sábado, 9 de septiembre de 2017

GALA ALIMON PRIMER ANIVERSARIO // HOMENAJE A UNA DINASTIA


Plateado Jaén escribió aquel poeta que estuvo de profesor de francés en el Instituto de Baeza llamado Antonio Machado ¿porqué le llamaría de esa forma?, dijo Juan Pasquau Guerrero en cierta ocasión que la plata no es el primero de los metales preciosos, pero seguramente es el de más prestancia, el mismo Francisco Rivera Ordóñez en la noche de ayer nos explicó la importancia que para él tuvo la decisión de su abuelo en que el primer traje de luces que vistiera fuera bordado en plata.






«Plateado Jaén». Una noche mágica en la que hemos arribado hasta el Teatro Darymelia para encontrarnos con el hechizo del toreo. Francisco Rivera Ordóñez, no cabe más sangre torera en tan distinguidos apellidos, siempre hemos conocido al torero, al personaje embutido en su terno de seda y oro; anoche conocimos al hombre, al ser humano con tal calidad que no dejó a nadie indiferente, un hombre con personalidad, un hombre con fuerza, un hombre directo, como deben ser los hombres de verdad, como deben ser los toreros.
Muchos momentos emotivos se vivieron en el patio de butacas y anfiteatro de este bonito teatro de la capital jienense.
Francisco Rivera Ordoñez que se retirara del toreo el pasado día 2 en su Plaza, en su Ronda mágica, ha recibido un merecido homenaje de la Asociación de la Juventud Taurina de Jaén “Al Alimón” un merecido homenaje tras sus 25 años de profesión.
El acto fue presentado por el periodista de Onda Jaén Javier Altarejos, seguidamente volvió a reinar la solidaridad que el mundo del toro siempre demuestra, haciendo el Presidente de esta Asociación de Jóvenes Aficionados, entrega de un cheque valorado en mil doscientos euros a la Presidenta de la Asociación “Pídeme la Luna” Marisol Escribano, cantidad que se ha ido recogiendo de la venta de pulseras solidarias a favor de esta loable asociación jienense que sin ánimo de lucro, está formada por enfermeras, médicos, auxiliares de enfermería, estudiantes de medicina y enfermería, farmacéuticos, y demás personal sanitario así como numerosos padres y madres de niños de la Unidad de Onco-Hematología del Hospital Infantil de Jaén (España) y muchos voluntarios dispuestos siempre a dar lo mejor de sí mismos por ver a nuestros niños felices.


Continuó al acto bajo una poesía sublime que a todos, incluido el propio Rivera pusieron los bellos de punta, de parte de  Jacobo, componente de dicha asociación, acompañado a la guitarra y cante de Curro Pérez.

Con este recibimiento a gran altura se dio comienzo el acto principal donde el maestro Rivera Ordóñez de manos del insigne periodista de Radio Nacional de España en el programa “Clarín”, colaborador de la Cadena SER y columnista en la página Cultoro, Emilio Trigo; nos fue desglosando la trayectoria profesional e incluso algunas magníficas pinceladas familiares, creo desconocidas por la mayoría de aficionados.

Rivera Ordóñez se mostró claro, directo y firme como siempre se ha mantenido frente a los más de 3.600 toros que ha matado en su trayectoria profesional, ensalzó la Fiesta y el Toro como algo que forma parte inherente de su persona, del mismo modo se mostró claro ante una parte del periodismo y grupos contrarios a nuestra bella Fiesta, pero lo más llamativo de la noche fue cuando narró parte de su vida junto a sus padres y abuelos, el gran maestro Antonio Ordóñez, anécdotas con su tío-abuelo Luís Miguel Dominguín, la sabia manera de decir a su abuelo que quería ser torero comentándole “Bobo, quiero intentar ser torero”, esa palabra “intentar” fue la que dio paso a que su abuelo consintiera que Rivera entrara en ese difícil camino que debe andar un torero para llegar a ser figura del toreo.



Intensa noche en Jaén, una velada como digo, mágica, personal, directa, emotiva, una velada donde Rivera nos conquistó, donde Rivera se mostró más torero que nunca, más persona que nunca, donde Rivera hizo una de las mejores faenas de su vida torera.
Finalizado el acto, el maestro Rivera se entregó a la afición y cientos de flases iluminaron el patio de butacas del teatro donde el maestro recibía su primer homenaje una vez retirado del toreo. Y ocurrió aquí, en Jaén, tierra de olivos en una noche plateada que dijera el poeta Antonio Machado.