Con tres cuartos del aforo cubiertos se ha lidiado toros de Toros de El
Pilar y un sobreo de Parladé (5º bis). De presencia y juego
disparejo.
Enrique Ponce, silencio y dos orejas
José María Manzanares, oreja en ambos
Alejandro Talavante, silencio en ambos.
Bien que haya dado titulo a ésta, mi primera del
Corpus, con la muletilla o refrán de “cuando se quiere, se puede”, y con mis
razones: La Primera de ellas es que desde el propio conocimiento de que
cualquiera de los componentes-socios de la regidora arrendataria, tiene
capacidad para ello; por lo que unidas las tres voluntades, la conclusión es
satisfactoria pese a las dificultades propias del primer contacto con la
exigente afición granadina. No ha gustado, ni tiene sentido, la decisión de
aislar el Patio de Cuadrillas de los aficionados que tradicionalmente han
querido tener cerca por unos instantes a sus ídolos. No han resuelto nada con
ello los nuevos inquilinos, salvo establecer una nota de discordancia
–esperemos no se convierta en distanciamiento- con el sujeto paciente de
taquillas.
Hay otra, no ha habido baile de corrales. La
Autoridad encabezada con la Presidencia de Doña Ana Belén Álvarez Abüín a la
cabeza, recientemente nombrada Asesora de Consejo de Asuntos Taurinos de la
Junta de Andalucía, no estaba dispuesta a tolerarlo, y así se lo hizo saber en
un primer contacto a la Nueva Empresa. Ese bochornoso espectáculo ya no será
frecuente en los corrales de la Frascuelo.
Fueron por delante estos tres párrafos a la
organización; y vamos al festejo en sí: Reses de El Pilar de Don Moisés Fraile,
vía “factory” Don Teodoro, de las Zarzas (Zarzosillo de Arriba) lo que
evidencia el evidente “aspeado” de pezuñas (devolución del 5º) y la dispar
presentación, sin duda por mantener en peso razonable una corrida con mucha
caja, demasiada para plaza de segunda. Hace mucho…mucho tiempo que Granada,
aunque de segunda, tenía “aires de primera”; eran otros tiempos, y otros
empresarios. No había llegado el Fandi, ni los jóvenes estaban ausentes de la
Fiesta. Me gusto el sobrero de Parladé, tanto como los sobreros de Sevilla y
alguno de San Isidro, incluido el de la cogida de Iván Fandiño; y el “colorao”
lidiado en cuarto lugar, muy aplaudido en el arrastre. Primero, derribando a
Manolo Quinta, por dejarlo llegar demasiado (aprovechanda); también derriba el
devuelto al ser agarrado por los pechos; segundo “tostao” de pelo y en exceso
acucharado de pitones, noblete y con cierta fijeza pese a su cara muy suelta
(palabro); y, tercero y sexto, lote más bonito y más incómodo, que hubiese
necesitado un espada con las ilusiones intactas.
¡Ay! Ponce, como se te echa de menos...¡Cuando
quieres!
Desmelenado. Con todo metido. Se cargó la suerte
intensamente.
Ponce exige qué tomemos nota.
Enrique
Ponce
-no se ha ido- ya no tiene en sus manos arreglar esto; pero aunque de la responsabilidad
de la Fiesta haya decidido evadirse, bien está que se le reconozca la maestría,
el arte, el concepto de la Lidia y la entrega; alargó en exceso la faena, y
todo pese a no dejarse ver en la construcción de los muletazos, excepto
en las dos series finales de naturales y poncínas del que corto las orejas. Dio
el frente y cargó la suerte con frecuencia, por lo que en esta ocasión entregué
mi aplauso (pedí la oreja, no dos). Buenas ambas estocadas de ejecución, con
toques violentos al pitón contrario (moda) originando ligeras travesías, a la
vez que innecesarias.
Dispuesto no esconderla en exceso. ¡Grande!
Manzanares con su
concentración y liturgia habituales, vino a Granada muy dispuesto. El primero
de pocas opciones, sabiendo lo que dejaba atrás pero saliendo muy distraído y
con la cara alta de las suertes –con la mano baja se caía- por lo que la faena
no pudo lucir en su amplitud. La deja puesta consiguiendo –patita
escondida- ligar alguna serie. Buenísima la estocada para oreja. La faena al de
Juan Pedro Domecq (hijo)-Parladé, con contenido y ligazón al encastado (parece
que la casa encuentra la casta perdida) ejemplar, fino de cabos, codicioso y
con fijeza, que aprovecha Manzanares en una faena completa, ligada en general
sobre el compás; algo más olvidado del Toreo periférico, y por lo tanto con
ejecuciones en Redondo (mayúscula) que trasciende al tendido con intensidad;
perfecta la estocada, y otra oreja para el esportón. Hoy en Granada las orejas
han tenido su valor.
Bien liado. Invitado de Lujo
Talavante
debe
respondernos a dos preguntas tras la encerrona (otro palabro) de los
“victorinos”: La primera es ¿si le pesa la casta; o en su ausencia, le falta
motivación? Y la segunda, ¿si en la suerte de matar, va a continuar citando
pasado de cruce, para salir lateral y el consiguiente atravesado de la espada?
Con estos dos conceptos erróneos puestos en escena, ayunos de torería, la labor
de Talavante me está resultando incongruente. No le acuso de no haber podido
con los de Victorino Martín; le acuso de no haber querido, le faltó motivación,
con los de Doña Pilar. Me gustaba más cuando repasaba la técnica de Manolete en
la suerte suprema, en sus primeros escarcéos de matador de Toros y de la mano
de Antonio Corbacho. No olvida este humilde juntaletras las buenas faenas de Talavante
por su creatividad y ajuste en la Plaza de Frascuelo de Granada. El silencio
acusador lo despidió en ambas faenas.
Fuente.- José Olid. Colaborador de Granada Costa para De Catafalco y Oro.
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