Manuel Ocaña, 'El Sombrerero', en Las ventas en mayo de 2008. 
(Foto: EFE)
Javier López 
Madrid, 31 jul (EFE).- 
El diestro Manuel Ocaña "El Sombrerero", que la semana pasada 
cumplió su "sueño" de tomar la alternativa, con un importante triunfo de
 tres orejas y un rabo, después de tres años muy duros, "apartado y 
vetado por las empresas", anhela ahora "volver a Madrid para retomar mi carrera justo donde me la truncaron". 
"En Las Ventas, donde estaba anunciado el 22 de marzo de 2009, 
decidieron quitarme de en medio y apartarme de la cara del toro, borrar 
de un plumazo mi vida y mis sueños, y ahora que todo ha pasado deseo con
 toda mi alma volver para confirmar la alternativa, y empezar desde 
cero", declaró hoy a EFE el joven "Sombrerero". 
Lo importante es que el torero jienense ha conseguido pasar página y poder presumir ya de alternativa, de haber logrado convertirse en matador de toros en una corrida que tuvo lugar el viernes, 27, en la localidad granadina de Atarfe, con Domingo López Chaves de padrino y Jesús Fernández "Yiyo" de testigo. 
"Lo primero quiero agradecer a Pedro Pérez 'Chicote' la confianza 
depositada en mí y en los toreros modestos como yo. Un ejemplo de 
empresario. Siempre recordaré ese día como uno de los más bonitos y 
emotivos de mi vida, porque volver a sentirme torero después de pasarlo 
tan sumamente mal es algo único", reconoció "El Sombrerero". 
"Ahora vuelvo a ser feliz -prosiguió- también por las sensaciones 
que pude tener en el ruedo sobre todo en mi segunda faena a un gran toro
 al que corté el rabo después de una labor de mucha intensidad y 
sentimiento". 
Pero lo que está claro es que "El Sombrerero" ha pasado un 
auténtico calvario desde que en 2009, siendo aún novillero, la llamada 
Comisión de Vigilancia le retirara el visado para poder torear, frenando
 así su carrera, por lo que ha estado a punto de tirar todo por la 
borda, algo que "no olvidaré nunca". 
"Me llamaron una semana antes de ir a torear a Madrid, estando ya 
anunciado, para decirme que no podía actuar porque no estaba al día con 
las liquidaciones y el IRPF de 2007, insinuándome además que había 
toreado bajo los mínimos que establece el convenio, y así decidieron 
quitarme de en medio", recordó. 
"Una injusticia -continuó- porque aparte de que no había sido así,
 me callaron, no me dejaron ni defenderme. Y lo que más me fastidió es 
que, como yo, había otros toreros, que, según la Comisión, les había 
tocado investigarnos por sorteo. Pero claro, los 'apadrinados' o los 
hijos de otros toreros no entraron en ese bombo. Es más fácil hundir al 
modesto, al humilde, al de abajo". 
Fruto de tanta impotencia, "El Sombrerero" la emprendió con la sede de ANOET (Asociación
 Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos), ocasionando 
ciertos daños materiales con "una barra de hierro", según se publicó 
entonces acerca de aquel suceso, por lo que fue detenido y condenado a 
pagar una indemnización económica. 
"Perdí los papeles o fue un acto de inmadurez, pero sobre todo fue
 consecuencia de la gran impotencia y el dolor que me embargaba. Me 
estaban robando mi vida y actué de la peor forma posible. Es algo que 
asumo y ahora no me da vergüenza recordarlo porque estoy muy 
arrepentido", aseguró. "Pero nadie se puede imaginar lo 
mal que lo he pasado. Lo hundido que he llegado a estar psicológicamente
 al verme vetado por las empresas, sin que nadie me escuchase ni me 
tomase en cuenta", confesó.
Tan mal lo llegó a pasar, que tuvo que aparcar su ilusión por torear para ponerse "a
 trabajar en un taller de metalurgia, en una tienda de ropa y en el 
campo con mi padre, en la aceituna. Todo para pagar la sentencia y 
ganarme el pan. No se me caen los anillos por trabajar en cualquier 
cosa, pero mi vida es el toro y he estado tres años sin que me dejen 
vivirlo", apostilló. 
Ahora "El Sombrerero" vuelve a soñar con su profesión, "mucho
 más centrado, al doscientos por cien de motivación e ilusión. Vivo solo
 en una casa en el campo, pensando mañana y noche en el toro, entrenando
 mucho y deseando volver a torear". 
Junto al torero que un día estuvo hundido de ánimo y moral y hoy se le 
ve totalmente recuperado, está también la apuesta de un hombre 
importante, reconocido profesional, el matador de toros Luis de Pauloba, que ahora le aconseja y alienta para retomar el camino. "El
 maestro Pauloba ha pasado también lo suyo, injustamente marginado en el
 mejor momento de su carrera, cuando tenía una asombrosa proyección. De 
él me fijo en su concepto de pureza del toreo, su forma de torear de 
frente tanto con el capote como con la muleta, dándole el pecho al toro.
 Y la verdad que imprime a todo lo que hace en la vida, lo mismo en el 
ruedo que en la calle", enfatizó el joven "Sombrerero". 
Por último, un llamamiento a las empresas: "quiero dirigirme a 
todos los empresarios para decirles que por favor me tengan en cuenta, 
que ya he pagado todo lo que hice y no hice, que ya está todo arreglado y
 que no tengo ningún problema con nadie. Que sueño con ser figura del 
toreo y ojalá me levanten este veto y vuelva a disfrutar de lo que más 
quiero en esta vida, el toreo", finalizó. EFE
La pureza de El Sombrerero sobre la arena de Las Ventas