sábado, 1 de junio de 2013

Granada. Cuando se quiere......, se puede

Con tres cuartos del aforo cubiertos se ha lidiado toros de Toros de El Pilar y un sobreo de Parladé (5º bis). De presencia y juego disparejo.
Enrique Ponce, silencio y dos orejas
José María Manzanares, oreja en ambos
Alejandro Talavante, silencio en ambos.

Bien que haya dado titulo a ésta, mi primera del Corpus, con la muletilla o refrán de “cuando se quiere, se puede”, y con mis razones: La Primera de ellas es que desde el propio conocimiento de que cualquiera de los componentes-socios de la regidora arrendataria, tiene capacidad para ello; por lo que unidas las tres voluntades, la conclusión es satisfactoria pese a las dificultades propias del primer contacto con la exigente afición granadina. No ha gustado, ni tiene sentido, la decisión de aislar el Patio de Cuadrillas  de los aficionados que tradicionalmente han querido tener cerca por unos instantes a sus ídolos. No han resuelto nada con ello los nuevos inquilinos, salvo establecer una nota de discordancia –esperemos no se convierta en distanciamiento- con el sujeto paciente de taquillas.

Hay otra, no ha habido baile de corrales. La Autoridad encabezada con la Presidencia de Doña Ana Belén Álvarez Abüín a la cabeza, recientemente nombrada Asesora de Consejo de Asuntos Taurinos de la Junta de Andalucía, no estaba dispuesta a tolerarlo, y así se lo hizo saber en un primer contacto a la Nueva Empresa. Ese bochornoso espectáculo ya no será frecuente en los corrales de la Frascuelo.

Fueron por delante estos tres párrafos a la organización; y vamos al festejo en sí: Reses de El Pilar de Don Moisés Fraile, vía “factory” Don Teodoro, de las Zarzas (Zarzosillo de Arriba)  lo que evidencia el evidente “aspeado” de pezuñas (devolución del 5º) y la dispar presentación, sin duda por mantener en peso razonable una corrida con mucha caja, demasiada para plaza de segunda. Hace mucho…mucho tiempo que Granada, aunque de segunda, tenía “aires de primera”; eran otros tiempos, y otros empresarios. No había llegado el Fandi, ni los jóvenes estaban ausentes de la Fiesta. Me gusto el sobrero de Parladé, tanto como los sobreros de Sevilla y alguno de San Isidro, incluido el de la cogida de Iván Fandiño; y el “colorao” lidiado en cuarto lugar, muy aplaudido en el arrastre. Primero, derribando a Manolo Quinta, por dejarlo llegar demasiado (aprovechanda); también derriba el devuelto al ser agarrado por los pechos; segundo “tostao” de pelo y en exceso acucharado de pitones, noblete y con cierta fijeza pese a su cara muy suelta (palabro); y, tercero y sexto, lote más bonito y más incómodo, que hubiese necesitado un espada con las ilusiones intactas.





¡Ay! Ponce, como se te echa de menos...¡Cuando quieres!

 Desmelenado. Con todo metido. Se cargó la suerte intensamente.


  Ponce exige qué tomemos nota.

Enrique Ponce -no se ha ido- ya no tiene en sus manos arreglar esto; pero aunque de la responsabilidad de la Fiesta haya decidido evadirse, bien está que se le reconozca la maestría, el arte, el concepto de la Lidia y la entrega; alargó en exceso la faena, y todo pese  a no dejarse ver en la construcción de los muletazos, excepto en las dos series finales de naturales y poncínas del que corto las orejas. Dio el frente y cargó la suerte con frecuencia, por lo que en esta ocasión entregué mi aplauso (pedí la oreja, no dos). Buenas ambas estocadas de ejecución, con toques violentos al pitón contrario (moda) originando ligeras travesías, a la vez que innecesarias.


 Aunque sin dejarse ver, cargando la suerte. TOREO


 Dispuesto no esconderla en exceso. ¡Grande!

Manzanares con su concentración y liturgia habituales, vino a Granada muy dispuesto. El primero de pocas opciones, sabiendo lo que dejaba atrás pero saliendo muy distraído y con la cara alta de las suertes –con la mano baja se caía- por lo que la faena no pudo lucir en su amplitud. La deja puesta  consiguiendo  –patita escondida- ligar alguna serie. Buenísima la estocada para oreja. La faena al de Juan Pedro Domecq (hijo)-Parladé, con contenido y ligazón al encastado (parece que la casa encuentra la casta perdida) ejemplar, fino de cabos, codicioso y con fijeza, que aprovecha Manzanares en una faena completa, ligada en general sobre el compás; algo más olvidado del Toreo periférico, y por lo tanto con ejecuciones en Redondo (mayúscula) que trasciende al tendido con intensidad; perfecta la estocada, y otra oreja para el esportón. Hoy en Granada las orejas han tenido su valor.

Bien liado. Invitado de Lujo

Talavante debe respondernos a dos preguntas tras la encerrona (otro palabro) de los “victorinos”: La primera es ¿si le pesa la casta; o en su ausencia, le falta motivación? Y la segunda, ¿si en la suerte de matar, va a continuar citando pasado de cruce, para salir lateral y el consiguiente atravesado de la espada? Con estos dos conceptos erróneos puestos en escena, ayunos de torería, la labor de Talavante me está resultando incongruente. No le acuso de no haber podido con los de Victorino Martín; le acuso de no haber querido, le faltó motivación, con los de Doña Pilar. Me gustaba más cuando repasaba la técnica de Manolete en la suerte suprema, en sus primeros escarcéos de matador de Toros y de la mano de Antonio Corbacho. No olvida este humilde juntaletras las buenas faenas de Talavante por su creatividad y ajuste en la Plaza de Frascuelo de Granada. El silencio acusador lo despidió en ambas faenas.
Fuente.- José Olid. Colaborador de Granada Costa para De Catafalco y Oro.

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