domingo, 17 de septiembre de 2017

PLAZA DE TOROS DE CAZORLA // LA VERDAD DE UNA TARDE DE TOROS


Plaza de Toros de Cazorla. Media plaza. 3 Toros de Torrehandilla-Torreherberos y otros  3 de Los Ronceles todos ellos bien presentados y con romana. Espadas; Rafael Rubio “Rafaelillo”, Manuel Jesús “El Cid” y José Carlos Venegas.
Rafaelillo.- Una oreja y dos orejas.
“El Cid”.- Silencio y dos orejas.
José Carlos Venegas.- Ovación y dos orejas.


Ayer en Cazorla pudimos presenciar lo que verdaderamente es una corrida de toros de toda la vida ¿Y por qué digo esto?, pues veamos:
A mi juicio como digo los toros lidiados estuvieron correctamente presentados en cuanto a trapío y romana, toros con cuajo y mucha presencia, otra cosa fue el juego, en ambos hierros hubo de todo, toros que dieron un juego excelente, otros que humillaron haciendo surcos en la arena y otros sin embargo que denotaron su escasa casta; pero si hay que decir algo muy importante, los toreros, los tres, brillaron a gran altura.

A Rafaelillo pudimos verle en uno de sus toros, el segundo concretamente, de Torreherberos-Torrehandilla con el mismo tesón y lucha que si estuviera delante de uno de esos encastes con los que tantas tardes se la juega como suele decirse “como un perro”. Ya nos lo dijo en el patio de caballos cuando le comenté que ya estaba bien de tantos “garbanzos duros” y hoy toreara al menos sobre el papel algo más boyante, a lo que nos respondió que un toro es un toro sea de la ganadería que sea y que en todas hay de todo, pues tal y como lo vaticinó el torero ocurrió.


















“El Cid” del mismo modo ante un toro primero de su lote, de Torrehandilla, con el que había que estar en muy torero para aguantar sus embestidas, lo estuvo; y en otro, el segundo de su lote, de Los Ronceles, que dio todo un recital de toreo con la mano izquierda sabiendo dar al toro tanto la distancia como la altura de la muleta, la mayoría de la veces a media altura, pero con una cadencia que hizo llegar con fuerza a los tendidos lo que estaba haciendo ante el de Los Ronceles.






















Y José Carlos Venegas, un torero al cual le tocó el peor lote, un primero de su lote que acusó las pocas ganas de pelea, escarbó y el torero de Beas de Segura supo aguantarle aunque nada pudo sacar de este toro de Torreherberos. Y con el último de la tarde, de Los Ronceles, José Carlos Venegas que salió a por todas, el toro se vino abajo, se fue a tablas y allí es donde el joven diestro pudo sacarle algunos pases por alto y redondos por la espalda, muy comprometidos.















En el caballo brilló Manuel Jesús Ruiz Román al que le vimos dar un puyazo, corto, eso sí, pero en todo lo alto. 
Esta es una suerte que así salieran los toros dando “bocaos” nos lo estamos cargando cada día un poquito más. El toro necesita ser picado, no creo que esta Suerte se creara por capricho de nadie, el toro necesita ser picado para descongestionarse, de otra manera no aguantaría todo el tiempo de su lidia, la de hoy, al ser más larga, mucho menos, pero parece ser que eso muchos espectadores no lo entienden. Yo comprendo el enfado de los tendidos en el puyazo al primer toro el día anterior en la plaza de toros de Villacarrillo, abusivo, mal colocado y encima tapando la salida, pero lo de ayer en Cazorla como ocurre en la mayoría de las plazas que ya un sector de público proteste incluso cuando apenas ha hecho acto de presencia el piquero en el ruedo, no lo entiendo.
En el tercio de banderillas pudimos ver unos buenos pares de parte de Curro Robles y “Limones” en el 5º de la tarde.


Por todo ello, hoy no he querido hacerles una crónica al uso toro por toro y he preferido a groso modo comentarles lo ocurrido en Cazorla, que como digo pasamos una tarde interesante donde hubo momentos de parte de todos los toreros, matadores, subalternos y piqueros; muy interesantes ante toros de un juego distinto, variado y con muchos matices.
Cazorla un año más se convierte en un punto de encuentro para el aficionado de la provincia. Presenciar un festejo taurino a los pies de esa Sierra de Cazorla llena de pinares y poder tomar un “buchito” de agua fresca en ese pilón bajo la parra de su patio de caballos es todo un lujo.