miércoles, 10 de octubre de 2012

La fijación de la bravura por Gil de O.



Puede que se me tilde de falta de objetividad, incluso de raciocinio. Insisto en que los primeros espartillos para que se derrumbara lo conseguido en ganadería de bravo, tuvo lugar allá por los años treinta y que paralelizo con la creación de la primaria UCTL, cuando lo único conseguido fue aislar por morfología -exceso de atención a los pelos- lo que vinieron en denominar encastes, y aún no habían comenzado ni a asentar raza.

En lo que respecta a fijación de la bravura (la fiereza y la nobleza consuetudinario del Toro agreste, cerril y salvaje, era don de la sabia naturaleza) todavía se estaba a años luz -hoy más lejos aún- y ya se creyeron en poder de la piedra filosofal. Como se ve, burda mentira, craso error, y sobre todo, vanidad incontenida.

Todos los ganaderos hasta José cruzaron, cruzaron y cruzaron. Las pruebas más evidentes fueron Villamarta y Conde de la Corte; desviadas con intención de ocultar la fuerza que históricamente había conseguido la Familia Mendoza, camuflándolo con el intento de resucitar el término Parladé, cuando el trabajo lo tenía hecho la Casa Tamarón. Ya han pasado cien años y es lo que subsiste, aunque desviado también y que solo se disfruta cuando aparece algún salto atrás genéticamente.

No hay que tener miedo a cruzar. No hay que tener miedo a empezar de nuevo. No hay que tener miedo a abrir los cerrados, salvo lo apartado para lidiar. Volver a los Sementales de ciclo corto, a la prueba de fuego del caballo en los tentaderos. Volver a los terrenos agrestes y duros, para obligar al constante ejercicio, y devolver la finura de cabos a la raza brava, olvidándose de los terrenos de labor -además el pienso otra vez es caro- con lo que los correderos se podrían suprimir, ya que es nefasto el ejercicio en el que no se produce recuperación y el sudor se les seca en el cuerpo de forma que puede sobrevenir ese enfriamiento originario de pleuresías (pleuras pegadas), observadas tan frecuentemente en los desolladeros.

Ni Pablorromero, ni Resina, ni Algora podrán hacer nada con sesenta vacas, pese a la reserva de pajuelas. Esto ya lo hice ver en el VII Curso de Periodismo Taurino de la Complutense, pero todo lo que no sea "ex cátedra" y dentro del oficialismo taurino, no se considera, ni se tendrá en cuenta jamás. Nos miramos demasiado el ombligo.
                                                                                     
Saludos de Gil de O.

3 comentarios:

  1. La Paquín11/10/12 12:59

    Deduzco por los comentarios a la entrada de Javier Salamanca, sobre chismes respecto de la Ganadería de Pablorromero, que debió haber en cuanto a tuberculosis y borucela un positivo general; lo que conllevaba su eliminación total con el sacrificio y cremación de todas las reses, decomiso de pajuelas, cuarentenas y cierre de las explotaciones usadas por las reses en cuestión, al menos hasta que pudiese certificarse su condición de desinfectado legal y "real", que para este humilde aficionado son dos cosas totalmente distintas.
    Por lo que se ve, la Bula hizo acto de presencia para saltarse la ley, y ademas hubo un premio de 500 Millones, a modo de subención redentora.
    Y los chiquillos de las "Callejuelas" de mi pueblo pasando "rasca" mientras tanto.

    Si Resina se queda en el Camino, que se quede. Esa y todas las ganaderías que no sean capaces de asumir sus responsabilidades. El llamamiento a facultativos se hace imperante. Me da que hay algo de vista gorda; y eso, en los tiempos actuales ofende.

    La Paquín

    ResponderEliminar
  2. El Principe12/10/12 09:20

    Sin sanidad en las ganaderías, ni el Diano "resucitado". Así que vamos a dejarnos de historias desviando el auténtico sentido. Las ganaderías que no caminen, sean encastes en extinción o en todo su auge, minoritarios o no, de bravo o manso, por la senda de la debida atención sanitaria deben desaparecer sin paliativos ni excusas, y menos aún con Bulas o dinero público.
    Los facultativos, tanto oficiales como privados que hagan dejadez de sus obligaciones, deben ser sancionados o separados del ejercicio profesional; y menos aún, encubiertos colegiadamente.
    Tengo el convencimiento de que si diese mi nombre, sería represaliado, por lo que me veo en la obligación de hacer estas denuncias de forma genérica.

    El Principe

    ResponderEliminar
  3. La Paquín12/10/12 10:04

    sR. PRÍNCIPE:
    Debe de entenderse, que su situación personal se encuentra bajo coaación, amenaza o intimidación por la clase pública o política? Sería el colmo quintaesenciado de la doblez maldita del sistema. Lo siento por usted, no debe meterse en berenjenales de los que salir no pueda.
    Con lo bueno que sería la presencia del TORO para que pusiera a cada uno en su sitio.

    La Paquín


    ResponderEliminar