jueves, 26 de octubre de 2017

MANUEL RODRÍGUEZ “ESTOY DISPUESTO A MORIR POR LA VERDAD”


Manuel Rodríguez es un TORERO. Alguien que se labra su camino fuera de un sistema que no comparte los valores que le hacen especial, diferente. En las capeas podemos ver a un torero que torea para él, para sus valores y que nos regala una conversación tan dura como torera.


29 años.
Eso dice el carnet pero creo que tengo más edad vivida. Si te paras a sumar las horas de noches que he vivido despierto quizás el carnet marcara más edad de la que tengo.
¿De qué vives?
Como del coche -soy compraventa y conductor- pero me alimento del toro. Me he buscado un trabajo paralelo al toro que me da la libertad de no tener ningún jefe, no tener horario, ser un gato callejero. Soy autónomo en todos los sentidos de la palabra. Este trabajo me permite tener dinero en la cartera para una cerveza y para echar gasoil al coche.
¿Puede ser un gato callejero torero?
Más que un gato callejero me definiría como un vagabundo de sueños, un músico callejero. En momentos me embarco en una zodiac de plástico a la deriva e intento cruzar el estrecho de mis sueños. A veces uno se  siente inmigrante en el toro.
La situación que yo tengo pasa porque a veces me doy pena y otras me ensalzo, subo al cielo y me bajo al infierno. Como decía Antonio Flores “tú puedes ser tu Dios y tu Diablo”. A veces te vienes abajo al darte que cuenta que estás rebuscando en la basura del toreo pero nadie me puede decir que debo nada a nadie. Más vale ir a un capeo gratis y jugarte la vida que dar a cinco padres de familia un bocadillo de chopped y una casera blanca. Tengo altibajos que van con la persona y el torero. Como te decía, a veces me veo rebuscando en la basura porque los toros y vacas son…
¿Has nacido cuarenta años tarde?
No lo sé. He nacido cuando tenía que nacer y ése es el milagro que tengo. En mi lotería me ha tocado vivir ahora. No sé si esos valores son por ser la reencarnación de un familiar antiguo. No sé si soy alguien que viene del futuro o del pasado. Sé que estos valores van dentro, son unos códigos de lealtad, amistad y pureza en todos los aspectos.



Valores del pasado.
Quizás no vayan mis valores con los tiempos. Estamos en una época en la que se tira una persona, un futbolista, al que siguen millones de personas y que cobra millones de euros, y diez compañeros lo celebran porque ha logrado que le piten un penalti. !Eso es terrible!
En la sociedad vemos intereses en cosas que no comparto, ¿eso implica que yo sea de antes? No lo sé, no sé si lo bueno es lo pasado o lo que está por venir.
¿Cuántas veces te han llamado loco?
Bendita locura que el cuerdo desea. Más que loco es ser diferente y esto provoca odio y adoración según cada persona. No sé si el odio pueda venir por la envidia. Eso sí, lo de loco también me lo pregunto a veces yo mismo.
Te veo con un mundo interior amplio.
Mi “locura” puede ser mayor de la de gente que está encerrada. Mi encierro es el mío, propio de mí espíritu. El estar tanto tiempo solo o conduciendo te hace recapacitar o si no, busco almas que me puedan aportar cosas, beber de sus fuentes. Quizás sea hippie, bohemio, eso va con la vida. No doy la misma importancia que otros al dinero, algo por lo que familias se han enfrentado y que ha generado que gente espere que llegue la hora de la muerte de una madre para heredar. Pelearme por eso no lo veo, ¿quién es el equivocado?
¿Hay huecos para estos valores en el toreo?
No, a la vista está. Hay momentos que sí ves esos valores. El otro día estuve de aficionado en una ganadería saliendo a una vaca mansa que había sido apurada por el torero. El mayoral, en la última vaca, hizo que saliera “el de la camisa negra”. Di una tanda y le di las gracias, al igual que hice al empezar. Esos detalles valen más que cortar tres orejas en cualquier pueblo.
De sin caballos llegas a la final de Arnedo, ¿por qué te paras al pasar a con caballos?
Los profesionales, ganaderos, periodistas… todos saben el sistema de las picadas. Te pongo un símil. Yo sé conducir pero no tengo carnet y necesito 25 clases y el examen. Si esas 25 clases deben ser de cualquier forma, me niego. Quizás otros conduzcan mejor, sé que tengo mis errores, pero me niego a entrar en el sistema actual; todo el mundo tiene que callar. Para mí las novilladas son un trámite de cara al examen que es la alternativa. Todos los españoles tendríamos que tener el derecho a tener una oportunidad en plaza de primera y tener un examen.
¿Lloras mucho?
Sí, a veces de felicidad y otra de pena. Cada uno tenemos nuestras cosas guardadas en nuestros baúles y el llanto es una forma de desahogo.



