sábado, 21 de mayo de 2011

El Campo Bravo de Jaen

Ser aficionado a los toros significa mucho más que el simple hecho de acudir a ver un espectáculo taurino. Tampoco es el mero hecho de ver a las grandes figuras salir de un hotel o esperar cuando salen del coche de cuadrillas a la entrada a la plaza.
Todo eso es muy bonito pero están los principios, duros y dolorosos principios en un camino que no se le ve la meta, unos llegan, los menos, otros se quedan a mitad de ese camino y jamás consiguen esa meta tan ansiada.
Pero hay algo que se aprende de todo esto y que el buen aficionado siempre tiene presente, respetar a todo aquel que se viste de luces y del mismo modo a quien de una manera u otra, aunque no lo haya conseguido, haya probado suerte en esta dura pero la más bonita profesión del mundo.
Aquí os muestro lo que brevemente os describo, la dureza de los principios de estos jóvenes chavales que con unas clases prácticas se enfrentan por primera vez a una becerra y que aunque caigan una y otra vez, algún día muchos de ellos vemos en lo más alto.
Mi homenaje a todos estos chavales para que sirva como ejemplo este alumno de Jaén, no cesen en el empeño y luchen duro para conseguir sus sueños. Suerte chaval. Aqui vemos el ejemplo de lo que es tener un buen maestro como Joselito Rus.

 Una señora vaca para un principiante


Duros son los principios







El maestro Joselito Rus en una lección práctica




El alumno que toma bien la lección







Aqui se ha sentido el chaval, bien

Natural de buen trazo



Rematando con la derecha

Por otro lado os presento una foto curiosa, en las plazas de toros aún no los hemos visto, pero es posible que algún día podamos ver a algún picador venido de allende los mares, todo se andará porque afición no le falta a este muchacho.