martes, 1 de enero de 2013

Primer día del año en el campo bravo



Primer día del año y como es costumbre los amigos nos felicitamos. Tras una velada larga, movida y pesada en cuanto al yantar, el día de Año Nuevo lo que más apetece es tumbarse en un buen sofá después de comer y olvidarse del mundo. Pero el aficionado a los toros, ya lo he dicho muchas veces, no se limita en asistir a una corrida de toros, sino que siempre tiene unos antes y unos después que está en contacto con el toro y la naturaleza.

Por eso esta tarde no me lo he pensado dos veces y me he dado una vuelta por la ganadería de D. Iñigo Garzón al que por cuestiones unas veces laborales, otras por problemillas médicos, llevaba algunos meses sin verle y, la verdad sea dicha, tenía ganas de charlar un rato con él y respirar aire puro en plena naturaleza.

El campo está que es todo un vergel. Las lluvias caídas estos meses atrás y las acaecidas la última noche del año han contribuido a que hoy, primer día de este 2013 haya podido disfrutar de un maravilloso panorama.

El toro bravo, tan agradecido siempre con la naturaleza, lo he visto -aunque parezca una tontería- a pesar de tener el vasto pelo del invierno, con una cara como más sonriente que otros años, más bullidor, menos vago al caminar y hasta diría que más gallardo en su mirada; debido casi con toda seguridad a la rica hierba que este invierno está ingiriendo y que otros le ha sido imposible por culpa de la sequía padecida.

El camino de ida a la finca ha sido maravilloso, una variedad de colores en el camino, inusual en esta época del año y unos olores que se mezclaban en el ambiente nos daban la bienvenida.

Y como no podía ser menos tras desearnos todos un feliz año nuevo y ver toros y caballos; la tertulia con el señor ganadero, como siempre, una delicia.


No va ser un buen año de toros, como ya estamos viendo en las primeras ferias importantes, la disminución de festejos es evidente y eso, no solo para los ganaderos, sino para una extensa lista de personas que forman parte de la tauromaquia, no es bueno.

Ahora que ya ha llovido, que vemos a las reses comer hierba del campo, solo hace falta que se arregle el problema de la crisis por la que estamos atravesando y ver las ferias volver al esplendor que tuvieran no hace muchos años. Hay que ser positivo y esta tarde me ha dado la esperanza de que este 2013, pueda ser un buen año. ¡Dios quiera que así sea!


1 comentario:

  1. Como te dije el otro dia personalmente José, muchas veces doy gracias a Dios de tener la suerte que tenemos algunos de disfrutar de estas cosas.

    Un abrazo y FELIZ AÑO

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