Cuando se cuaja a un toro, ¿todo esto merece la pena?
No cuajar. Con un natural, con un derechazo, con un trincherazo o una verónica merece la pena ya todo lo que sufres. Podría hacer un pacto con el Diablo a cambio de tres naturales sentidos y que acabara todo.
¿No los has dado todavía?
Me quedan muchas cosas que sentir. Tienen que salir o reventarán.
¿Cómo se convive con el desprecio?
Te hace afilar las uñas, tener cristales en las tripas y gatos en la barriga. Me he criado en la calle ya que a los 16 años dejé de estudiar para trabajar y he aprendido a saber de quién te puedes fiar. Tengo claro que sin sufrimiento no hay gloria.



Hablemos de esta foto.
En el flamenco te partes la camisa, te rompes. Yo me rompí con ella, di todo, fue decir “haz conmigo lo que quieras”. Volvemos a hablar de una cierta enajenación mental. Me levanto, veo esa foto y pienso, “¿en qué momento estaría yo para hacer eso?”. Sé que es difícil que vuelva a darse todo igual porque cada tarde, cada animal, cada momento es un mundo.
Los toreros tenemos nuestros momentos como los tiene el toro. La inspiración no se adhiere al orden. En las capeas sales cuando quieres, cuando te inspiras y cuando no, no. No hay reglas, tienes esa libertad. Entiendo más el toreo salvaje y sin guión.
¿Cómo llevas el lado más salvaje de las capeas? (Empujones, recortadores, borrachos…)
Cada uno tenemos nuestra áurea y en ella hay una burbuja imaginaria que hace que te miren a los ojos y te respeten. Esto es una carrera de fondo y a veces ves cómo te llama por tu nombre gente a la que no conoces pero que han sabido de ti. Hay un momento en el que no te para nadie, es como una estrella fugaz que baja y ni un satélite es capaz de parar.


Foto gracias a Jorge Alvarado.

