Los banderilleros y los taurinos tenían una conversación distinta a los de ahora. Los escuchabas y te impresionaban. Ahora les preguntas por como ha salido una corrida y te dicen: "Se dejó.... se paró". Yo los prefería antes, que quizás eran exagerados, pero tenían conversación. Y te contaban que un toro casi les arrancaba el cuello... que cosas.... se dejó.... se paró.... que poco te suena a toros.
El
problema está en el público que también se ha amanerao y lo que
busca es lo otro… Ya no valora el esfuerzo que hace ahí un torero,
ni lo mal que lo puede pasar, ni intentar corregir las faltas que
pueda tener… Ni los entienden ni lo valoran. La gente ahora quiere
pa´cá, pa´llá y todo bonito. Gustan el toro y toreo de salón. Antes las figuras mataban de todo. Antes también se
toreaba distinto. No había tanta revolina como ahora… ¡se torea
fuera de cacho siempre! Cuando el toro se saca un poquito con los
vuelos, el torero tiene que estar aquí. Y en cuanto estás allí, ya
te has quedado fuera de cacho. Claro, ahora sale un toro que te da la
vuelta… Y que no me digan que esto es mejor porque no, porque no,
porque no. Esto es lo que hay.
Antes
había una afición más buena. Donde no estoy de acuerdo es con
Sevilla: ahora la música toca cuando le sale de los cojones y aquí
no ha pasado ná. Y con el “shhhhhh”. ¡Irse a tomar por culo! Ni
una cosa ni otra. También ha desaparecido la afición que había en
Sevilla hace 40 ó 50 años.
La cantidad de criaturas que van ahora a
los toros, de mujeres… pero que no saben estar allí. Nunca se han
dado tantas orejas en Sevilla con unos bajonazos horrorosos. ¡Antes
eso era inadmisible! Son tonterías, pero cuando a mí me sonaba un
aviso, me daba vergüenza ir a mi casa. Mis propios hermanos y mi
madre me decían: “¿Qué? Un aviso, ¿no te da vergüenza?”.
¡Era una deshonra! ¡¡Y dos avisos eran la mundial!! Ahora te tocan
un aviso y como si tal cosa. Lo de antes era un disparate y la
dejadez de ahora tampoco es normal. Antes era una exageración…
pero quizás me guste más la exageración.
La seriedad y saber de
aquello era necesario… era necesaria una oposición fuerte que
supiera de aquello y luchase. Lo malo es la indiferencia. Eso es
criminal. Eso está pasando en Sevilla, que se cree el “todo
bonito”. En Sevilla se cae un toro y le pegan una ovación. Qué
bien se ha caído el toro. Qué clase. ¡Irse a tomar por culo,
hombreee! Yo miro y digo, ¿dónde estoy? Es una conversación
completamente a la inversa. Procuro no arrancarme. He vivido dos o
tres épocas y yo mismo estoy confundido… como si no tuviera todas
las cartas en mis manos. La gente da las orejas por aburrimiento. Ya
no existe el embrujo ni la incógnita… Se han destapado tanto las
cosas que ya no hay misterio. No queda romanticismo.
Mi comentario:
Así se habla maestro "Limeño". 50 años tengo, al fin y al cabo no son muchos para ser una autoridad en esto de hablar de toros, pero lo único que sé es que desde muy chico estoy viendo toros y el cambio que ha dado la Fiesta de unos años a esta parte es abismal.
Muchas tardes de toros y la mayor parte de ellas lo que mas me atrae es el antes y el después de la corrida, justo lo que ocurría en Barcelona entre los 6 y 11 años cuando del palco de la Banda de Música al Patio de Cuadrillas y viceversa pasaba toda la tarde entre toro y toro; ese ambiente, ese colorido, ese olor a puro -ya cada vez menos, cualquier día nos lo prohíben también- esas bellas mujeres que llevan mantilla -las menos también- y el después con ese encuentro con toreros de otra época, que a pesar de la edad, huelen a torero, andan en torero y como dice usted mismo maestro, hablan como los toreros. A usted maestro, lo adelanté a la salida de una corrida de toros en Linares por la acera del Hotel Cervantes, por detrás aprecié un andar de torero y al adelantarle me dió olor a torero, giré la vista y efectivamente, el maestro "Limeño", una ocasión así no se me podía escapar y con la gentileza que caracteriza a un torero, posó junto a mí para disfrutar de ese grato encuentro cada vez que veo la fotografía, gracias maestro, gracias torero, porque lo declarado por usted y lo escrito por mí no lo entiende el público, solo el aficionado.
José Martínez Ahumada "Limeño
Día de San Agustín-Linares 2009
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