lunes, 2 de julio de 2012

Los Toros ya tienen Comisión


Los toros ya tienen comisión

Aquí os dejo un artìculo del que en mi opinión es el mejor y más creible periodista que en la actualidad tiene este país de las 17 tribus. Esperemos que esto sirva aunque solo sea para mejorar este mundo del toro y coloque a cada cual en el lugar que corresponda. Los políticos nuevamente metidos en tema taurino, la verdad, no lo veo claro, no por nada, simplemente porque creo en ellos como los musulmanes en Dios, aparte de tenerles la misma atracción y simpatía que el agua con el aceite.

El ministro de Cultura acordó el pasado día 21 de junio la creación de una comisión de trabajo que deberá definir los criterios, objetivos y medidas de un futuro Plan Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia, que será aplicado en colaboración con el resto de administraciones públicas y los sectores implicados.

José Ingnacio Wert, el ministro, ha nombrado presidente de este nuevo órgano a Juan Antonio Gómez Angulo, conocido aficionado, que fue el primer director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid entre 1988 y 1991, concejal del Ayuntamiento de la capital y secretario de estado para el Deporte. El responsable de la comisión estará acompañado por siete vocales: el torero retirado Santiago Martín El Viti, el ex ministro Enrique Múgica, el pintor Eduardo Arroyo; el teniente de hermano mayor de la Maestranza de Ronda, Rafael Atienza; Alvaro Martínez Novillo, historiador y filólogo; Alberto Alonso Ureba, Catedrático de Derecho Mercantil, y Tomás Ramón Fernández, catedrático de Derecho Administrativo.

Todo lo que antecede lo ha contado el ministerio en una nota, en la que añade, primero, que 'la medida se encuadra en las actuaciones para poner en valor la tauromaquia como manifestación e industria cultural'; segundo, que la tal comisión presentará un informe al ministro en un plazo no superior a seis meses, y que el ministerio podrá asumir sus recomendaciones; y tercero, que nada de lo dicho supondrá incremento alguno del gasto público.

Los toros, pues, ya tienen comisión; y está bien que así sea. Es decir, que es bueno y oportuno que alguien se ocupe de la fiesta de los toros más allá del rápido beneficio económico.Y ojalá el informe sea un buen elemento de base para el fomento de la cultura taurina.

Pero el asunto plantea algunos interrogantes que no conviene soslayar. Por ejemplo, ¿qué criterio se ha seguido para elegir a estos miembros de la comisión y no a otros? Así, en un principio, suena rara esa mezcla de un torero, un ex ministro, un pintor, un miembro de las reales maestranzas, un filólogo y dos expertos en derecho, pero el ministro sabrá.

Otro ejemplo: si las competencias taurinas están en manos de los gobiernos autonómicos y el ministerio de Cultura solo cuenta con los registros taurinos y el secretariado de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos taurinos, que es nada, ¿cuál será la base de la propuesta que pueda elaborar la comisión?
Se espera, eso sí,que el ministerio de Cultura fomente y proteja la tauromaquia y diseñe campañas de conunicación sobre los valores culturales, socioeconómicos y medioambientales de la fiesta. Sería magnífico que la administración central se comprometiera con tales asuntos, de capital importancia para que la sociedad conozca los muchos vértices que dan sentido trascendente a esta fiesta.
Pero, largo me lo fiáis... Una campaña de comunicación no puede ser ajena a la realidad del espectáculo, que no atraviessa, precisamente, su mejor momento. No se abarrotan las plazas para comprobar el lamentable estado de un animal desnaturalizado y a unos toreros mecánicos, y cómo unos y otros se muestran incapaces de provocar la necesaria emoción. Por ello, quizá, esa campaña cultural debiera ir de la mano de una regeneración del toro y el torero. Y ese asunto, verdaderamente importante, no depende del Ministerio de Cultura ni de las autonomías. Depende de los taurinos -ganaderos, toreros y empresarios, en su mayoría-, que no muestran el más mínimo interés en ello porque se pondrían en juego sus intereses más primarios, que están basados en la desunión del sector, la irresponsabilidad ante el presente y el futuro, y, sobre todo, en el beneficio rápido.

Un ejemplo: la Mesa del Toro se reunió en asamblea general el pasado día 28, e instó a la administración 'a que se reúna con los profesionales a fin de establecer un plan de trabajo conjunto y coherente que se ajuste a las necesidades del sector'. La nota suena un poco a broma a la vista de las nulas aportaciones de esta mesa, -donde están representados todos los estamentos taurinos-, en su ya larga vida. Lo mejor sería que guardara silencio.

En fin, que bienvenida sea la comisión del ministro Wert; que su informe se esperará con impaciencia, y que, aunque no sirva para mucho, será, sin duda, una bocanada fresca en este aire viciado del mundo del toro, necesitado de una seria reflexión más allá de sus aspectos culturales, que son importantes, claro está, pero que no conseguirán taponar la hemorragia que pone en serio peligro sus constantes vitales.
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