Mágico
ambiente en una noche de emoción y el mejor arte flamenco calentaron este final
de primavera en Carboneros; donde en su Plaza junto a una bonita fuente que
también nos acompañó con las notas de su fresca agua, el Ayuntamiento dispuso
unos veladores y una amplia mesa repleta de manjares ofrecidos por los vecinos
de la localidad para deleite de todos los que iban llegando a presenciar lo que
sería un fantástico espectáculo.
Con motivo del 250 aniversario de las fundaciones de
las nuevas poblaciones de Sierra Morena por el Rey Carlos III, se celebró en
dicha localidad jienense un sensacional concierto por el Grupo linarense Plomo
y Plata.
Sus componentes Andrés Miñarro (voz), Antonio Torres
y Pedro Moreno (guitarras) y Andrés Valero “El Chato” en la percusión, hicieron
con sus temas que el aroma de Sierra Morena se hiciera presente, convirtiendo
una velada al más puro sabor andaluz, ofreciendo unas notas llenas de magia,
empaque y un temple que solo Linares, sus cantaores y toreros llevan en la
sangre.
Fin de
semana colmado de sensaciones, toros, buen cante y como no, bellas mujeres, que
como dice mi buen amigo Fernando Naranjo, el poder de sus miradas, esas dulces
miradas de mujer, al igual que el buen cante, al igual que el buen toreo,
arrancan versos con sílabas de nácar y sus curvas, fuertes y poderosas encelan
el furor del argumento más poético aunque las cubran sus largas batas de cola.
Y es que las sombras de las pestañas en esas miradas de aceite tienen una pena
que abrasa, sabe Dios lo que traspasan esos corazones ardientes.
Este
fantástico grupo puedo decirles que ya hacía un tiempo que no les veía, si
recuerdo haber estado en la presentación de su disco “Con Sabor a Lápiz”, un
extraordinario trabajo con once temas. Anoche la evolución de estos cuatro
genios musicales fue de lo más sorprenderte.
Una
actuación llena de complicidad con el público asistente al cual invitaron a
subir al escenario a compartir canciones, rumba, bachata, sevillanas entre
otros fueron los palos que tocaron este sensacional grupo musical que siempre
te deja con las ganas de volver a escucharlo.
Plomo y
Plata, una noche llena de fuerza y puro arte. Cuatro artistas de una generación
que no quieren romper ni olvidar sus, nuestras costumbres, nuestras raíces; el
flamenco hecho rumba, el flamenco hecho canción, el flamenco con poder sobre un
escenario que siempre mira al Sur, si, al Sur, con mayúsculas y sin complejos,
sin el mínimo complejo.
Plomo y
Plata, un grupo que nos ofreció una velada delicada en sus formas, matices y
sabores. Anoche vimos sobre el escenario con su música el diálogo imaginativo,
majestuoso y señorial de los que se están convirtiendo en cuatro distintivos
con el sello de un Linares que no deja de parir buenos artistas.
Plomo y
Plata en fase de madurez artística y bebiendo de las mejores fuentes, van
consolidando un estilo propio y muy personal que les hace distintos a los
demás.
¡Enhorabuena
amigos!