Mi interés por
entender las razones que llevan a alguien a continuar por la senda marcada a
fuego por sus ancestros, a mantener una pugna obstinada contra elementos
excesivamente interesados y mercantilistas, me conduce a la figura de D. Tomás
Prieto de La Cal.
Señor de los últimos "Veragua", tiene en La Ruiza su lugar de fortuna, de anhelos y de obstinación máxima por un encaste de bravo imprescindible aún a pesar de tardes desdichadas o anodinas.
Llega a mis
manos, un encuentro con el personaje. Lejos de ser una entrevista al uso, el
cronista, D. Jose
Olid, conduce al ganadero por sendas de reflexión e introspección, donde
deja claro su proyecto de selección y el propósito altamente apreciado por el
aficionado, que nutre una idea romántica donde bravura y emoción sigan fundamentando
los pilares de su particular combate.
En síntesis, la charla no tiene desperdicio, es
justo remarcar su concepto de PRESTIGIO, la EMOCIÓN que supone ver al menos
tres varas frente a cinco naturales,
RESPETO por el Toro bravo como clave primordial e ilustre de la fiesta...
RESPETO por el Toro bravo como clave primordial e ilustre de la fiesta...
Rescato una
frase lapidaria:
"¿Queremos
o no queremos toro bravo? (...) el toro es fundamental. El toreo es valorado en
función de lo que se tiene delante. El futuro dependerá de esto (riesgo, poder,
transmisión, emoción, bravura, fiereza) y la afición crecerá y aumentará."
Así sea, D.
Tomás! Aunque esto suponga replantearse algunas consideraciones que sus toros
detallan en la plaza...
Fuente.- Gloria Cantero. Colaboradora de la Región de Murcia para De Catafalco y Oro.
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