Plateado Jaén escribió aquel poeta que estuvo de
profesor de francés en el Instituto de Baeza llamado Antonio Machado ¿porqué le
llamaría de esa forma?, dijo Juan Pasquau Guerrero en cierta ocasión que la
plata no es el primero de los metales preciosos, pero seguramente es el de más
prestancia, el mismo Francisco Rivera Ordóñez en la noche de ayer nos explicó
la importancia que para él tuvo la decisión de su abuelo en que el primer traje
de luces que vistiera fuera bordado en plata.
«Plateado Jaén». Una noche
mágica en la que hemos arribado hasta el Teatro Darymelia para encontrarnos con
el hechizo del toreo. Francisco Rivera Ordóñez, no cabe más sangre torera en
tan distinguidos apellidos, siempre hemos conocido al torero, al personaje
embutido en su terno de seda y oro; anoche conocimos al hombre, al ser humano
con tal calidad que no dejó a nadie indiferente, un hombre con personalidad, un
hombre con fuerza, un hombre directo, como deben ser los hombres de verdad,
como deben ser los toreros.
Muchos momentos
emotivos se vivieron en el patio de butacas y anfiteatro de este bonito teatro
de la capital jienense.
Francisco Rivera
Ordoñez que se retirara del toreo el pasado día 2 en su Plaza, en su Ronda
mágica, ha recibido un merecido homenaje de la Asociación de la Juventud Taurina
de Jaén “Al Alimón” un merecido homenaje tras sus 25 años de profesión.
El acto fue presentado
por el periodista de Onda Jaén Javier Altarejos, seguidamente volvió a reinar
la solidaridad que el mundo del toro siempre demuestra, haciendo el Presidente
de esta Asociación de Jóvenes Aficionados, entrega de un cheque valorado en mil
doscientos euros a la Presidenta de la Asociación “Pídeme la Luna”
Marisol Escribano, cantidad que se ha ido recogiendo de la venta de pulseras
solidarias a favor de esta loable asociación jienense que sin ánimo de lucro, está formada por
enfermeras, médicos, auxiliares de enfermería, estudiantes de medicina y
enfermería, farmacéuticos, y demás personal sanitario así como numerosos padres
y madres de niños de la Unidad de Onco-Hematología del Hospital Infantil de
Jaén (España) y muchos voluntarios dispuestos siempre a dar lo mejor de sí
mismos por ver a nuestros niños felices.
Continuó al acto bajo una poesía sublime que a todos, incluido el
propio Rivera pusieron los bellos de punta, de parte de Jacobo, componente de dicha asociación,
acompañado a la guitarra y cante de Curro Pérez.
Con este recibimiento a
gran altura se dio comienzo el acto principal donde el maestro Rivera Ordóñez de
manos del insigne periodista de Radio Nacional de España en el programa “Clarín”,
colaborador de la Cadena SER y columnista en la página Cultoro, Emilio Trigo;
nos fue desglosando la trayectoria profesional e incluso algunas magníficas
pinceladas familiares, creo desconocidas por la mayoría de aficionados.
Rivera Ordóñez se
mostró claro, directo y firme como siempre se ha mantenido frente a los más de
3.600 toros que ha matado en su trayectoria profesional, ensalzó la Fiesta y el
Toro como algo que forma parte inherente de su persona, del mismo modo se
mostró claro ante una parte del periodismo y grupos contrarios a nuestra bella
Fiesta, pero lo más llamativo de la noche fue cuando narró parte de su vida
junto a sus padres y abuelos, el gran maestro Antonio Ordóñez, anécdotas con su
tío-abuelo Luís Miguel Dominguín, la sabia manera de decir a su abuelo que
quería ser torero comentándole “Bobo, quiero intentar ser torero”, esa palabra “intentar”
fue la que dio paso a que su abuelo consintiera que Rivera entrara en ese
difícil camino que debe andar un torero para llegar a ser figura del toreo.
Intensa noche en Jaén,
una velada como digo, mágica, personal, directa, emotiva, una velada donde
Rivera nos conquistó, donde Rivera se mostró más torero que nunca, más persona
que nunca, donde Rivera hizo una de las mejores faenas de su vida torera.
Finalizado el acto, el
maestro Rivera se entregó a la afición y cientos de flases iluminaron el patio
de butacas del teatro donde el maestro recibía su primer homenaje una vez
retirado del toreo. Y ocurrió aquí, en Jaén, tierra de olivos en una noche
plateada que dijera el poeta Antonio Machado.