martes, 4 de agosto de 2015

"CHIQUILÍN" SE REENCUENTRA CON "HORTELANO". FUÉ EL ÚLTIMO TORO QUE ESTOQUEÓ EN SU CARRERA


Ladislao Rodríguez Galán

El 12 de Abril de 2003 se celebró en "Los Califas" una corrida de toros goyesca a beneficio de los Hermanos de la Cruz Blanca. El cartel, netamente cordobés, estaba integrado por Rafael González "Chiquilín", Alejandro Castro y Enrique Reyes Mendoza con toros de Jaralta (Pozoblanco).
El cuarto toro  de nombre "Hortelano", marcado con el nº 517 y con un peso de 482 kilos fué, a la postre, el último toro que mataría en su carrera profesional el elegante torero de Santa Marina.

De todos es sabido que "Chiquilín" siempre había lamentado no haber mandado disecar esa cabeza, ya que entonces ni él intuía que sería su última corrida ( su último festejo oficial fue un festival en Puente Genil alternando con Manuel Benítez "El Cordobés" consiguiendo dos orejas y rabo). Pues bien dicha cabeza, disecada por Cañete, era propiedad de la Tertulia Taurina "La Montera" que en un acto reciente se la ha entregado al matador para que luzca en su museito particular junto a los numerosos trofeos y distinciones que consiguió en el transcurso de su carrera.
El torero se mostró muy emocionado y agradecido ya que como indicó tener este trofeo era su deseo más profundo.
Añadir solamente que la faena que "Chiquilín" realizó a "Hortelano" fue muy completa, estropeada con el mal uso de la espada.
                    

FALLECE EL MATADOR DE TOROS ALFONSO GONZÁLEZ OLMO "CHIQUILÍN". DECANO DE LOS TOREROS CORDOBESES


Ladislao Rodríguez Galán
Ayer falleció en nuestra ciudad, a la edad de 82 años y 57 de alternativa, el matador de toros Alfonso González Olmo "Chiquilín", persona de un carácter muy afable y ocurrente,  que supo granjearse el cariño de todo aquel que le trataba.

"Chiquilín", que nunca se desvinculó del mundo del toro, nació en el barrio de Santa Marina, el 27 de febrero de 1933, fue hijo de Rafael González Rodríguez "Chiquilín" banderillero que fue, entre otros, de "Manolete".

También era nieto de otro sobresaliente subalterno cordobés, Francisco González Molina "Chiquilín". Por tanto en su casa se vivía el ambiente taurino y eso despertó en el pequeño Alfonso el interés por la Fiesta. Acompañó en tentaderos a José María Martorell y Rafael Soria "Lagartijo", hasta que después de un periplo novilleril cuajado de éxitos toma la alternativa en Cabra ( 8-9-1958) de manos de Antonio Ordóñez siendo testigo Antonio Borrero "Chamaco". El toro de la alternativa atendía por "Campanero" y pertenecía a la ganadería de Álvaro Domecq. Confirmó en Madrid el 30 de Marzo de 1959 con el toro "Pies de gamo" de los Herederos de Flores Albarrán, siendo padrino Marcos de Celis y testigo Juan Antonio Romero. Al quinto año de alternativa, toreando en Muro (Baleares), recibió una fortísima cornada que le partió la femoral y le atravesó el riñón. La convalecencia le tuvo mucho tiempo en el dique seco y optó por retirarse.

El 15 de mayo de 1966, tras haber renunciado a la alternativa, reaparece en Córdoba en una novillada picada junto a Pedro Benjumea y Alfonso Castillero, con ganado del Conde de la Maza. Esta incursión no le despeja las dudas y decide hacerse subalterno, para no desvincularse del mundo del toro. Pero su página en la historia del toreo cordobés ya estaba escrita.

Al margen del ruedo fue asesor de la plaza de toros de Los Califas, participó en tertulias y gustaba escuchar su opinión sobre los problemas de la Fiesta. Enseñó a muchos jóvenes a utilizar la muleta, entre ellos a su primo Rafael González "Chiquilín",  y les aconsejaba y procuraba transmitirles su pellizco, ya que fue un torero artista que interpretaba el toreo amanoletado, por eso, en sus inicios, se le definió como sucesor de "Manolete".

Mañana miércoles a las 1,30 de la tarde se oficiará el funeral en la capilla del Tanatorio de Las Quemadas. Descanse en paz el elegante torero y mejor persona.

FALLECE ANTONIO ROLDÁN “EL PITU”


Antonio Roldán Amaro, subalterno cordobés más conocido por su apodo “Pitu”, aunque José María de Cossío lo cita en su magna enciclopedia como “Amaro de Córdoba”, refiriendo el grave percance que sufrió en Fuengirola (Málaga), el 12 de octubre de 1958.
Nacido en Santa Marina, pronto hizo mella en él la torería del barrio, siendo el toro desde entonces el eje de su vida. Inicia sus pasos junto al “Chicharra” de San Cayetano y “El Gallego” de Santa Marina. Tomar su familia en arrendamiento, como residencia, unas habitaciones junto a la herrería del padre de José María Martorell, le lleva a su amistad con el torero, siendo “El Pitu” su mentor por primera vez ante una res, en una capea de la localidad jiennense de Lopera. De joven, siempre gustó de amistades mayores que él, las que solían interpelarle: -¿pero tu donde vas “Pituso”?- de ahí su apodo. Junto a Manolo “Zurito”, Antonio Rubio, “Chocolate” o Cristóbal Sánchez Contreras, y la mayoría de los aficionados de entonces, frecuenta capeas y tentaderos por las dehesas cordobesas y actúa en varias ocasiones en las nocturnas del “Coso de los Tejares”. Al hacer “Rafalito Lagartijo” junto a su tío “Manolete” campañas de invierno por tierras salmantinas, decide escapar también a Salamanca, donde orientado por Rafael, consigue soltura ante las reses y varias actuaciones como novillero en Salamanca y pueblos limítrofes.  Finalmente tras muchas vicisitudes como torero errante, consigue abrirse paso como subalterno, escalafón donde alcanzó nombre y afecto entre los taurinos. Como tal militó junto a casi todos los novilleros y matadores de su tiempo, sobre todo junto a Manuel Cano “El Pireo”, Fernando Tortosa y “El Hencho”, entre otros. Afortunado en los juegos de azar en varias ocasiones, no dudó en ayudar en su carrera a muchos toreros, tanto paisanos como foráneos; entre ellos Pepín Fernández, Rafael Gago, Curro Fernández “El Coli”, Santy Heredia o Fermín Vioque. En la Pensión que regentaba su compañera sentimental, junto a la madrileña plaza de Santa Ana, siempre acogió a los aficionados y toreros que solicitaron su ayuda. Amante también del mundo flamenco, tenía su pellizco y gracia interpretando los cantes, sobre todo los de Córdoba, y vivió noches flamencas junto a Vallejo, Porrinas, Marchena y otros muchos artistas de su tiempo. Alcanzado por un vehículo cuando circulaba en un ciclomotor, bajando de la sierra cordobesa, sufrió importantes lesiones que mermaron mucho sus facultades en sus últimos años. Había nacido en Córdoba, el 28 de junio de 1928, y en injusto  e inmerecido anonimato, falleció el pasado 10 de julio de 2015, en su tierra natal, sin que sus muchísimos  amigos pudieran dedicarle sus últimas muestras de afecto. Desde aquí nuestra más sincera condolencia a sus familiares y amigos. Descanse en paz “El Pitu”.
                                                   Domingo Echevarría