¿Estás dispuesto a morir por el toro?
Estoy dispuesto a morir por la verdad. Para mí la verdad es la transparencia, el cariño, el amor, la lealtad, la pureza. Si a mi compañera le duele la cabeza por las migrañas y sufre yo estoy deseando que ese sufrimiento fuera pasado por mí, cambiarme por ella. Cuando veo en la televisión a esos niños negritos, con las costillas marcadas, sin nada que echarse a la boca, me cambiaría por ellos y sufriría para que ellos no.
¿Cómo vive tu pasión tu pareja?
Es mi compañera. No es mi mujer, no es mi novia, es mi compañera. Todos tenemos que tener a alguien que te soporte cuando no quieres ver a nadie y te metes en la cama, cuando estás bien… Alguien que te de un pecho para acurrucarte cuando estés vacío.
Me respeta, me da caña y cariño en cada momento. Es un amor diferente, de compañera. Con una caricia, con un beso te sientes mejor que yendo más allá. Hacer el amor es diferente. El matrimonio requiere un compromiso, un anillo, una fiesta que no entiendo. Para mí es tener a alguien cuando lo necesites y al revés.
En esta vida tengo la suerte de gente que me fía cuando voy a pagar o me deja incluso un coche porque sabe que le voy a pagar. Eso me da fuerza para ver que no lo estoy haciendo mal en este camino por la vida o la muerte, no sé. Quizás esto es el paraíso, creo que sí. A lo mejor ya estamos en el cielo.
¿Has pensado en tener hijos?
La descendencia va más por los actos que por los meros hechos. Puedes ser padre de muchos y no biológicos. No me ha venido ese instinto paternal quizás porque no le puedo dar lo que he tenido como hijo. Y al no dar eso, me siento egoísta.
Estos valores son para compartirlos.
Lo hago aunque no sean mis hijos.  Una de las cosas bonitas es que la gente quiera rozarse conmigo tanto a nivel profesional como humano. Que te busquen, que te llamen, que te inviten, que quieran estar contigo. No hay cosa más bonita.
¿Eres religioso?
Nosotros entendemos la religión como la dio Jesucristo, la Virgen. Lo entendemos así al nacer en España, en la India sería nuestro Dios Bisnú, Mahoma en Marruecos… Dios ha sido creado por el hombre para agarrarse algo ante el miedo. Mi Dios soy yo, o quizás está en un pájaro o una hoja que cae. No damos gracias del milagro de vivir cada día. Un día te duele la muela y te quejas pero cuando no te duele, no das gracias. Es un milagro el que estemos bien. Cuando estamos bien hay que celebrar cada momento.
Se torea como se es y muchas veces como se está. La noche, el viaje. Eso te afecta interiormente y te influye como artista y eso no lo dice nadie
¿Te ves capaz de someterte a las reglas?
A veces me va el rojo y otras el verde. Yo soy así y busco intentar cada día ser mejor persona. Hoy me puede gustar una cosa y mañana no, dentro de una norma generalizada. Soy muy cambiante. Dentro de los valores de cada uno a veces dudo de mí mismo. Me da una capacidad el hecho que un matador en activo confíe en mí más que en yo en mí. La gente que me rodea a veces me nutren y otras destruyen. Quizás sea demasiado intenso como persona.
Hablemos de Parrado.
Como profesional es objetivo y a veces debería ser subjetivo. Es persona porque caga y mea pero debe separar. Es el que más me ha visto torear, más sentir. Que una persona como él diga que la mejor foto del año sea a mí es algo que me avala teniendo en cuenta que ve todas las ferias y toreros como Juli, Talavante… Él también sabe la realidad y demasiado poco dice.
Él tiene muchas ideas, es necesario en la fiesta. Él tiene sus códigos de no dejarse manipular y por eso trabaja menos. Yo soy amigo suyo, sea la que sea su profesión. Yo trato igual al inspector de la ITV que al último mecánico. El cargo, a saber de dónde ha llegado. Ante todo amigo, luego profesional. Yo de toros hablo poco pero con él sí, pero más de la vida. No podría pedirle un favor taurino porque sería una conveniencia y no una amistad.
¿Te has marcado una fecha para estar en los ruedos?
Uno arroja la toalla en la vida y en el toro. Días digo ¿qué mierda hago aquí? He ido a un tentadero con chiquillos de 14 años y no he toreado para que fueran ellos. Por eso me aprecian, no lo debo decir porque sería egoísta. Si tú haces el bien solo puedes recibir bien. No puedo decir fecha porque no sé que me depara la vida. Puedo tener un accidente, cáncer que hay en mi familia. Muchas veces somos nosotros mismos. Yo no llevo reloj en mi vida. Ahora por el móvil pero a veces lo dejo. Estar ilocalizable o no contestar en wassap parece un insulto. Quizás no he podido o no me apetece, no puedo marcarme metas.
¿Eres un torero o un espíritu libre?
Toreramente un espíritu libre.
La conversación versa al toro, a otros artistas como Juan Mora.
Me dijo una vez “ahora que se torea tan poco hay que soñar más”. Es la mejor lección que te puede dar un matador. No me dio un consejo de recursos, fue algo más espiritual.
Te veo con problemas para el compromiso y las reglas. Un compromiso que sí tienes con el toreo.
No, no entreno.
Un compromiso de entregar tu vida.
Exacto. El tiempo de correr o entrenar, tener fuerza para coger los trastos yo no se lo dedico, toreando con el alma no te pesa nada. Estoy en forma porque mi ralentí hace que, aunque esté quieto físicamente, no coja peso porque mi organismo y mi mente no para, no tengo necesidad de correr. Cómo dijo El Pana “Al que no está para él aunque se ponga y al que está para él, aunque no se ponga”:
Soñemos, ¿y si cuajas un toro en Madrid?
Si yo cuajo un toro me retiro. Hay que hacer lo que sientes, no para el público. No te puedes prostituir. He ido a veces al campo y cuando no se puede, no se puede. Concibo el toreo como algo lejano a una guerra, el toro no debe coger al torero. Cada uno puede hacer lo que quiera.
Tú cierras, torero.
Agradecer no cuesta nada. Me gusta dar las gracias, hablar con la gente. Quiero agradecer a banderilleros, periodistas, matadores… Hay mucha gente buena por el mundo aunque a veces no la distinga. Agradecer a quién me ayuda y está conmigo. También a Lamelas, alguien que siempre ha tenido un plato en su mesa para mí
Que sigas soñando, torero.