mientras seguía sus vuelos sin llegar a tocarlo me hacia asomar al abismo del vértigo del toro en torno a tu cintura.

Echo de menos tu duende, ese espíritu misterioso que parecía nacer de la tierra, poderoso bello y sobrio que impregnaba el alma, tu esencia sigue en la Glorieta donde creaste muchas de tus mejores faenas y donde remontabas temporadas, La Glorieta era tu plaza y las obras sublimes transcienden por encima de las categorías de las plazas donde se ejecutan. Es imposible acercarse  a La Glorieta sin que tu esencia  lo impregne todo y una vez dentro, accediendo por uno de sus vomitorios al tendido, es empezar a soñar contigo.

Quien conoció tu niñez en La Fuente de San Esteban, en el corazón del campo charro salmantino, cuenta que ya tenías ese aura especial y que fue allí donde adquiriste ese código ético que aprenden y asumen los toreros cuando son niños: la necesidad de vencer las dificultades por grandes que sean y lo inútil de dejarse vencer por el miedo. Allí te bañaste en las fuentes sabias del toreo, las antiguas, las de los mayorales expertos, las de los hombres del toro que jamás hablan en público, de los que con una mirada te explican más que una enciclopedia entera!

‘’Timador’’ cortó el hilo de una de las mejores interpretaciones que de la tauromaquia hizo un torero postrándote en una silla de ruedas y a los Roblistas nos privó de ver la madurez del toreo de un grande y admirando el amor a la vida y al toro de un hombre.

Y hoy, otro 14 de Enero, 14 años después de que muriera el torero y naciera el mito, cuando el invierno y las heladas se ceban en las encinas de nuestro campo charro sigo recordándote con la misma fuerza de siempre, sigo echándote de menos, sigo esperando que alguien cuente tu vida e importancia con la perspectiva que dan los años y sigo gritando a los cuatro vientos ‘’¡YO SOY ROBLISTA!’’ Y aquí sigo yo, echándote de menos, con el veneno de la afición taurina que sembraste en mí admirando tu toreo, profundo al natural, artista en la verónica, valeroso ante el toro incierto. Tus verónicas eran sueños echados al viento con el prodigio de tus muñecas donde la respiración del toro, el sonido de la arena que desprenden las pezuñas estrellándose en el capote mientras seguía sus vuelos sin llegar a tocarlo me hacia asomar al abismo del vértigo del toro en torno a tu cintura.
Echo de menos tu duende, ese espíritu misterioso que parecía nacer de la tierra, poderoso bello y sobrio que impregnaba el alma, tu esencia sigue en la Glorieta donde creaste muchas de tus mejores faenas y donde remontabas temporadas, La Glorieta era tu plaza y las obras sublimes transcienden por encima de las categorías de las plazas donde se ejecutan. Es imposible acercarse a La Glorieta sin que tu esencia lo impregne todo y una vez dentro, accediendo por uno de sus vomitorios al tendido, es empezar a soñar contigo.
Quien conoció tu niñez en La Fuente de San Esteban, en el corazón del campo charro salmantino, cuenta que ya tenías ese aura especial y que fue allí donde adquiriste ese código ético que aprenden y asumen los toreros cuando son niños: la necesidad de vencer las dificultades por grandes que sean y lo inútil de dejarse vencer por el miedo. Allí te bañaste en las fuentes sabias del toreo, las antiguas, las de los mayorales expertos, las de los hombres del toro que jamás hablan en público, de los que con una mirada te explican más que una enciclopedia entera!
‘’Timador’’ cortó el hilo de una de las mejores interpretaciones que de la tauromaquia hizo un torero postrándote en una silla de ruedas y a los Roblistas nos privó de ver la madurez del toreo de un grande y admirando el amor a la vida y al toro de un hombre.
Y hoy, otro 14 de Enero, 14 años después de que muriera el torero y naciera el mito, cuando el invierno y las heladas se ceban en las encinas de nuestro campo charro sigo recordándote con la misma fuerza de siempre, sigo echándote de menos, sigo esperando que alguien cuente tu vida e importancia con la perspectiva que dan los años y sigo gritando a los cuatro vientos ‘’¡YO SOY ROBLISTA!’’
Fuente.- Isabel Tabernero. Colaboradora de Salamanca para De Catafalco y Oro.

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